«Max se encontraba en el bosque corriendo junto a Ashley, por alguna extraña razón ahora estaban ahí, era como si de un momento a otro hubiesen aparecido en medio de la nada. Él no sabía cómo llegaron a ese sitio, y tampoco comenzó a pensar en eso, lo único que podían hacer era correr.
Eran perseguidos por dos Equguis, aquello se trataba de dos criaturas con cuerpo de caballo, cola de serpiente y cabeza de toro. Los demonios los crearon por la combinación de varios animales, de los animales híbridos se basaban la mayoría de las leyendas de los humanos.
Continuaron corriendo por el bosque hasta que un hombre apareció de la nada embistiendo a Max, quien comenzó a toser, el golpe había provocado que se le acabara el aire.
El hombre lo tomó del cabello levantando su cabeza obligándolo mirar el lugar en el que se encontraba parada Ashley.
Otro hombre la tomó en brazos y la acercó a su cuerpo, de su bolsillo sacó una navaja colocándola en el cuello de la rubia, sonrió en dirección a Max.
—Lucifer y Dylan te mandan saludos —dijo para después clavar la navaja en el cuello de Ashley.»
Max despertó en su cama bañado de sudor con la respiración agitada. Tomó su rostro y se limpió el sudor que empapaba todo su rostro.
« ¿Qué había sido eso?, ¿Acaso alguien entró en mi mente?»
Pasó sus manos por su frente sintiéndose frustrado. Se levantó de la cama y salió de la habitación, caminó por los pasillos hasta que llegó a la puerta de Ashley. Se quedó ahí unos segundos hasta que con el mayor cuidado que pudo tomó el picaporte y abrió la puerta sin hacer ruido, una pequeña lámpara se encontraba encendida iluminando un poco la habitación, miró hacia la cama, ahí se encontraba ella, durmiendo plácidamente como si no hubieran problemas rodeándola, su respiración era regular y parecía estar muy tranquila, ajena a lo que Max soñó.
Estando frente a ella un sentimiento de culpa lo invadió por completo tomándolo desprevenido.
Se preguntó cómo reaccionaría ella si supiera lo que él estuvo planeando desde un inicio, pero lo único que por el momento se negaba a admitir era que la jugada comenzaba a salirle mal pues comenzaba a sentir cosas más profundas de lo que imaginó.
Le lanzó una última mirada y negó con la cabeza, después cerró los ojos y suspiró. Salió de la habitación, bajó las escaleras para ir en dirección a la cocina. Tomó un vaso y lo llenó de agua, necesitaba apartar ese sueño de su cabeza.
Al darse vuelta encontró a Liam somnoliento.
— ¿Qué sucede? —preguntó.
—Tuve una pesadilla —respondió Max con una mueca, provocando que el dios frunciera el ceño.
— ¿Una pesadilla? —susurró confundido. El rubio asintió.
—Creo que un demonio entró en mi mente, Ashley y yo estábamos siendo perseguidos por Equguis, no lo sé Liam fue muy extraño, se sentía tan real —respondió después de meditarlo.
— ¿Quién? ¿Cómo fue posible?
—No lo sé, eran dos sujetos, jamás los había visto, iban a asesinar a Ashley, lo último que recuerdo es que uno de ellos la atrapó y antes de asesinarla me dijo que Lucifer y Dylan me enviaban saludos.
—Mañana saldré con Ashley, ella sabe algunas cosas pero necesito hacerla más fuerte e inteligente, no te ofendas, pero en ocasiones me parece algo impulsiva, le enseñaré las invocaciones más poderosos e incluso hechizos que no requieren la energía de otros dioses, hay más de donde puede sacar poder, no pequeñeces como las que le mostré cuando recién comenzamos —respondió Liam dándose cuenta de que los demonios planeaban algo grande, el sueño que el ángel tuvo se trató de una advertencia contra lo que se avecinaba.
— ¿No crees que sea mejor utilizar un hechizo para que recuerde su vida pasada? Tú conoces muy bien que existe uno, aunque es peligroso —preguntó Max, a lo que el dios negó con la cabeza.
—Todo vendría de golpe, Ashley no lo podría controlar todo de un momento a otro, además los recuerdos de Laín la aturdirían —respondió—. Es mejor que todo venga poco a poco —prosiguió.
Max asintió.
—De acuerdo.
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SAVE ME | PAST LIES I
ParanormalLa guerra por el alma de Ashley ha comenzado. Los demonios la encontraron, y la quieren bajo su cargo. Los ángeles saben que la necesitan si quieren ganar la batalla. Pero al final del día, sólo uno la tendrá. ¿Quién se quedará con ella? (...) En fí...