Capítulo 49

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—¿Lloviendo? —preguntó Liam tensándose, caminó hacia ella y se colocó a su lado.

Comenzó a observar el cielo y notó las gotas de lluvia cayendo del cielo, ésta se veía con mucha intensidad, dejando charcos de lodo por donde caía.

—Es imposible, yo controlo el clima de esta zona; no he dicho que llueva —susurró alejándose de la ventana.

—Tal vez lo que dijo no era una metáfora, sino literal, deberíamos...

El sonido de algo quebrarse en la planta baja provocó que todos dieran un salto sobre sus lugares, interrumpiendo a Max, Liam soltó una maldición acercándose a la puerta. Más cosas romperse comenzaron a hacer ruido, provocando que los vellos de Ashley se erizaran por completo.

El miedo invadió su cuerpo, estaba nerviosa por la presencia de Dylan en el lugar; pero también una parte quería ir hacia él, una muy pequeña quería salir en su búsqueda y hacerlo pagar por lo que le había hecho a su madre, pero estaba consciente de que eso sería muy estúpido.

—Tenemos que ir en búsqueda de los demás; tal vez sea Dylan quien está aquí —susurró Liam abriendo.

Observó afuera fijándose en si alguien que les impidiera salir se encontraba ahí; agradeció que no era así, por lo que hizo una señal en dirección a los demás para que salieran detrás de él.

—Genial, llegamos en el mejor momento. —Ironizó James caminando hacia él, con Max y Ashley a su lado.

—Ve en busca de tú gente y de los demás ángeles, vigilen la zona; ahora lo importante es mantener a los libros y a Ashley a salvo —dijo Liam en su dirección, él ángel caído asintió dando un fuerte suspiro.

Max se separó de la rubia provocando que de repente ésta se sintiera insegura. Caminó hacia el barandal de las escaleras mirando hacia abajo, percatándose de que un par de demonios se encontraban revisando la sala, entre ellos Scott. Recorrió la mirada el lugar, los intrusos parecían estar tirando todas las cosas, como si no les importara que hicieran ruido y los escucharan.

No encontró a Dylan por ningún lado.

Se apartó del barandal para evitar que lo vieran, miró a Liam y negó con la cabeza, como si éste supiera lo que estuvo buscando, él asintió.

James se fue a las habitaciones de su gente, como pidió el dios.

—Debo ir por los libros, antes de que Dylan los encuentre —dijo el dios desapareciendo por la puerta, de manera inmediata corrió hacia su habitación, la cual se estaba a dos de donde se hallaban.

—Vamos por Grace y Carissa —dijo Max tomando la mano de Ashley, jalándola levemente para que lo siguiera.

La habitación estaba un poco alejada de donde se encontraban, pero apresuraron sus pasos para llegar más rápido, al estar a ésta se encontraron con una escena que jamás imaginaron. El par de ángeles yacía inconsciente en el suelo, con un poco de té derramado cerca de ellas y un par de tazas quebradas.

Max fue el primero en reaccionar y corrió hacia su hermana, tomándole el pulso; estaba viva. Repitió la acción con Grace, obteniendo el mismo resultado.

Pasó sus dedos por el resto de té en el suelo y se llevó los dedos húmedos a su nariz, olfateándolo.

—Tiene alguna droga, huele raro —susurró en dirección a la chica.

—Tenemos que irnos de aquí, te llevaré a ti y a Ashley —dijo Liam, fue muy rápido en ir por los libros, sabía que no tenía tiempo para distracciones, comenzó a formar un círculo en el aire, intentando abrir un portal.

—Ponlas a salvo a ellas, no podemos dejarlas —dijo Max caminando hacia ellos, el dios negó con la cabeza.

—No puedo llevarlas a ellas, gastaré demasiada energía si lo hago, sabes que tomo un porcentaje de su energía y no puedo hacerlo con tantas personas, y menos si dos están inconscientes —respondió Liam mirando fuera de la habitación, James iba en su dirección corriendo, junto con los ángeles caídos de Ándem.

—Protegeré a Ashley...

—Mi padre me matará si las llevó y a Ashley no —dijo negándose—. Lo lamento, debo...

—Yo la cuidaré, no tienes por qué preocuparte, huiremos; cuando estén en el cielo solo déjalas ahí, cuando alguien las vea las ayudarán, puedes volver después, me aseguraré que no le pase nada, por favor...

La chica los observaba discutir a ambos, su corazón latía con velocidad al ver a su amiga inconsciente en el suelo, su mano derecha temblaba con impotencia. Si ella supiese hacer un portal, podrían ir, pero no podía.

—Llévatelas —dijo en forma de susurro, su voz sonó algo quebrada, pero con determinación—. Estaremos bien, no te preocupes, date prisa.

Liam miró a ambos y suspiró; se dio por vencido muy rápido, pues no tenía tiempo para discutir, mientras más rápido lo hiciera, más pronto estaría de vuelta.

James llegó a la habitación con la respiración agitada, los demás ángeles caídos no entraron, se quedaron afuera, como si le hicieran guardia a la puerta.

—Tú gente está inconsciente. —Informó, su hermana fue la única que lo siguió y entró con él.

— ¿Qué? —dijo Max confundido, Soul asintió con la cabeza, al igual que su hermano, tenía la respiración agitada y el cabello castaño despeinado.

—Dos chicas llegaron a nuestras habitaciones con tazas de "té" humeantes, una criada llamada Emily y otra ángel que dijo llamarse Juliet, gracias a los dioses nosotros somos demasiado desconfiados y no lo aceptamos, creímos que ellas se veían sospechosas y lo rechazamos, ahora sabemos lo que en realidad querían —respondió Soul mirando hacia la puerta.

— ¡Alguien está subiendo! —exclamó un ángel caído desde afuera, Max miró a Liam de manera suplicante, haciendo que suspirara.

—No hagas que me arrepienta de esto —dijo, colocó los libros dentro de su saco e hizo lo debido; abrió un portal en su habitación, tomó a ambas chicas y levantó a Grace en brazos, a Carissa la miró y de repente su cuerpo comenzó a levitarse, provocando que hiciera una mueca.

—Nosotros los distraeremos todo lo que sea posible, ustedes pongan a salvo a Laín —dijo James tomando a su hermana de la mano, ambos salieron de la habitación y cerraron detrás de sí.

Comentaron a oírse gritos y golpes del otro lado de la puerta.

Liam no perdió el tiempo y pasó del otro lado del portal, perdiéndose en la otra dimensión que lo esperaba.

— ¿Qué se supone que haremos mientras tanto?preguntó Ashley cuando vio a Max acercarse a ella, él la tomó de la mano, acercándola a la ventana más grande de la habitación.

—Huir, son demasiados y no tengo mi pluma —dijo abriendo, la colocó frente a ella y extendió sus alas, la tomó de la cintura, aferrándose a ella y saltó por la ventana, volando lejos de la mansión.

(...)

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SAVE ME | PAST LIES IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora