La desterrada › Old Magcon

39. Un duro castigo.

Un mes y medio después...

[Jack Gilinsky]

Sin duda era un comienzo de vacaciones muy distinto a todos los anteriores.

Desde que Mackenzie se movió nuestras expectativas de que despertara eran muy altas, pero ya han pasado 6 semanas... ¿Qué conclusiones podemos sacar con eso? Nos merecíamos este sufrimiento.

Algunos de nosotros seguíamos con la esperanza viva, pero otros ya se preocupaban más de otras cosas... no les gusta hablar de ella, es como si la hubieran dado por muerta. Sé que debemos seguir con nuestras vidas, pero para algunos no es tan simple.

En este momento cada uno estaba en un lugar distinto. Yo en el aeropuerto junto a Jack, ya que se iba de viaje con su familia. En otra ocasión no habría querido ir, pero esta vez tiene razones justas.

— ¿Estás seguro? — le pregunto por enésima vez.

—Ya te dije que sí— me abrazó— vuelvo dentro de una semana.

Se separó de mí y se fue. Creo que se está equivocando.

[Nash]

Ya ha pasado mucho tiempo en que todos esperábamos que despertara debido a que se movió... ¿Qué pasó? ¿Sólo fue una ilusión?

Ya no sé qué pensar...

[Mackenzie]

Ya no sé qué pensar... es un juego complicado y creo que esta última jugada puede hacerme volver a un lugar, no sé qué lugar... pero también temo perder... ¿Qué es lo que significaría? Cada vez que hago un movimiento es como si tuviera toneladas sobre mí, me cuesta moverme, pero a pesar de eso sigo haciendo el intento, nunca espero lo peor, simplemente me tengo fe.

Tengo mi última ficha, mi última jugada... y aquí es cuando tengo mi último aliento... debo saber usarlo, cosas grandes podrían pasarme ¿Cuáles? No lo sé, simplemente me lo dicta mi corazón.

Dirigí mi mano hacia la ficha con tanta dificultad que me tuve que detener a descansar. Tenía la ficha en mi mano y el último movimiento que hiciese definirías mi vida literalmente. Si gano será un alivio.

Arrastré la ficha por el tablero tan lentamente debido al peso que sentía en mi cuerpo y una mirada imponente criticar mi demora. Pero esa mirada hace trampa, esa mirada me impone las dificultades...

1, 2 y 3... Todas sus fichas ya eran mías.

Jaque. Mate.

Esa frustración ya se había comido la cuarta parte de mis sentidos. Iba a explotar, iba a decirlo todo y luego me rendiría.

—Simplemente no puedo verte así— susurré.

Gané el juego.

Ya era el momento y sólo necesitaba respirar. La miré de cerca, a sus ojos cerrados, dispuesto a decirle lo que la esperanza me había hecho guardar durante un mes y medio, pero ya no lo soportaba, era un dolor en mi pecho tan grande que me impedía respirar normalmente. Hasta que lo dije.

—Te quiero...— susurré dejando mis palabras en el aire— te quiero más de lo que imaginas, te veo más que como una amiga... siempre lo hice...

Cerré mis ojos y una lágrima se escurrió cayendo en su mejilla.

Seguí mirándola mientras que en mi pecho el nudo desaparecía. Solté un suspiro y sus ojos se abrieron de golpe dejándome ver el azulado de ellos.

—Nash...