La desterrada › Old Magcon

14. Día siete: Jake Foushee.

Éste chico... mencionar que, a pesar de que se retiró de Magcon por decisión propia, sin cometer ningún error, me interesa saber lo que piensa de mí, ya que no he hablado con él hace más de cinco años. Sí, así es, el solo duró un año en Magcon, de todos modos, me interesa, porque luego de retirarse siguió hablando con los chicos.

Seguía débil después de salir de la clínica, por lo que mi caminar no era el de siempre, desperdicié dos malditos días en esa estúpida clínica. El parche que tenía en mi cuello también seguía ahí solo que, en menor tamaño, de todas formas, arreglé mi cabello para poder taparlo hasta que lo logré.

Y, por cierto, otra vez estoy sola, Dustin me falló, solo es otro idiota que se cree la muerte por que tiene rango popular. Qué más da, no voy a negar que me ayudó bastante.

Llegué hasta mi casillero, había más ruido de lo normal, muchos gritos y más música, creo que ya sé con qué tiene que ver, por el altavoz se escuchó la voz del organizador del baile de fin de año.

— ¡Bueeenos días chicos! — Saludó— informarles que se acerca el baile de fin de año y ya deberían comenzar a buscar sus parejas, a elegir sus vestidos y trajes porque, no quieren hacer el ridículo ¿no? Por cierto, este año deben guardar su identidad, todo es confidencial ya que habrá algunos cambios sorpresa, nada más su pareja sabrá quiénes son. No olviden anotarse en la lista de candidatos a Rey y Reina.

Qué horror, pensé. Ya será el tercer año en que no valla al baile.

—Y aclarar que por órdenes del centro de alumnados es obligación que todos vallan, Troy fuera.

¿Qué? Pero... ya estaba pensando en comprarme un gran sobre de Sour Cand para mi sola. Planes arruinados... ¡¿Y con quien se supone que iré!?

Me volteé apoyándome en mi casillero y miré a todas partes.

Primero; Dustin hablaba animado con su nuevo grupito de amistad, como lo odio, jamás debí confiar en él. Segundo; estoy sola y no es novedad. Tercero; Jake acaba de pasar frente a mí.

Alto... ¡Jake acaba de pasar frente a mí! Corrí para alcanzarlo y lo tomé del brazo.

— ¡Jake! — grité.

— ¡Mack! — respondió él divertido.

—Hola— lo saludé.

— ¿Estás bien?

—Sí, quería saber cómo estabas tú.

—Oh claro, ya que últimamente no has discutido con los chicos.

—Que sarcástico, Jake— me quejé.

—Bueno lo siento ¿Necesitas algo?

—Es que... digo, ¿No te traigo algún recuerdo malo?

—Tú, la chica que se acostó con uno de sus amigos, la chica que rompió las reglas, la chica que engañó a Sam....— comenzó a reír sin control.

Alcé mis cejas.

— ¿Estás enojado conmigo?

—No, Mackenzie, todos esos cuentos... más que coraje me dan risa.

—No te entiendo.

—Ni yo a ti, ni a los chicos, que suerte que me retiré de Magcon porque odio los conflictos, y lo sabes— me apuntó.

—Bueno yo...

—Tranquila, no te odio— se acercó y me abrazó.

—O-okey.

Se separó de mí y me miró extrañado.

— ¿Qué le ocurrió a tu cuello? — echó hacia atrás el mechón de cabello que cubría mi herida.

—Yo... me golpeé y...

—Un golpe no se cubre con un parche, Mack— me miró obvio.

—Tuve una recaída de mi depresión y me corté con una tijera... eso— admití.

—Algo me dice que tiene que ver con los chicos, pero bueno... Mack debo irme, suerte en todo, amiga— me sonrió.

Al irse di un suspiró. A veces basta una corta conversación para tener todo claro, adoro a ese chico.

— ¡Maldita cualquiera! — escuché un grito.

Me volteé y vi a...

— ¡Sophie ¿estás bien?!— dije sorprendida.

— ¡No te me acerques! ¡Me las vas a pagar, estúpida!

— ¿Tu eres la novia de Shawn? — dije confundida.

Vamos, no le hice nada a la chica popular como para que me trate así. Sí, es popular y por muy plástica y rubia que se la imaginen no lo es. Sophie es una linda chica castaña de ojos azules y hacen muy linda pareja con Shawn.

— ¡ERA su novia! — Lloriqueó— ¡Y todo es por tu culpa, me lo quitaste!

— ¿Qué demonios? ¿Terminaron?

—No te hagas la víctima, si Shawn terminó conmigo es todo por tu culpa ¡Te odio! — repitió dándome un empujón y se fue.

— ¡Sophie! — Shawn apareció frente a mí, pero siguiendo a Sophie.

— ¡Déjame en paz! — gritó ella.

— ¡Shawn ¿Qué demonios fue eso?! ¿Terminaste con Sophie?

—Si— suspiró— creo que lo hice mal.

—Por supuesto que lo hiciste mal le rompiste el corazón. Y ahora explícame por qué me echó la culpa.

—Es que... las razones del por qué terminé con ella tienen que ver contigo.

— ¿Qué? Si serás idiota, no era necesario terminar tu relación para ayudarme.

—No es eso, es que yo...

—Pero Shawn, solo me has hecho ganar enemigos— pisoteé el suelo.

—Bueno lo siento— sonó algo molesto— yo terminé con Sophie por ti, porque creo que tengo una oportunidad y también porque quiero que vallas conmigo al baile.

Pero... pero... Dios mío, pareciera que un ángel calló del cielo, pero sobre mí, y ahí estoy tirada en el suelo esperando que solo sea un fantasma porque ya me pesa.

Me reí a carcajadas.

—Que buena broma Shawn, gracias por hacerme reír, eres un gran amigo.

—No es ninguna broma, Mack.

Lo quedé mirando seria.

—Okey, la broma ya no me está gustando.

Resopló pasando su mano por su cabello. Restregó su rostro y finalmente me miró sin paciencia.

—Shawn ¿Piensas responderme? Porque yo ya...

Y otra vez lo mismo, Shawn acercándose a mi e intentando besarme tal cual lo había hecho Hayes, solo que Shawn es más alto y no pude empujarlo... simplemente corrí mi cara y solo me dio un beso en la mejilla. Con mis manos lo alejé y le di una bofetada leve.

—Shawn.... ¿Que... que intentas? No... Dios, esto está mal— lloriqueé.

— ¿Por qué está mal? No le encuentro...

—Shawn— Lo interrumpí— yo no quiero que te ilusiones, enserio, eres un gran chico, muy guapo y todo eso, pero, yo... yo no voy a estar contigo.

—Bueno...— suspiró— lo siento creo que me sobrepasé.

—Lo hiciste— dije seria.

—Entonces, que dices ¿Vas conmigo al baile?

Pensé, ya que habrá que guardar identidad da lo mismo si los demás me ven con él.

—No lo sé, tienes que hablar con Sophie, vuelve con ella, yo no tengo la culpa de que... de que... ¿Sabes? No quiero seguir hablando de esto— me alejé de él.

—Mack— me habló y me volteé— Te quiero.

Rodé mis ojos.

—Yo no.