I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-Man

Epílogo

"Un gran poder conlleva una gran responsabilidad"
🕷
18 meses después
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La joven pareja salió apresurada de casa, cuidándose de no ser vistos y así no levantar sospechas. Había pasado tan sólo un año y medio de su reencuentro y, por consiguiente, de su decisión.

—¿No crees que para este punto tus vecinos ya sospechan que sucede algo extraño? —preguntó el chico entre risas, provocando que ella le lanzara una mirada divertida y se encogiera de hombros.

—No lo sé y ni quiero ponerme a pensar en ello —suspiró, ajustándole la gorra a su chico y depositando un casto beso en sus labios—. Al menos papá sabe toda la verdad... no se que haría si tuviera que ocultárselo.

—Si, me alegro que esté de acuerdo con esto —respondió Peter, tomando a Gwen de la mano y dándole un apretón—. ¿A dónde decías que íbamos ahora?

Ella sonrió y le guiñó un ojo.

—Es un secreto, mi amor.

Peter se encogió de hombros con una sonrisa, decidido a seguir a esa chica hasta el fin de los tiempos; después de todo, no sería la primera vez que lo hacía.

Caminaron juntos tomados de la mano pero apenas doblaron la esquina, la rubia se percató de algo que había olvidado. Apurada, se detuvo y se colocó frente a él, quien levantó una ceja en respuesta.

—¿Ocurre algo? —se decidió a preguntar, curioso de saber qué se traía en manos aquella chica que le había robado el corazón.

—Necesito vendarte los ojos —sonrió con vergüenza, llevándose una mano a la nuca—. Es parte de la sorpresa.

Él resopló, fingiendo descontento. No le molestaba en lo más mínimo seguir el juego de Gwen, pues creía que aquella supuesta sorpresa de verdad significaba mucho para ella.

Le besó la mejilla y sonrió con complicidad.

—Haz lo que necesites, Gwen —respondió finalmente, obteniendo un casto beso en los labios de su chica, quien con alegría, sacó un listón púrpura del bolsillo trasero de su pantalón y se colocó tras él para vendarle los ojos.

Sintió el agarre de su mano, guiándolo a través de un camino que no hacía más que confundirlo. Llegó a pensar que iban dando círculos y que todo sería parte de algún juego de su chica, pero sabía que no era verdad.

Sabía que Gwen hablaba enserio al referirse a esa sorpresa.

—No falta mucho —dijo de repente la chica, sacándole una sonrisa a Peter.

—Eso espero, mis pies han comenzado a dolerme —se quejó, haciéndola reír y detenerse.

—¿Cómo es posible que te hayas cansado ya? —Peter sintió la mano de ella en su pecho y se encogió de hombros— Para ser Spider-Man, creo que te falta un poco de condición física, cariño.

—Dije dolor de pies, no falta de condición —respondió a la defensiva en un tono bromista que hizo reír a Gwen.

—Está bien, está bien —besó su mejilla—. Sigamos que no querremos llegar tarde... es algo importante que seamos sumamente puntuales.

¿Puntuales? ¿Qué tenía que ver la puntualidad con lo que era la sorpresa? Había muchas incógnitas en la cabeza del chico, quién ya armaba distintas teorías, aunque una cada vez más loca que la anterior.