33. Nueva vecina, nuevo vecindario.

4.8K 303 45
                                    

Era primera vez que veía este lugar, aunque no tenía mayor diferencia de mi anterior vecindario. Me bajé del auto de mamá y entre a la casa, era mucho más amplia, tenía piscina y un sótano. Subí a la segunda planta intentando buscar alguna pequeña puerta que me llevé al tejado, pero no había nada. En este momento es lo que más odio de la casa.

Los muebles estaban todos ubicados, solo faltaba ordenar las demás cajas que habíamos traído recientemente.

— ¿Qué te parece? — Me dice mi mamá cuando ya bajé— es linda, pero... rara.

—Sólo debes acostumbrarte, ya verás que terminará gustándote.

En eso papá entra y nos mira con una sonrisa.

— ¿Cómo están? — pregunta.

—Bien— respondemos al mismo tiempo con mamá.

— ¿No hubo problemas al venirse?

—Ningún inconveniente, cariño— responde mamá.

De pronto, suena el timbre y corrí a abrir rápidamente.

—Hola— dice una chica rulosa frente a mí con una gran sonrisa en su rostro.

—Hola— saludé.

—Yo soy tu vecina— me dice— vivo justo frente a ti, me llamo Mahogany Lox, puedes llamarme como quieras.

Reí levemente.

—Soy Mackenzie— le extendí mi mano y ella la recibió— puedes llamarme también como a ti te apetezca.

— ¿Acaban de llegar no? Quise traerles este pie de manzana ya que como ahora seremos las únicas jovencitas en el vecindario me gustaría hacer amistad contigo y tu familia ¿No te molesta?

—Para nada, puedes pasar.

—Gracias— dijo y entró.

Me dio buena impresión al instante.

Caminamos hasta la cocina y ahí se presentó frente a papá y a mamá diciéndoles también que seríamos vecinos. A mis padres les cayó muy bien, especialmente a mamá que pensó en que ella sería una gran ayuda para mí.

Luego de eso, me invitó a recorrer el vecindario.

—Entonces Mack— me dijo— ¿En qué escuela vas?

—Voy a la que está aquí cerca, California High School ¿y tú?

—No, yo estudio en un instituto que está más al Sur, pero mi amigo Dustin estudiaba allí.

— ¿Dustin dijiste?

—Sí.

— ¿Cuál es su apellido?

—Greenfield.

—Oh, él es amigo mío también— dije sorprendida.

— ¿Si? Qué bien que tengamos un amigo en común.

—También me alegra— sonreí.

—Bueno... ¿Cómo lo conociste? — esta vez habló más lento.

¿Dije o hice algo? Su actitud cambió mucho.

—Fue extraño, fue en medio de... un problema que tuve con un chico, yo estaba llorando tirada en el piso y él llegó y me ofreció su ayuda.

— ¿Eran penas de amor? — me miró.

—No, más bien eran de amistad.

—Ow, eso es lo peor.

La desterrada  ›  Old MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora