27. Miles

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—¡Miles! Por favor despierta —una voz muy familiar me repetía esa misma frase.

Estiré los brazos y me removí e mi cama, tratando de despertarme y poner atención a mi entorno.

Al abrir los ojos me percaté de la luz que entraba a mi habitación y comencé a entrar en pánico. Por alguna razón no había escuchado mi alarma y me había quedado dormido.

—Oh, no —comencé a murmurar llevando mis manos a mi cabeza—. Oh, no...

—Miles... cálmate, por favor —susurró una voz femenina. La misma voz que creí haber escuchado en sueños.

Dirigí mi mirada hacia la esquina de mi habitación y tuve que parpadear al menos diez veces para asegurarme de que lo que estaba viendo era real. De que ella era real.

—¿Katie? —pregunté poniéndome rápidamente de pie, ignorando el hecho de que estaba en pijama y probablemente algo somnoliento.

—Hola, Miles —sonrió tan dulcemente como hacia siempre y elevó su mano, acercándola a mi mejilla.

Yo también comencé a acercarme a ella, queriendo envolverla en un enorme abrazo, pero ambos teníamos miedo. ¿Qué si no era real? Entonces yo estaba imaginando cosas y me llevaría una gran decepción luego.

Pero la extrañaba y la necesitaba, así que decidí dejar los titubeos atrás y la tomé firmemente de la cintura, pegando su pequeño y delgado cuerpo hacia mi. Ella me rodeó el cuello con sus brazos y comenzó a darme besos en la mejilla.

—Eres tú —murmuré antes de darle un beso en la mejilla—. De verdad eres tú.

Nos separamos y nos miramos a los ojos, perdidos en la mirada del otro. Habían pasado meses sin sentir lo que ella provocaba en mi; habían pasado meses sin poder mirarla a sus hermosos ojos y solamente apreciar el arte que era ella.

—No tienes idea de lo mucho que te he extrañado... —comenzó a decir y me acerqué más a ella para darle un suave y tierno beso en sus labios. No tardó en responderme y pronto volvíamos a ser los mismos dos adolescentes que se habían amado con locura desde hacía tiempo— M-Miles... —habló entre besos, haciendo que me detuviera y me alejara de su rostro un poco para escucharla— ¿No te provoca curiosidad mi presencia aquí?

—Oh —respondí, comenzando a caer en razón—. Dios mío, ¿qué haces aquí? Tú no perteneces a este mundo, ni yo, pero ¿cómo llegaste aquí?

—Okay, Miles, respira —comenzó a respirar hondo, invitándome a hacerlo con ella—. ¿Recuerdas cuando me viste aquí en tu habitación? —asentí— Están ocurriendo cosas muy extrañas, Miles. Ni siquiera los Vengadores saben qué está sucediendo —puso los ojos en blanco—. Y si lo saben, pues no nos lo quieren decir.

—¿De qué hablas? —pregunté claramente confundido. Eran demasiadas cosas por procesar; ¿qué tenía que ver Katie en este mundo con los Vengadores y S.H.I.E.L.D ocultando cosas?

Ella suspiró exasperada y se separó de mi, caminando en círculos por el espacio en mi habitación.

—No entiendes, ¿por qué creí que entenderías? —rió sin gracia y fruncí el ceño.

—No me has explicado nada, Kat —le recordé, haciéndola reír y cubrirse el rostro con las manos.

—Tienes razón, tienes razón... es sólo que estoy muy nerviosa y preocupada —resopló con fuerza y parpadeó varias veces antes de continuar hablando—. Hay una fractura en el espacio-tiempo... o eso escuché decir a Clint y Natasha —la miré sorprendido y ella se encogió de hombros, intentando no lucir muy orgullosa de sus habilidades—. He aprendido muy bien las técnicas de espionaje de Black Widow.

—No me sorprende —respondí, sonriendo—. ¿Una fractura espacio-temporal?

—¿Por qué crees que estoy aquí? —cuestionó con urgencia— Es algo muy extraño y al principio no causó mucho conflicto —miró hacia la ventana y murmuró algo que no pude entender para luego dirigirse a mi de nuevo—. Hay peligros en todo el universo, Miles —me tomó por los hombros y pude ver la intensidad en su mirada—. ¿Qué crees que hagan una vez lleguen a este mundo? Harán lo posible para conquistarlo y las pérdidas serán enormes —una lágrima cayó por su mejilla y levanté mi mano para limpiarla.

—Descuida, Katie —susurré—. No dejaré que suceda. Yo pelearé hasta mi último aliento; para esto es que recibí mi poder.

—¡No, Miles! —exclamó— No entiendes nada... ¡no sólo te concierne a ti! —se escucharon varios gritos a lo lejos y mi sentido arácnido se activó— Está comenzando.

—¡Tenemos que ir a ayudar! —dije con urgencia, moviéndome por la habitación para buscar mi traje y ponérmelo.

—Miles... espera sólo un momento —habló un poco más calmada aunque podía seguir viendo a preocupación al escuchar los gritos—. Hay otra razón por la cuál estoy aquí, cariño.

Comenzó a acercarse a mi con lentitud y sólo la observé sin saber que intentaba hacer. En cuanto llegó a mi, me rodeó con sus brazos y depositó un suave beso en mis labios para después abrazarme y susurrar en mi oído:

—Tengo que llevarme a Gwen Stacy —pronunció con detenimiento y sentí mi mandíbula caer—, y sé que tú sabes dónde está.

Separó su rostro de mi y me miró seriamente.

—N-no sé de que hablas —respondí algo nervioso. ¿Entregar a Gwen? Éramos amigos y era la chica de otro amigo, no podría hacerle eso... pero era Katie quien me lo pedía.

—Miles, por favor —dijo con intensidad—. Tengo órdenes de llevarme a la chica.

—¿Por qué?

—¡No se supone que deba decirte! —exclamó y cerró los ojos, relajándose— Pero te lo diré, maldita sea... —suspiró—. Ella es parte del problema de la fractura, aunque no lo sabe —fruncí el ceño y Katie continuó explicando—. Peter Porker, conocido como Spider-Ham, estuvo en contacto con S.H.I.E.L.D y fue enviado a vigilar su actividad pero ya fue decidido su destino; tengo que llevármela.

—Gwen no es mala, ella solamente es incomprendida y lleva una tristeza enorme —comencé a decir, defendiéndola y probando que no había hecho nada mal—. Acaba de reencontrarse con el amor de su vida, no le pueden arrebatar eso... ¿o si, Katie?

Ella me miró con dolor en sus ojos, llevando una batalla interna sobre lo que debía hacer y lo que quería. De pronto, volvió a abrazarme y creí que la había hecho cambiar de opinión, pero me di cuenta de que estaba equivocado en cuanto sentí que algo me apretaba las manos.

Me había esposado y no eran esposas que podría romper.

—Lo siento, Miles —susurró con lágrimas en sus ojos—. Pero otros agentes la están buscando, y te aseguro que no se preocuparan por tratarla bien. Yo si.

Se acercó un poco y me dio un último beso, alejándose y saliendo de mi habitación.

—¡Katie! —comencé a gritar pero sabía que no volvería— ¡Katie!

No había nada que pudiera hacer.

***

¡Hola! He aquí un capítulo más. ¿Qué les ha parecido?

Quiero aclarar que he alterado muy notoriamente la historia de Katie Bishop, y para quienes hayan leído los cómics pues sabrán que ella fue un interés amoroso de Miles... entre otras cosas más.

Pero aquí eso está alterado y Katie cumplirá el papel que yo le estoy dando. Intentaré que les agrade uwu

¿Qué opinan de lo que ha revelado? ¿Qué creen que suceda ahora? ¿Gwen estará bien? ¿Quién más la está buscando?

Lo descubriremos en el siguiente capítulo uwu

No olviden dejar su estrellita y un comentario<3

Nos leemos luego.

Besos, Annie.

I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora