Capítulo 48

7.8K 801 83
                                    

Había comenzado a llover fuera de la mansión, al parecer el sol que estuvo durante gran parte del día desapareció de repente; dando paso a nubes grises que invadían el cielo. El cambio brusco de temperatura pasó desapercibido para los ángeles, quienes se concentraron en los nuevos miembros de la casa.

Después de haberse instalado en sus respectivas habitaciones, se les ordenó a los ángeles caídos permanecer dentro de éstas, Liam sólo solicitó la presencia de James en la habitación de Ashley; en ella se encontraba Max y ella, por supuesto, también el dios.

Los demás ángeles yacían en sus habitaciones, tratando de pensar en otra cosa que no fuera la información que tenía el jefe de los ángeles caídos. Carissa y Grace estaban en el mismo lugar, platicando de cosas banales, aunque en el fondo, ambas hubiesen querido estar ahí cuando James dijese algo importante.

— ¿Señoritas? —preguntó Emily entreabriendo la puerta, en sus manos tenía una charola de plata, en ésta se encontraban dos tazas—. Les he preparado té, espero que no les moleste. Sé que no lo solicitaron, pero con todo lo que está pasando a su alrededor, me pareció que querrían relajarse.

Bajó la mirada sonrojándose levemente, porque así aparentaba ser; tímida. Las chicas se levantaron de la cama caminando hacia ella; Carissa le sonrió negando con la cabeza.

—Es muy amable pensar en nosotras en un momento como este Emily, muchas gracias —dijo abriendo por completo la puerta, permitiéndole a la criada pasar.

Colocó la charola sobre la mesa de noche que se encontraba a un lado de la cama.

—Espero que les guste —dijo, tendiéndoles a cada una sus respectivas tazas.

Grace y Carissa las tomaron sonriéndole con amabilidad; se encontraban algo confundidas pues Emily no solía hacer nada sin que alguien se lo pidiese. Se llevaron el té a los labios y bebieron de éste... al pasar por su boca sintieron un sabor amargo que no caracterizaba el té de la criada, el cual siempre solía estar bien.

— ¿Qué clase de té es este? —preguntó la pelirroja, formando una mueca con los labios.

—Sabe... tan amargo. —Le siguió Grace, dejando la taza en su lugar.

—Un té que las hará dormir, como a la mayoría de los de aquí —dijo brindándoles una sonrisa.

Ambas se preparaban para replicar, pero no podían; intentaron gritar al sentir su cuerpo entumirse. Sus ojos comenzaron a sentirse pesados, poco a poco éstos se fueron cerrando. Ambas perdieron fuerzas de sus piernas y cayeron al suelo casi al mismo tiempo, inconscientes.

Emily suspiró.

—Descansen angelitos —susurró dándose la vuelta, caminando hacia la puerta para salir de la habitación.

Debía ser rápida, pues junto con otra chica debía proporcionarles la bebida a los demás.

(...)

—Siendo sinceros, no sé mucho de lo que hará —dijo James tomando asiento en una de las sillas que se hallaban en la habitación.

Tenían unos diez minutos hablando de cómo fue su encuentro con Dylan el día en que lo citó. Él respondía a las preguntas que le hacían sin rechistar, diciendo sin rodeos lo que sucedió en esa ocasión.

Max se encontraba en otra silla frente a él y Liam en la cama de Ashley, ella estaba sentada a su lado.

—Dijo que tendría los poderes de Laín, ya saben, esperaba que sus planes fueran un éxito. Aunque no lo fue, tenía un plan B. Sabía que en caso de que Ashley escapara, vendría por ella ya que la necesita, sabía que si se iba la traerían aquí, pensaba que ella no querría ir al cielo tan pronto y veo que acertó.

—¿Qué hará? —preguntó Max de repente, provocando que James lo mirara.

—Vendrá aquí tomándolos con la guardia baja, claro, tenía el objetivo de venir estando o no Ashley aquí, aunque ahora será por dos cosas. Ella y los libros sagrados, sabe que Liam conoce su paradero y los quiere. Cree que podría ser más poderoso teniendo conocimiento de todo lo que hay en ellos —respondió.

La habitación se sumió en un silencio sepulcral que nadie se atrevía a romper, la tensión se podía notar en el ambiente. Las respiraciones agitadas de Max, Liam y Ashley los delataban por completo, haciéndole ver a James lo nerviosos que se encontraban.

Que no tuviese una fecha exacta de la llegada los preocupaba.

— ¿Y cómo vendrá aquí? Liam dijo que cerró el portal. —Comentó la chica, rompiendo el ambiente que se generó.

Me confesó que tenían dos traidores —respondió, tomando a todos desprevenidos.

— ¿Traidores? ¿Más? —preguntó Max levantándose del asiento en el que se encontraba, James asintió.

—Sí, dijo que jamás imaginarían quién era, no mencionó nada más. Me negué, por lo que me amenazó con asesinarme si no me callaba; no le tengo miedo, por favor, no es más que alguien lleno de odio. —Optó por responder el ángel caído.

Liam se levantó señalándolo con el dedo, parecía molesto pues el chico no mencionó nada sobre eso a su llegada.

— ¿Por qué no nos lo dijiste antes? —preguntó caminando hacia él, James se limitó a encogerse de hombros.

—Lo estoy haciendo ahora.

— ¿Te comentó cuándo lo vendría?

—Sólo dijo "Cuando menos se lo esperen, ahí estaremos. El cielo llorará ese día" —dijo, intentando imitar la voz gruesa de Dylan.

Para él no era más que una estupidez lo que el híbrido le confesó, pero no podía evitar sentir lastima cuando vio el miedo reflejarse en los ojos de todos los presentes.

—Es una metáfora, ¿verdad? —preguntó Max, su voz sonaba angustiada.

—No tengo idea —respondió James en un susurró.

—Liam —susurró Ashley, se había levantado de su asiento caminando hacia la ventana más cercana—. Está lloviendo.

SAVE ME | PAST LIES IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora