18. Porker

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Era de noche. Me escurría entre las sombras, evitando ser visto; ¿que pensaría la gente en cuanto vieran a un cerdo con el traje de su adorado Spider-Man? Sin duda todo era mejor en mi mundo.

Me detuve en el techo de una casa, tomándome un momento para respirar y aclarar mis ideas. Sacudí la cabeza, intentando olvidarme de mi mundo y concentrándome en mi misión.

Miré hacia atrás para comprobar que nadie me seguía y continué balanceándome en mi telaraña, moviéndome entre las casas, corriendo por los techos y asegurándome de estar solo.

Sabía que me acercaba. Mi sentido arácnido me lo decía.

Por un momento pensé en Peter y en Gwen y en lo que acababa de hacerles, ¿Miles tenía razón? ¿O de verdad estaba haciendo lo mejor?

Si, Porker, hiciste lo que tenías que hacer, me repetía una y otra vez, aunque cada vez me costaba más convencerme de ello. Eran sólo unos adolescentes, después de todo, y luego estaba Miles. Me sentía en una balanza, a veces demasiado inclinado al bien y otras veces demasiado inclinado al mal; pero no tenía opción, sabía que todo habría de valer la pena al final.

Perdido en mis pensamientos, me percaté de que había llegado a mi destino. Me quedé de pie sobre el techo de la casa frente a mi objetivo, analizando.

Lucía como una casa común y corriente, igual a las otras que había en el vecindario. Nadie sospecharía nada. Un movimiento inteligente.

Sentía que me estaba arriesgando a mucho, pero era algo que tenía que hacer. Había muchas cosas en juego y sabía que tendría una buena cantidad de tiempo para el deber mientras Peter y Gwen permanecían ocupados.

Suspiré y salté hacia la calle, volviendo a revisar que no hubiera nadie. Caminé hacia la puerta y toqué.

No tuve que esperar demasiado.

—Vaya... el cerdo tiene modales —se burló apenas me abrió la puerta. Me quité la máscara y puse los ojos en blanco—. Adelante.

Me adentré a la casa y cerró la puerta, permaneciendo detrás de mí. Hice una mueca de disgusto al percibir un olor desagradable.

—Pues parece que tú no sabes el significado de limpieza —apunté con un tono burlón. Dos podían jugar ese juego.

Ja, ja, ja —dijo mientras caminaba frente a mi, extendiendo sus brazos como si me mostrara el lugar. Se giró a verme y puso un gesto de inocencia—. Por desgracia tuve un problema con la chica que me ayudaba con la limpieza y no he tenido tiempo de contratar a alguien más.

Solté una carcajada y se cruzó de brazos, demostrando una falsa molestia.

—¿Robando? —pregunté, sonriendo con sorna.

—¡No! —exclamó y se llevó las manos al pecho. Su mirada inocente clavada en mi— ¿Por quién me tomas?

—Créeme, no quieres que te responda eso —dije rápidamente. La situación era algo cómica, a decir verdad.

—Cómo sea... —hizo un gesto con las manos como quitándole importancia al asunto— Mi tiempo ha sido ocupado por tu culpa, cerdo —me apuntó acusadoramente con su dedo índice—. ¿A qué se debe tu maravillosa visita?

—Tú sabes bien a que he venido —me limité a responder, observando cómo su expresión burlona se transformaba en una preocupada pero curiosa a la vez.

—¿Qué tan grave es? —preguntó rápidamente, tomándome por sorpresa.

—No te he dicho nada —respondí.

I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora