El corazón de ambos chicos latía con velocidad; Max estaba nervioso, no quería herir a Ashley, pero tampoco podía negar a Laín, ella fue parte importante de su vida y jamás diría que no a algo relacionado con la diosa.
Pasaron demasiados siglos desde eso, pero no podía evitar pensar en ella; la cara de la chica le decía a gritos que se trataba de Laín y no era porque se parecieran, sino en su mirada, la misma que solía tener la diosa en vida, tan inocente pero a la vez terca e incluso algo testaruda. No era como si no se sintiese también atraído hacia Ashley, ella era muy bella y al igual que Laín, impulsiva; se encontraba entre la espada y la pared, ni siquiera él mismo podía notar si se trataba de lo que decía Dylan: amor por Laín o por la que ahora portaba su alma.
Dylan les hizo un ademán a los demonios para que fueran tras él; intentó poner resistencia contra éstos, lanzando golpes, pero debido a lo débil que estaba no logró hacer mucho pues no conseguía apartar a los demonios de él.
Ashley se encontraba a unos metros de ellos, intentó darse la vuelta pero al instante en que lo hizo el híbrido ya se encontraba ahí, dio un paso hacia atrás al verlo frente a ella; tan imponente y malévolo, la observaba con diversión. Gracias a sus sentidos podía oír el corazón de la chica bombeando sangre más rápido en su sistema, lo que le causaba gracia, para él era divertido escuchar el efecto que causaba en ella.
—Hermanita —dijo con tono burlón.
Ashley se volteó, mirando a Max para pedirle ayuda, pero parecía que los demonios lo estaban distrayendo, golpeándolo y él, intentando seguirles el ritmo. Todo apuntaba a que la pérdida de algunas de sus plumas le afectó más de lo que siquiera imaginó. El tiempo pasaba, y la rubia pedía cada vez más por la llegada de Liam, quien parecía estar tardándose más de lo que esperaba.
—Ustedes son demasiado predecibles —añadió, llamando la atención de Ashley, por lo cual lo miró.
—Deja a todos en paz, es a mí a quien quieres... toma lo que quieres y vete, no les hagas daño por mi culpa —respondió, quería invocar alguna cosa para lograr salvar a Max, pero no podía, se sentía cansada, sólo quería parar todo y dejarse ir.
Con suerte, pensó, en la muerte se encontraría con su madre.
—Si te tengo a ti, lo tengo todo —dijo Dylan, tomándole el rostro.
La jaló de manera brusca hasta él y le brindó una sonrisa ladeada. Lucía sumamente intimidante.
— ¡Aléjate de él, Ashley! —exclamó Max, los demonios ya lo tenían acorralado; uno lo tomaba por los brazos contra su espalda, mientras los otros lo golpeaban.
—Vas a sentir un poco de dolor, pero pasará conforme me robe todos tus recuerdos..., incluso verás los de Laín, excitante, ¿no lo crees? —preguntó, antes de que la chica respondiera colocó su manos alrededor de su nuca, colocando su frente contra la de ella.
La chica cerró los ojos, pero seguía de pie; era como si la energía de su cuerpo se estuviese desvaneciendo; recuerdos de lo que había leído en los libros se iban de su sistema, junto a una ola de fuerza grande. Su respiración era leve, incluso, a simple vista no se notaba.
Max comenzó a gritar desde donde se encontraba, no sabía si eran los golpes nada más o también el que la chica estuviese sufriendo. Cosa que también le afectaba a él por su conexión.
Y entonces, los recuerdos de Laín comenzaron a hacerse presentes en la cabeza de la chica, dejándola confundida por completo.
—Quisiera que mínimo antes de morir sepas la verdad de tu muerte, para que dejes de confiar en ellos, quiero que veas con quien en realidad estás —susurró Dylan.
Y entonces, unos gritos de dolor se hicieron presentes.
Eran los de Ashley y Max mezclados, ambos gritaban al mismo tiempo.
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SAVE ME | PAST LIES I
ParanormalLa guerra por el alma de Ashley ha comenzado. Los demonios la encontraron, y la quieren bajo su cargo. Los ángeles saben que la necesitan si quieren ganar la batalla. Pero al final del día, sólo uno la tendrá. ¿Quién se quedará con ella? (...) En fí...