Capítulo 44

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Caminaron por los grandes y hermosos jardines; los cuales estaban adornados con flores hermosas de todos los colores, los hacía lucir muy bellos, continuaron haciéndolo hasta que llegaron a la puerta del palacio. James sólo había colocado su mano en ella y ésta comenzó a emanar luz blanca a su alrededor. Bajo la mirada incrédula de Carissa y Grace la puerta se abrió, provocando que se sintieran extrañas; según sus conocimientos, ningún ángel podía hacer eso, ni uno puro ni demonio.

Al hacerlo, la puerta reveló el cuerpo de un hombre mayor, el cual apareció frente a ellos.

Señor James dijo, tenía un bastón en la mano, su cabellera era blanca por completo, sonrió al ver al chico.

Lucas respondió éste y caminó hacia él, miró sobre su hombro los ángeles que se encontraban con él, las cuales lo observaban de manera detenida.

Parecían creer que era imposible lo que hizo, querían pensar que fue un truco lo que hizo, pero lo vieron con sus propios ojos, lo que provocó que comenzaran a cuestionarse sin darse cuenta.

¿Realmente los dioses decían la verdad siempre?

Ellas son...

Ella es Carissa y yo soy Grace. Continúo al percatarse de que no se presentaron con anterioridad.

¿Que hacen un par de angelitos por aquí? Cuestionó el anciano haciendo énfasis a la palabra angelitos, no era común que un par de ellos viajaran a Ándem.

—Quieren hablar conmigo susurró James, él lo miró atónito.

¿Confías en ellas? ¿Acaso no recuerdas lo que sus antepasados te hicieron?preguntó Lucas, la mirada del jefe se volvió dura contra el anciano, suspiró y cerró los ojos tratando de tranquilizarse.

Claro que lo recordaba, jamás lo olvidaría por más tiempo que pasara.

¿Podría dejarnos a solas?preguntó James abriéndolos, encontrándose con la mirada reprobatoria del hombre, éste hizo una mueca ante su petición y asintió, a regañadientes se retiró y subió las escalares que se encontraban detrás de ellos—. Vamos dijo el chico en dirección a los ángeles, guiándolas hacia la sala, la cual se encontraba al lado derecho de donde se encontraban.

El palacio podía lucir un tanto intimidante por fuera, pero por dentro era todo lo contrario, las paredes y techos del salón que atravesaron primero estaban pintadas por todo un artista, en ella se apreciaban miles de ángeles cayendo, pero todos de una manera distinta.

¿Qué quieren decir estas pinturas?Se atrevió a preguntar Carissa ya que la mayoría de los salones por los que pasaban tenían casi la misma decoración, ángeles cayendo del cielo de diferentes maneras. James se sorprendió al escuchar su voz y se detuvo, dio la vuelta y la miró directamente a los ojos.

Cada uno de nosotros tiene su historia, así que las plasmamos en las paredes para no olvidar cómo llegamos aquí respondió y continúo caminando.

Pero Carissa se detuvo, se acercó a las paredes y miró la pintura que había llamado su atención. En ella aparecía un joven de una apariencia de no más de veinte años, ocupaba gran parte de la pared, comenzaba con el joven tomado de los brazos frente a una chica ensangrentada, seguía con el mismo chico tirado en el suelo con lágrimas cayendo por sus mejillas y más a la derecha terminaba con él cayendo del cielo. Sin saber la razón tocó la pared y un escalofrío le pasó por todo el cuerpo.

¿Quién es él? preguntó en forma de susurro.

James se dio la vuelta y negó con la cabeza.

No lo sé, aquí hay demasiadas historias que no sabría decirterespondió dándole la espalda para continuar caminando.

Pero claro que lo sabía, era su historia plasmada en la pared. Continuaron caminado hasta llegar a su despacho y entraron en él.

¿Sobre qué quieren hablar? dijo yendo al grano.

—Sobre Dylan y Max; sobre la reunión que tendrían todos ustedes —respondió Grace, sin miramientos.

—Oh, Max jamás llegó, con las ganas que tenía por verlo de nuevo —dijo él, con un claro tono sarcástico en la última oración.

— ¿Entonces llegó Dylan solo?

—Por supuesto que vino... me habló de sus planes; excitantes —añadió lo último con una sonrisa, como si por fin le estuviese encontrando sentido a lo que hacían ahí los ángeles.

Querían saber lo que Dylan le había dicho.

—Háblanos de eso.

SAVE ME | PAST LIES IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora