40. Miles

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—Creemos que estará bien, no se preocupen.

—Así es, haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarla.

—Han salvado al mundo de una gran catástrofe, incluso al universo entero han ayudado.

—Les agradecemos mucho todo lo que han hecho por la causa. Hemos triunfado.

Triunfo. Aunque la victoria parecía ser agridulce.

El portal nos llevó directo al helicarrier de S.H.I.E.L.D dónde científicos y espías nos recibieron con alegría. Nuestra llegada significaba que habíamos triunfado y era razón de celebración.

Pero no se sentía como tal.

Apenas nos vieron, un equipo de emergencias subió a Katie a una camilla y se la llevaron. Las horas pasaron y seguía sin haber noticias de ella.

Nos llevaron a una sala de reuniones para que nos pusiéramos cómodos y descansáramos un poco, pero yo no podía pegar ojo.

Tomé asiento en una de las sillas de la mesa redonda y miré a un lado, observando a Peter y Gwen acurrucados en uno de los sillones junto a la mesa con la cafetera y algo de comida.

Sus rostros lucían cansados y la tristeza relucía en sus ojos. Era una victoria con sabor a derrota.

Vi a Peter susurrar algo en el oído de ella y luego besó su frente. Ella respondió ocultando su rostro en el pecho de él.

Victoria con sabor a derrota.

Me puse de pie y comencé a caminar en círculos, tratando de poner en orden mis pensamientos. Por una parte, ansiaba saber de Katie y por otra quería echarme a llorar.

Peter Porker se sacrificó por nosotros. Salvó a Katie y después nos salvó a nosotros, así como también salvó al universo. Él era el verdadero héroe.

Llevé mis manos a mi rostro y suspiré en exasperación. Volví a sentarme y oculte mi rostro. Todo había cambiado demasiado en cuestión de horas y no sabía como reaccionar ante los sucesos.

De pronto, sentí que alguien tocaba mi hombro. Me levanté, percatándome de que me había quedado dormido por quién sabe cuánto tiempo, y vi a Peter dirigiéndome una sonrisa cansada.

—¿Estás bien? —preguntó, sentándose junto a mi. Lo vi girar hacia el sillón donde Gwen yacía dormida y volvió a mirarme.

—Eso creo, no lo sé —me encogí de hombros y tallé mis ojos—. Porker salvó a Katie, y... murió haciéndolo.

La mirada de Peter se ensombreció.

—Perdimos a Porker y a Felicia —respondió, suspirando después—. Siempre hay pérdida.

—Ese es el problema, Peter —me levanté y golpeé la mesa, sin importarme si el ruido despertaba a Gwen, quién se removió un poco en el sillón—. Siempre hay pérdida. Yo perdí mi vida normal y tuve que rehacerla toda en esta tierra de locos.

—Miles, sé que debes estar pasándola mal, pero tienes que comprender que a veces esto es parte del oficio —comenzó a decir, acercándose a mi y poniendo su mano en mi hombro. No me di cuenta de que algunas lágrimas habían caído por mi rostro—. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora