8. Ella me esconde algo.

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Después de clase, Dustin me llevó a casa y se quedó para que le leyera un libro que teníamos pendiente en Literatura. Me dirigí a saludar a mamá y la encontré en su habitación llorando y mirando una foto de unos bebés.

— ¿Mamá? — dije y ella se volteó a verme asustada y nerviosa.

—Hija ¿Qué haces aquí? — la vi guardar la fotografía dentro de una caja rápidamente.

—Llegué de la escuela ¿No? ¿Estás bien?

—Sí, si no te preocupes.

—Traje a Dustin, vamos a leer un libro para la clase de Literatura.

—Está bien, que no se quede hasta muy tarde.

—Okey— dije por último y me fui a mi habitación algo extrañada. Dustin estaba ahí.

— ¿Lista? — pregunta al verme, estirando sus manos con el libro en ellas.

Lo miré frunciendo mi ceño y boca.

— ¿Sucede algo? — vuelve a preguntar.

—Cuando entré a la habitación de mamá, estaba llorando y viendo una fotografía de dos bebés, ella al verme se puso nerviosa y ocultó la fotografía en una caja— expliqué tratando de deducir todo.

—Tal vez no le gusta que la veas llorar.

—Si, tal vez, pero ¿Por qué miraba una fotografía, se puso nerviosa y luego la oculto?

—Mack, tal vez estas confundiendo y acomplejando las cosas. No lo sé ¿Habrá discutido con tu padre?

Torcí mi boca.

—Tienes razón, es una tontería, pero no pude evitar sentir que ella me esconde algo.

—Ya basta, vamos a leer.

—Querrás decir VOY a leer— alce una ceja.

—Exacto— reímos.

— ¡Mackenzie!

— ¡Macky!

Abrí mis ojos asustada y me puse pié tomando mi móvil para ver la hora. Gracias a Dios no llego atrasada a la escuela.

— ¡Mackenzie! — escuché nuevamente.

Creí que lo había soñado. Me asomé por la ventana y vi a Skylynn y Hayes en el ante jardín.

—Hola chicos— saludé.

— ¿Podrías bajar? — me pide Hayes.

—Claro— me puse un sweater que tenía tirado por ahí y bajé fugazmente. Abrí la puerta y me encontré con Skylynn lanzándose sobre mí.

—Hola pequeña.

—Te he extrañado Macky— dice ella.

Dejé de abrazarla y miré a Hayes.

— ¿Cómo estás? — le pregunto.

—Raro, con mamá y Skylynn iremos a Miami. Queríamos despedirnos de ti.

— ¿Tú no estás enojado conmigo?

—Eso es lo que Nash cree, pero yo siempre te creí, perdón si no te lo dije antes— me sonrió y me lancé a abrazarlo.

— ¿Y por qué diablos...? ¡Qué coraje Hayes!

Rió.

—En serio lo siento.

— ¿Y Nash? ¿También va? — dije mirando por sobre su hombro.

—No, él ya se fue a la escuela, es por eso que aprovechamos el momento con Sky, para despedirnos de ti y yo poder hablar contigo.

Miré a Sky.

— ¿Ves cómo es tu hermano? — Lo señalé— es un jodido idiota y pendejo por dejarme sola todos estos años.

Hayes rió.

—Y Nash también— dice ella frunciendo su ceño.

—Tiene razón— habla Hayes.

—La verdad no me importa— me encogí de hombros— me da mucha alegría saber que no me odias y que sigues siendo mi amigo.

Él volvió a abrazarme y escondió su cabeza en mi cuello.

—Te extrañé.

—Yo también— acaricié su cabello.

—Yo ya me voy— dice Sky y sale corriendo al ver a su madre.

—Vamos Hayes— lo llama también.

Él se separa de mí y me mira.

— ¿Porque eres de mi tamaño pendejo? — bromeé.

—Por qué es ideal para algo— se ríe.

— ¿Para qué? — cuestione confundida.

—Para esto.

Iba a reaccionar a lo que me dijera, pero de pronto lo veo acercarse demasiado a mí, por consiguiente, antes de que lograra hacer lo que quería hacer, pongo mi mano en su pecho, deteniéndolo. Esto me toma por sorpresa, Hayes es como mi hermano menor y jamás pasó por mi mente besarlo. Se alejó de mi algo avergonzado.

—Hayes ¿Qué se supone que querías hacer? — dije confundida.

—Quería besarte ¿No lo habías hecho nunca?

—Sí, si lo había hecho, con Sam, p-pero... ¡Ese no es el punto! ¿Por qué harías algo como eso?

—Me gusta cuando estas nerviosa y tartamudeas— sonrió nervioso.

—Ve al punto Hayes, tu mamá te está esperando.

— ¿No es obvio? Me gustas Mackenzie— confesó.

—Pero Hayes tu eres como mi hermano, no te puedo gustar, además eres un pendejo— me reí sin creerle.

—Si no te lo dije antes fue porque era un cobarde, se sintió bien decírtelo. Y no me importa si me rechazas, estoy satisfecho con que lo sepas hasta que vuelva dentro de una semana. Adiós— me da fugaz beso en la mejilla y se va.

—Pero...

— ¡Adiós Macky! — dice Skylynn.

—Adiós pequeña— me despedí agitando mi mano confundida aún y cerré la puerta viendo a Hayes sonreírme.

Que locura.

La desterrada  ›  Old MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora