Capítulo 28

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Al salir de la celda en la que se encontraba Ashley, Dylan sonrió alegrándose de por fin poder mostrar quien era, sin miedo a que lo descubran. Soltó un bufido al percatarse de que frente a él se hallaba Scott, con el ceño fruncido, parecía molesto; que estuviese con los brazos cruzados apoyado en la pared lo delataban.

—¿Porque no me dijiste quién eras? —Exigió saber en forma de orden, Dylan revoleó los ojos soltando un gruñido.

—Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas. —Se limitó a decir caminando en dirección a la derecha, dejando al príncipe del infierno con la palabra en la boca.

Scott, molesto ante la actitud que manifestaba Dylan, comenzó a caminar detrás de él, en cuando se encontraba lo suficientemente cerca se colocó al frente, impidiéndole al híbrido continuar con su camino.

—Responde.

No podía creer que ese sujeto fuese un demonio mitad dios, aunque eso respondería a la duda permanente del porqué decidió traicionar a los dioses. Incluso, pensó, tal vez de ahí se originara la ferviente aceptación de su padre, Lucifer, al aceptar la ayuda del híbrido. Pero, ¿él conocía la verdadera identidad del chico?

Se apartó las dudas de la cabeza observando al sujeto que tenía frente a él, escudriñó su rostro hasta que por fin el chico habló.

—Eso no te incumbe —respondió Dylan empujándolo para apartarlo.

—Claro que me incumbe —dijo Scott sintiendo el enojo crecer en su interior, en sus más de mil quinientos años de vida nadie había osado hablarle de esa forma tan altanera.

—Deja de molestarme y olvida lo que hayas escuchado.

—Estamos en el infierno, ¡mi reino! Así que no hagas que ordene que te maten —amenazó Scott sin ocultar su enojo, no podía creer la manera en la que un simple hibrido le hablaba, una sonrisa burlona se formó en sus labios, dándose cuenta de eso..., que Dylan era un simple híbrido, o por lo menos eso creía. El comentario hizo que al joven mitad dios le brillaran los ojos ante el enojo; el príncipe del infierno estaba en clara desventaja frente a Dylan y éste último estaba consciente de eso.

—Ahora sabes quién soy, ¿crees que un par de marionetas tuyas podrán contra mí? Pero por favor no me hagas reír. —Soltó una risa tan siniestra, que incluso logró ponerle los pelos de punta al demonio—. No sabes lo que dices hermanito. —Scott trató de no parecer como si sus palabras no le hubieran intimidado, pero era claro que lo hicieron.

La expresión en su rostro se tensó al escuchar su amenaza.

—No porque seas mitad demonio puedes llamarte mi hermano —respondió Scott calmando los latidos acelerados de su corazón, notó que su mano temblaba con levedad, por lo que la ocultó en uno de sus bolcillos.

Un dios siempre iba a ser más poderoso que un demonio y él lo sabía, así que era mejor seguirle la corriente al híbrido que tenía junto.

—Claro, lo digo por eso —dijo Dylan restándole importancia, pero en su voz se notaba cierto toque de diversión.

Caminaron por el estrecho pasillo que estaba casi oscuro por completo, lo único que alumbraba eran un par de antorchas. Llegaron a una especie de sala donde se encontraban un par de sillas y tomaron asiento en ellas. Dylan sacó el libro de invocaciones y comenzó a leerlo bajo la penetrante mirada de Scott, no entendía del todo lo que ahí decía pues estaba en griego, y pese a que todos los dioses nacían con la habilidad innata de conocer dicha lengua muerta; él no era un dios puro, por lo que no tenía todo el conocimiento para entenderlo a la perfección.

Fue por eso que pensó mejor las cosas; amenazar a Ashley con su madre fue parte de su plan para hacer que la chica se esforzara en aprender las cosas y así conseguir el libro. Provocar que lo leyera y aprendiera la mayor parte del contenido que se hallaba en él fue parte de ése también, pues, de esa forma podría robarle los recuerdos de una forma práctica y de esa manera, conseguir dominar el idioma a la perfección.

Scott no se encontraba para nada feliz, pero no podía hacer nada para sacar a Dylan de ahí, ya que ambos habían hecho un trato.

—Al entrar a la habitación de Ashley tomé el libro, lo estuvo leyendo durante la noche, estoy seguro. Probablemente ante la emoción de encontrar a su madre lo olvidó, por lo que fue fácil tomarlo mientras dormía.

— ¿Servirá? —cuestionó Scott, planeaban extraer toda la energía y poder de Ashley de una vez por todas.

—Tal vez...

—Un tal vez no servirá de nada. —Interrumpió levantándose del asiento.

—Scott, no hagas que me moleste, puedo acabar con tu miserable existencia en un abrir y cerrar de ojos —Dylan sonrió ante el cambio de la expresión facial de Scott—. Hiciste un trato con alguien peor que todos los demonios juntos —añadió para después de soltar una risa que congeló los huesos de Scott—. Pero antes de hacer esto... —Señaló el libro para después dárselo—, necesitaré un par de cosas, llama a alguien y le diré que tiene que traer. —Ordenó, a pesar del enojo que Scott sentía en esos momentos asintió y salió de ahí.

SAVE ME | PAST LIES IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora