La desterrada › Old Magcon

40. De vuelta a la realidad.

—Nash...— pronunció mi nombre sonriendo.

—Mackenzie...— susurré.

Esto debe ser un sueño. Hace tanto tiempo que no la oía hablar... esto me quitaba el aliento.

[Mackenzie]

— ¿Dónde estoy? — pregunté intentando moverme, pero apenas lograba mover mis manos.

—Esto es un sueño— susurró.

Me reí levemente y lo pellizqué.

—Auch...— se quejó.

— ¿Por qué debería ser un sueño?

— ¡Despertaste! — Exclamó y me abrazó con fuerza— no sabes cuánto esperé por esto.

— ¿Esperar por qué? — dije confusa.

—Tranquila... llamaré a Luke, él te explicará todo— dije sacando mi móvil.

— ¿Quién es Luke?

La miré perplejo. Luke nos había advertido sobre esto, y agradecía que de mí no se haya olvidado, pero... me preocupan los chicos.

Le marqué mientras la miraba, hasta que contestó.

—Luke...

— ¿Que pasa Nash?

—Ven a la clínica, es urgente— mi voz estaba temblorosa de la emoción.

— ¿Le pasó algo a Mackenzie?

—Sólo... ven, ahora.

[Luke]

Al llegar a la clínica Nash estaba afuera llorando con sus manos en la cabeza. Temo lo peor.

— ¿Qué pasó? — le pregunto acercándome a él.

Él sólo me abrazo.

— ¡Nash habla!

Vi al doctor salir de la habitación no con muy buena cara. Se acercó a mí.

—Lo siento— me dijo y casi se me cae el alma a los pies.

Corrí hasta la habitación de Mackenzie y entré fugazmente dejándome ante mi vista a una Mackenzie con sus ojos abiertos mirando a través de la ventana.

No puede ser.

Entré lentamente y ella posó su vista en mí.

—Hola— musité y ella sonrió.

—Hola— habló.

— ¿Cómo estás?

— ¿Quién eres tú?

Bajé mi mirada. Entonces por eso el doctor lo sentía, porque no me recuerda.

—Nash...— lo llamó y él, que estaba detrás de mí, se acercó a ella.

— ¿Quién es él? — le susurró.

—Él es una persona muy importante para ti— le dijo.

— ¿Ah sí? — ella frunció su ceño y Nash rió.

—Sí— asintió Nash— él es Luke McKay, es tu psicólogo y también es como tu hermano... porque te ayudó durante 4 años a que fueras muy fuerte.

Me miró extrañada.

—No lo recuerdo— susurró— pero su cara se me hace conocida.

Algo es algo, pensé.

[Mackenzie]

—Recuerda que el doctor dijo que poco a poco ibas a ir recordando todo— me explica Nash y yo asiento.