24. Gwen

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Todo daba vueltas a mi alrededor. Mi vida era muy normal hacia tan sólo unos días, ¿cómo es que había cambiado todo tan rápido? ¿Cómo me las había arreglado para quedar en tal posición?

Salí corriendo lo más rápido que pude, intentando poner orden a mis pensamientos por más imposible que me resultara. Me concentré en el movimiento de mis pies: izquierda, derecha, izquierda, derecha y corrí tratando de mantener el ritmo y no caerme.

No sabía a dónde me dirigía, solo sabía que quería escapar. ¿Por qué las cosas malas me perseguían?

Traté de recordarme que yo también había cometido mis errores, pero enterarme de lo que había sucedido en este mundo con Peter y conmigo me había dejado en shock.

Un nombre y una ubicación aparecieron en mi mente: Miles. Pero me detuve a tiempo, pues había una posibilidad de que Peter fuera a buscarme ahí, siendo uno de los pocos lugares que conocía bien.

Me detuve frente a un edifico y aproveché para tomar aire y recuperar la energía que había gastado al correr como desquiciada. Maldije para mi misma al recordar que mi traje se había quedado con Peter.

¿A dónde podía ir? No conocía mucho al Nueva York de este mundo. Me sentía perdida, mareada e impactada.

Quería volver con todas mis fuerzas a la noche anterior, con Peter apretándome hacia él y besándome como si nuestras vidas dependieran de ello.

Había una conexión entre nosotros que yo sabía jamás se compararía a otra cosa. Pero ver a Mary Jane si que me había afectado, y fue un daño aún más grande en cuanto la vi besándose con Peter.

Sentí mi corazón romperse.

Nunca había tenido problemas de chicos. O al menos no un problema con otro chico que no fuera Peter Parker.

Y ni siquiera eran problemas intensos. A veces discutíamos un poco pero siempre terminábamos riendo y besándonos, aprovechando cada diferencia para hacer una discusión de ella y terminar en una reconciliación asombrosa.

Pero ver al amor de tu vida tomar a otra chica entre sus brazos y besarla después de declararte su amor... ¿qué se hace en esos casos?

Comencé a notar a las personas que entraban y salían del edificio, algunos llevaban cámaras y otros maletines y demasiadas carpetas con papeles.

Miré hacia la entrada y puse los ojos en blanco al ver la placa en la que se leía que estaba en el Daily Bugle, donde J. Jonah Jameson se encontraba probablemente escribiendo algunos insultos para usar en contra de Spider-Man.

Todo aquello sin saber que Peter Parker, el chico detrás de la máscara que alguna vez trabajó para él, era nada como creía. 

Spider-Man no era una amenaza. Tal vez había cometido un error, como todo hemos hecho.

Un error como el que yo había cometido al haber reaccionado como hice, obligándolo a confesarme el secreto que incluso yo había querido que mantuviera guardado, así como el haber salido corriendo de nuevo.

¿Cuándo dejaría de ser tan cobarde e impulsiva?

—¿Está bien? ¿No quiere un helado? —preguntó un hombre ya de avanzada edad con lentes oscuros y el cabello platinado acercándose a mi.

—¿Un helado? —pregunté y el asintió.

—Los helados pueden hacer feliz a las personas y ayudarlas a dejar de llorar —respondió y me percaté de las lágrimas que caían por mi rostro. Sentí que me sonrojaba y sonreí como pude.

—Si, bueno, a las chicas nos gusta el helado —reí y le pasé un billete—. Llevaré un helado de vainilla.

Me entregó el pequeño contenedor de plástico y una cuchara del mismo material. Le agradecí y se fue, ofreciendo sus helados a las demás personas.

I couldn't save you || Spider-Gwen x Spider-ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora