Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
¿Por qué había vuelto al cementerio? ¿Por qué volví a Peter?
No lo sabía.
Hubo un momento, en el que una punzada llegó a mi corazón. Supuse que había sido el dolor que me causaba el estar ahí de nuevo, cuando se suponía que mi destino era la plaza comercial más cercana. Suspiré pesadamente, y su voz apareció en mi mente de nuevo, pero se fue tan rápido como llegó. Como un rayo.Me di la vuelta, intentando retomar el camino que originalmente había trazado en mi cerebro, pero una voz algo peculiar atrajo mi atención.
-Un gusto encontrarte por fin, Gwen Stacy -habló el cerdo.
El cerdo.
Solté un grito tan fuerte que estaba segura de que las autoridades llegarían por mi en cualquier momento y me reprenderían por gritar así en un cementerio.
-¡Calma! Harás que nos atrapen -susurró la criatura. Alargué mi mano para intentar hacer contacto con sus rechonchos cachetes, pero se apartó de un saltó-. Mantén tus apestosas manos humanas fuera de mi bella piel, SpiderWoman.
Iba a quejarme por haberme llamado asquerosa, pero me detuve en seco. Él sabía mi identidad, sabía quién era yo. No podía dejar que se alejara de mi; sería un terrible error.
-¿Cómo lo sabes? -respondí con un hilo de voz.
-Eres alguien especial, Gwen -me sonrió; una sonrisa de cerdo-. No lo arruines, por favor.
Y despareció.
Mi cara debió haber sido un poema. ¿Lo había imaginado todo? ¿Cómo rayos apareció un cerdo vestido de azul y rojo frente a mi? Oh, era un cerdo que hablaba.
Llevé una mano a mi frente para revisar que no tuviera fiebre, y después la puse en mi pecho para asegurarme de que estaba viva.
-¿Qué acaba de pasar? -pregunté a la nada, pero me di cuenta de que yo miraba la tumba de Peter. ¿Por qué le hablaba? Me había jurado a mi misma que no volvería a intentar armar una conversación con él; con un muerto.
Me quedé ahí. De pie. Cómo si estuviera esperando su respuesta, la cuál no iba a llegar jamás.
-Peter, te necesito -solté el aire que tenía dentro-. Si estás escuchándome, o al menos sabes que estoy aquí, dame una señal; te lo suplico.
No me moví de donde estaba, observando a todos lados y agudizando el oído. Mi teléfono sonó.
-¿Hola? -contesté, ilusionada creyendo que podría ser una llamada de Peter, pero me llevé una terrible decepción. Era algo mucho peor que el simple hecho de que no era él.
-Stacy, ¿dónde demonios estás? -me recibió la dulce voz de Mary Jane Watson.
-No te interesa -la escuché bufar-. ¿Qué quieres?
-Ven a ensayar, ahora -ordenó furiosa-. Mi banda no puede quedar mal en el concierto de ésta noche.
-Estoy algo ocupada, MJ, yo... -me mordí el labio mirando la tumba de Peter, y ella me interrumpió completamente.
-Veamos -rió-. ¿Qué es más importante que mi banda? Stacy, es muy difícil encontrar una baterista que esté dispuesta a aguantar... las exigencias que requiere ser parte de The Mary Janes...
-No tengo ni la más remota idea de cómo he sobrevivido... -murmuré distraídamente, a lo que la pelirroja respondió con un resoplido, y continuó hablando como si nada.
-Debes venir ahora, Gwen Stacy -sentenció finalmente, furiosa.
-Pero yo...
-He dicho -y acto seguido colgó, dejandome plantada.
Comencé a lanzar improperios al aire, y después salieron lágrimas de mis ojos.
-Maldita seas, Mary Jane Watson -susurré, mientras un sentimiento de odio y celos hacia ella crecían dentro de mi.
¿Por qué estaba celosa? No me gustaría para nada estar en sus zapatos, con esa enorme melena roja que no hace nada más que evitar que el oxígeno entre a su pequeño cerebro.
Había algo, un pequeño pero muy importante detalle que me hacía querer ser ella con todas mis fuerzas; sólo que yo no lo sabia en ese momento.
Sin más opción, me giré sobre mis talones y salí del cementerio sin despedirme de Peter, pues la rabia que se sentía se había vuelto contra él también, junto con una tristeza devastadora a la cuál decidí ignorar.
Tomé el primer taxi que encontré y fui hasta la casa de MJ. Cómo siempre, entre sin tocar y fui directamente a la cochera dónde encontré a la chica y a mis otras dos compañeras.
-Vaya, creí que no vendrías, Gwen -comentó Glory con una sonrisa, gesto que le devolví.
-Stacy, debo decir que me has sorprendido -MJ sonrió con sorna-. No pensé que llegarias, pensé que tu noviesito ese era más importante que la banda.
Sonreí para darle a entender que su comentario me había resbalado completamente; pero es obvio que no fue así.
-¿Vamos a iniciar o...? -pregunté incómoda luego de unos segundos de silencio.
Ella dio un resoplido de irritación.
-¿Cuál es tu problema? -exclamó al ver que yo no había respondido a su sonido-. ¿Por qué tanta prisa, Stacy? Aún tenemos tiempo para ensayar un poco y después irnos al concierto. Llevatelo con calma.
Mi expresión debió haber sido un poema, pues empezó a reír maniáticamente.
-Eres tan ingenua, Gwen -dijo entre carcajadas. Apreté los puños.
Contrólate, Gwen, me dije a mi misma. No vale la pena.
Pero en ese momento, yo lo deseaba mucho. Sentí un arrebato de furia hacia Mary Jane que no podía ser detenido.
Me abalancé sobre ella y comencé a golpearla fuerte en el rostro, también en el estómago. Quería hacerla sufrir, quería que sintiera al menos una parte del dolor que yo sentía.
-¡Gwen, no! -gritó alguien. No tenía la concentración requerida para distinguir su voz.
Pero no le hice caso, seguí golpeando.
Me dolían los nudillos, y un líquido espeso caía por mi mejilla derecha. No me importó.
Mi vista estaba nublada por las lágrimas que caían a chorros, dejando mi rostro húmedo y mi respiración agitada.
Ya dejala, fue suficiente, susurró una voz que reconocí inmediatamente. ¿Qué hacía en cerdo chiflado en mi mente?
-¡Te odio, Mary Jane! -exclamé de la nada, mientras ella sólo me observaba bajo los moretones que cubrían su rostro.
Se que sientes que debes odiarla, yo se cosas que tu no; pero ya dejala en paz o no podré ayudarte.
-¡Siempre lo arruinas todo! -volví a gritar, furiosa-. ¡Te odio!
Y lo próximo que pasó, fue que mis párpados habían comenzado a cerrarse, y la voz abandonó mi cabeza. Alguien tomó mi mano y sentí un mareo extraño. Me desmayé sin saber que estaba sucediendo.
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I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-Man
Fanfiction"Todos merecemos una segunda oportunidad" ¿Qué se hace cuando crees haber perdido a alguien para siempre pero el destino los vuelve a unir? Gwen Stacy creía que después de la partida de Peter ya jamás podría recuperarse. Nada sería igual y se las h...