-He intentado mantener el orden en esta ciudad, pero debo decir que es algo muy complicado -reí un poco-. Nueva York jamás está tranquila, tú debes saberlo bien, digo, tu padre fue el jefe de los policías...
Me rasque la nuca con nerviosismo, debatiendo si estaba bien mencionar al difunto Capitán Stacy frente a la tumba de su hija.
Luego recordé que a Gwen le gustaría que yo recordara los detalles de su vida, así que proseguí.
-Ayer logré detener un robo al banco, el tipo no fue lo suficientemente fuerte para éstos músculos que tanto amabas -mostré mis brazos, los cuáles eran tan flacos como los fideos-. Aunque si me dio algunos golpes, aún me duele la mejilla.
Tenía un moretón ahí, asi que giré un poco mi rostro para que la mejilla lastimada quedara de cara a la tumba.
Tal vez suene raro ir a visitar el cementerio y tener una conversación con alguien que ya murió, y que probablemente ni siquiera esté escuchando, pero yo iba a hablar con Gwen todos los días desde su muerte.
Le contaba lo que me había pasado, también le daba noticias sobre su familia y le decía cuánto la extrañabamos todos: incluso sus maestros de la preparatoria.
-Gwen, no sabes cuánto me haces falta; sobretodo hoy -suspiré, con un nudo en el pecho-. Hoy son dos años desde que te dejé caer; no sabes cuánto lo siento... yo estuve a punto de atraparte, pero lo único que hice fue empeorarlo todo. Lo lamento Gwen, enserio lo siento mucho.
Se me entrecortó la voz, y para cuando me di cuenta, ya estaba llorando.
No me importaba que estuviera en un lugar público o que en cualquier momento podría llegar alguien más a visitar a mi novia; yo quería seguir sacando todas las lágrimas. Lo necesitaba.
Después de todo, ella seguía siendo mi novia; nunca terminamos nuestra relación, y yo me rehusaba a intentar volver a enamorarme.
No quería lastimar a otra chica inocente, y mucho menos quería olvidarme de Gwen Stacy.
Esa rubia que arrugaba la nariz cada vez que sonreía, la chica que logró apoderarse completamente de mi corazón... y la perdí, todo por la culpa de mi responsabilidad.
La madre de Gwen me preguntó muchas veces si yo sabía algo más respecto a la muerte de su hija, si yo tenía idea de por qué decidió ayudar a Spider Man.
Yo sólo le pude decir que al estarnos despidiendo, la electricidad se cortó en toda la ciudad, y que Electro podría atacar en cualquier momento, así que ella, llena de la valentía que la caracterizaba, me dijo que iría a la central eléctrica a restaurar el sistema. Le dije que yo me había ido con ella, pero que me pidió que vigilara.
Al final, el Duende Verde la atrapó, dejándome inconsciente cuando quise recuperarla, y se la llevó a la torre del reloj; y que ahí, Spider Man hizo todo lo que pudo, pero no logró salvarla.
Me sentí terrible al no poder contarle la verdad a la mujer, al tener que llenarle la cabeza a ella y a sus hijos de mentiras sobre la muerte de su hija mayor.
Pero no podía decirle la verdad, así los pondría a ellos en peligro también, y creí que ya había llenado de tragedias la vida de los Stacy.
Por que, después de todo, esas muertes fueron culpa mía.
Aun recordaba la promesa que se supone debía cumplir.
Saca a Gwen de tu vida.
El recuerdo de la voz del señor Stacy me dio un escalofrío, y sentí su mirada, rogándome prometerselo. Parpadee un par de veces, intentando ahuyentar el pensamiento de mi mente.
Fui tan tonto y tan débil... debí haber pensado menos en mi mismo y cumplir lo que había prometido. Por ello, Gwen ahora estaba frente a mi; muerta.
-La Tía May también te extraña, ¿sabes? Siempre le hablaba de ti -sonreí con nostalgia.
Iba a continuar hablando, pero el sonido de mi teléfono me lo impidió. Contesté sin mirar la pantalla.
-¿Hola? -dije, recibiendo unas risitas nerviosas femeninas como contestación.
-Hola, Peter -habló finalmente y reconocí su voz. Sonreí.
-Hola, MJ, ¿cómo estás? -le pregunté a mi pelirroja vecina.
-Estoy bien, gracias, ¿qué hay de ti? -ella siempre tan amable.
-Bien, claro -iba a continuar hablando, pero ella me interrumpió.
-¿Dónde estás? -me quedé pensando en que responder, pero ella se adelantó-. Fui a buscarte y May me dijo que no estabas en casa, pero tampoco supo decir dónde estabas.
-Vine al cementerio -contesté neutral.
-Oh -fue el único sonido que salió de su boca-. ¿Gwen Stacy?
La familia Watson se mudó a mi vecindario un año después de la muerte de Gwen, y cómo es de esperarse, las noticias vuelan hasta a los más nuevos residentes de Nueva York. Así que, haciendo a un lado que Gwen era reconocida en toda la ciudad, Mary Jane Watson también escuchó la trágica historia de la rubia.
-Si, bueno, hoy son dos años y decidí venir un rato -mentí, yo esperaba quedarme toda la tarde ahí sentado.
-Bueno, yo sólo quería saber si... aunque si no puedes o no quieres lo entenderé -habló atropelladamente y después se aclaró la garganta-. Quería saber si podías ir al café que está en el centro, en un rato.
Me paré en seco ante la idea de salir con Mary Jane. ¿Estaba listo? Tal vez ella sólo quería animarme, y no necesariamente debería pensar en citas...
Le eché un rápido vistazo a la lápida en la que se leía su nombre.
No podía salir de nuevo con chicas. No estaba listo, aún no. Seguía con ese temor a lastimar a cualquier persona a la que me apegue.
Me armé de valor para rechazar su invitación, y tomé aire.
-Me encantaría, ¿a qué hora? -terminé diciendo, desconcertado conmigo mismo.
-Te parece... ¿a las cuatro? -preguntó, un tono de emoción en su voz. Revisé el reloj, y faltaban veinte minutos.
-Claro -estuve a punto de preguntarle si pasaría por ella, pero MJ contestó mi pregunta.
-Nos vemos ahí, hasta entonces -se despidió, y después colgó, obligándome a hacer lo mismo.
Miré hacia el frente unos cuántos segundos, procesando lo que acababa de hacer.
-¿Está bien esto? ¿Estoy listo? -pregunté mirando al lugar donde yacía Gwen, pero la única respuesta que obtuve fue la del viento. Aunque yo sentía su presencia ahí, tal ve sólo era yo, pero sentía algo.
Me encogí de hombros.
-Bueno, ya debo irme; nos vemos luego -me despedí, no pensaba volver al siguiente día, tal vez tampoco al que le seguía-. Te amo, Gwen Stacy, y siempre serás parte de mi vida; pero ahora debo superarte.
Me fui hacia la casa, donde entré directamente a mi habitación.
Me puse una franela roja, un pantalón de mezclilla y unos tenis. Salí, y mi tía me recibió abajo.
-¿A dónde irás tan arreglado? -preguntó, sorprendida.
-Saldré con Mary Jane, sólo iremos al café; no tardo -la besé en la mejilla y salí de casa, dejándola estupefacta.
Debía superar a Gwen Stacy, ahora o nunca.n/a
Hola, gracias por leer, y habrán notado que publique esto dos veces y es porque hubo un error y me borró la mitad del capítulo asi que tuve que editarlo y volver a publicar. Lo siento, maldito Wattpad:(
Bueno, los capítulos se irán alternando entre nuestros personajes.
Dejen sus opiniones y sugerencias, gracias por leer.Besos, Anna.
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I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-Man
Fanfiction"Todos merecemos una segunda oportunidad" ¿Qué se hace cuando crees haber perdido a alguien para siempre pero el destino los vuelve a unir? Gwen Stacy creía que después de la partida de Peter ya jamás podría recuperarse. Nada sería igual y se las h...