SAVE ME | PAST LIES I

Capítulo 41

*Regalo para ustedes al final, leanlo 7u7*

Ashley.

—Escucha, antes de hacer esto necesito que estés concentrada —dijo Liam cerrando el libro de golpe. Miré su rostro intentando concentrarme en sus palabras—. Eres alguien poderosa, no tienes idea de cuánto poder posees dentro de ti, pero debes concentrarte, deja fluir la energía, ese es tu poder —asentí.

Liam decidió parar con los hechizos; nos habíamos enfocado en las cosas simples, como hacer que las cosas se eleven con la mente, controlar algunos elementos e incluso, crearlo con mis propias manos. Fue algo extraño para mí, no podía creer que hice fuego de la nada, de un momento a otro, con tan solo pensarlo y decirlo en mi lengua madre —la cual según Liam era el griego— lo tuve en la palma de mi mano.

En un inicio sentí miedo, pensaba que de alguna manera podría quemarme pero no fue así, era como si no tocara mi piel, sino que estaba sobre ella, a unos milímetros de ésta.

También controlé el aire y el agua; unos ángeles llevaron unos botes de agua pequeños, pues Liam quiso que empezara con lo básico.

Tardé varias horas en acoplarme a la sensación que sentía al hacerlo, y en dejar de estar tensa; sabía que tenía que relajarme y dejarlo fluir, tal y como él decía

En ese momento, comencé a ver el poder entrar en la mente. Según él, me enseñaría a colocar defensas para evitar que, como lo hizo una vez Dylan, cualquiera pudiera entrar a lo más recóndito de mis pensamientos.

— ¿Que se supone que debo hacer? —pregunté con los ojos clavados en su rostro.

—Intentaremos con algo básico, como siempre. Veamos cómo lo haces si cierras los ojos, así será más difícil distraerse —respondió.

Suspiré e hice lo que me pidió.

—Ahora concéntrate, respira profundo; sólo inhala y exhala.

Sin protestar, comencé a hacer lo que me indicó.

Al pasar los segundos sentí que mis hombros se relajaban y mi respiración se regulaba, se sentía como si de pronto estuviese en una especie de trance.

—Perfecto, creo que estás menos tensa, abre los ojos. —Su voz me sacó de éste, provocando que lo mirara; en su rostro se encontraba una leve sonrisa.

Como si estuviera feliz de que fuera tan obediente en cuanto a lo que me pedía; intentaba seguir sus instrucciones al pie de la letra, ya que cuando habíamos iniciado preguntaba y cuestionaba lo que decía. No podía evitarlo, sentía curiosidad.

—Sabes que Dylan puede entrar en tu mente. —Se quedó a medias, parecía haberse retractado de lo que estaba a punto de decir—, quiero que aprendas a crear y romper barreras para que nadie pueda manipularte otra vez —continuó con seriedad, cómo si se refiriera a alguien que él sabía y por alguna razón pensé que no se trataba de Dylan.

— ¿Cómo puedo lograrlo? —pregunté, decidió acercarse y se colocó frente a mí.

—Quiero que no permitas que entre a tus pensamientos —respondió, sentía su mirada penetrante sobre mi rostro; lucía bastante serio e intimidante.

Sonaba como una especie de desafío.

— ¿Cómo?—pregunté ladeando la cabeza.

—Primero crea una barrera, ya sabes, una sólida. Pon en tus pensamientos algo sin importancia que sea difícil de quitar —dijo, para después hacer una pausa para observar mi reacción, su boca estaba ladeada, como si quisiera sonreír pero no pudiese— ¿Lista? —preguntó, provocando que asintiera con la cabeza.