43. Gwen

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Eché un vistazo al traje de Spider-Woman tendido sobre el sillón. Sus ojos penetrantes observándome, como si el traje mismo supiera lo que estaba a punto de suceder.

Sacudí la cabeza, convenciéndome a mi misma de que estaba haciendo lo correcto y de que era hora de partir, ahorrándome despedidas emotivas y dudas crecientes. Al despertar, me sentí aliviada al ver que Peter aún no volvía, aunque una parte de mi estaba decepcionada por la misma razón.

—Es para lo mejor —me dije a mi misma, tomando aire e inflando los cachetes.

Pero no era fácil.

Apenas logré levantarme del sillón me programé a mi misma para recoger mis pertenencias y ordenarlas, dejándolas listas para irme de aquel lugar.

S.H.I.E.L.D nos había dado a todos ropa para así poder quitarnos los trajes y andar por el helicarrier con más comodidad, por lo que mi única pertenencia era mi traje de Spider-Woman.

En parte era algo bueno no tener que cargar con demasiadas cosas; así el viaje resultaría más sencillo para mi... así no tendría que cargar con cosas materiales que me trajeran problemas emocionales a mi hogar.

Así podría dejar todos los recuerdos de Peter Parker, Miles Morales y Peter Porker encerrados en aquella dimensión en la que me encontraba. Sería como ponerle un candado a un viejo baúl y guardarlo en el ático, fuera de mi alcance y propenso a ser olvidado.

Me sorprendí a mi misma al desear secretamente poder olvidarlo todo. Esa pequeña aventura que llegó como un impacto gigantesco a mi vida estaba comenzando a resultar una carga. Se estaba convirtiendo en la carga que yo no quería llevar conmigo.

De pronto, mi mente dejó de centrarse en Peter y pasó a darle vueltas a todo lo que había sucedido durante los últimos días.

Mi pelea con MJ fue lo que comenzó todo.

Sonreí y miré mi puño, aún con pequeños pero casi invisibles moretones causados por los bien merecidos golpes que le di a aquella pelirroja insoportable.

Después de esa pelea en la que quedé inconsciente, desperté sobre mi tumba. Al principio me sentí extraña y sentí que estaba en un lugar ajeno a mi; como si no debería haber llegado en primer lugar.

Recordé el momento en el que me encontré frente a frente con Peter y cómo me desmayé debido al shock. Pero, ¿quién no hubiera reaccionado así? Era Peter Parker, vivo y con ese brillo en los ojos que tanto me gustaba observar tras sus anteojos.

El asunto podía resultar un poco gracioso, ya que en cuanto mis ojos se toparon con los suyos, dejé de sentirme ajena al lugar. Peter era mi hogar, y donde el estuviera, yo me sentiría como en casa. A pesar de su aspecto un poco cambiado, seguía siendo Peter, y eso era más que suficiente.

Fui cegada por la felicidad de encontrarlo y no me di cuenta de lo obvio: él no era mi Peter. Era Peter Parker, pero no quien había estado conmigo desde la infancia. No era el Peter que besé aquella fría noche de invierno y tampoco era el Peter al que le fallé y terminó muriendo.

Aún así, a pesar de todo, ese chico despistado y adorable se había ganado mi corazón. Físicamente era casi idéntico, pero algo en el era distinto al que yo conocí, pero me enamoré.

Me enamoré de Peter Parker. De nuevo.

Sentí una lágrima rodar por mi mejilla y la sequé con el costado de mi mano. Sorbí la nariz y guardé mi traje en una de las mochilas que estaban en los estantes de la habitación.

No había nada material que me atara a ese lugar, a esa dimensión. En cuanto volviera a mi mundo me desharía de las cosas de S.H.I.E.L.D y volvería a mi vida normal, siendo Spider-Woman y salvando a las personas así como también ser Gwen Stacy y tocar con las Mary Janes mientras trato de soportar a la pelirroja líder que le dio el nombre a la banda.

I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora