Ya es lunes y tengo que volver a la escuela después de un aburrido fin de semana. Ya casi termina el año y creo que ya se está organizando el baile de fin de año, pero la verdad no me interesa ir si no tengo con quién.
Llegué a la escuela unos treinta minutos antes, como en los viejos tiempos con los chicos, y sólo lo hacíamos para pasar más rato juntos, pero ahora tengo que pasar el rato sola para idear como es que voy a convencer a mi primer objetivo: Cameron Dallas.
Llegué hasta mi casillero, saqué lo necesario y guardé otras cosas, para luego dirigirme a alguna banca y anotar algunas cosas personales.
Se me haría difícil hablar con Cameron, él es muy terco, cortante, orgulloso, pero sobre todo muy sarcástico. Cameron es realmente malo cuando quiere serlo.
Y hablando del rey de Roma ahí es cuando lo veo asomarse junto a los demás, sólo que nada más él es mi centro de atención. Guardé rápidamente mi libreta y me puse de pie, sólo espero no verme demasiado débil y fácil de manipular.
Se dirigió a su casillero y salté a la acción. Me acerqué esperé a que guardará todo y cuando la cerró para darse vuelta e irse se encontró conmigo. Me miró con su usual mirada de párpados que tapaban la parte superior de su retina. Esto se viene difícil.
— Hola Cameron — saludé y sé que no soné como suelo ser.
Siempre les acortaba el nombre a los chicos o se los alargaba si eran muy cortos, por ejemplo, a: Cam, Nashty, Matt, etc.
— Hola — saludó neutro.
— ¿Podemos hablar? — pregunté tímida.
— Estamos hablando.
— Cameron, yo quiero explicarte lo que pasó.
— Otra vez — dijo fastidiado— el mismo cuento de siempre, tu rol de víctima, un poco de llanto, suplica. Quítale su tiempo a otra persona no a mí.
Iba a moverse, pero lo detuve poniendo mi mano en su pecho.
— Espera.
Me sorprendía que no se pusiera tan violento como otras veces en que no alcanzaba a decir ni pio y ya me estaba insultando.
—Quítate de mi camino o te arrepentirás, Mackenzie— dijo abriendo un poco más sus ojos y alzando la voz.
Retiro lo dicho anteriormente.
— No lo haré Cameron, quiero que me escuches — hablé decidida.
— ¡¿Qué quieres que escuche, Mackenzie?! ¡¿Más excusas, más mentiras o lo mismo de siempre?! — me gritó.
— ¡La verdad Cameron, la verdad quiero que escuches! — le grité de vuelta.
Ahora todas las miradas estaban puestas en nosotros, incluidas algunas de los chicos que venían con Cameron.
— ¡Deja de joderme la vida, Mackenzie! ¡Deja de seguirme, de arruinar mi día! Maldigo el día en que te conocí, eres lo peor que me ha pasado.
— Cameron... — titubeé con voz quebrada.
Debo ser fuerte y no llorar.
— No vuelvas a dirigirme la palabra porque tú para mí no existes.
Sin insistir más lo dejé irse y me quedé en medio del círculo que los demás habían formado, se escuchaban algunas risas, miré a mí alrededor y todos me miraban como si fueran superiores a mí. Me sentía frágil, muy pequeña y frágil.
Salí rápidamente de ese círculo conteniendo las lágrimas, no debo llorar, porque yo lo provoqué e hice que terminara en todo esto.
A veces me gustaría saber lo que pasa por la cabeza de los chicos, que sienten cuando me mencionan o algo así. Pero es imposible que pueda saberlo.
—«Cuando el camino parezca cuesta arriba, descansa si te urge... pero no te rindas»— leí un par de versos en voz alta de un poema que me entregó Luke hace dos años luego de mi depresión.
Suspiré más aliviada al recordarlo y decidí continuar insistiendo. Pero para eso debía pasar la primera clase.
Me tocó cálculo y me encontré con varios de los chicos, entre ellos; Nash, Carter, Taylor y Sam.
Lamentablemente no estuvo Cameron para intentar hablar con él.
Al tocar la campana el tiempo me daba una pequeña y corta oportunidad, por lo que salí fugazmente del aula en busca de Cameron, hasta que lo encontré, aunque bastante ocupado ya que se estaba besando con una de las porristas. Y estuvo así hasta la próxima hora.
Decidí esperar hasta la hora del almuerzo, tendría más tiempo.
Nuevamente con una porrista, cuando me lo encontré en la cafetería, pero esta era otra. Ya sin paciencia, fui y los separé de golpe. Pero antes de poder decirle algo la porrista me tenía en el suelo dándome cachetadas y yo sólo intentaba esquivarlas, no muy bien ya que la risa de Cameron me estaba doliendo más que los mismísimos golpes que la rubia me proporcionaba.
Me rindo.
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La desterrada › Old Magcon
FanficMackenzie Jackson fue desterrada de Magcon por un error... un error que la representaba pero que sin embargo ella no cometió. ¿Podrá volver? [Fecha de creación: 19 de agosto, 2015] Rangkings #1 en Cameron Dallas el 30 de junio del 2023 #1 en Magcon...