Looking Up For You [Raura] (editando)

~Capitulo Siete~ "Una Boda Que Planear"

"Una Boda Que Planear"

Me levante en la mañana y desperté, y para mi desgracia seguía en esta casa del demonio.

Aparte de que yo estaba llena de rabia, enojo, desesperación, y unas inmensas ganas de llorar que ya no puede contener, apenas abrí los ojos y descubrí que seguía allí, deje fluir mis sentimientos. Me sentía como si me estuviera ahogando en mis propias lagrimas, ¿como se atrevió Dawn a hacerme eso? ¿a venderme?

Sabia que ella no tenia alma pero vender a la única hija de su hermana, eso es demasiado, incluso para ella.

Salte fuera de la cama y me dirigí al baño me cerciore de que no hubiera nadie, cuando estuve segura abrí la puerta, entré y me acerque al lavamanos, me lave el rostro, salí y me puse a escoger algo para ponerme.

Encontré una falda larga negra y un top amarillo —es la maravillosa idea de que hoy me quiera vestir como abejorro— pero no tengo ganas de lucir espectacular, es simple, un simple no.

Salí del cuarto y baje a la sala, supuse que Anna ya se había levantado. Entré a la cocina y en efecto allí estaban las tres chicas que me saludaron igual que Anna.

—¿Como amaneció niña?— pregunto Anna levantando la mirada hacia a mi.

—Muy bien. . . ¿y el señor se levanto?— dije dudosa teniendo oír una respuesta positiva.

—Él sigue aquí.— dijo ella asintiendo

—Voy a salir— anuncie mientras tomaba una manzana del frutero en medio de la barra.

—¿A donde? Sí se puede saber— se disculpo encogiéndose de hombros.

—No lo se— levante los hombros mostrando mi indecisión.

Salí de la cocina con la manzana en la mano, me acerque a la puerta y para cuando iba a abrir la puerta, oí sus pasos bajar lentamente las escaleras. Me voltee a verlo y estaba vestido con traje negro una camiseta formal blanca abajo y corbata.

—¿Va a salir?— pregunto ya cuando estuvo enfrente de mi con sus manos en sus bolsillos del pantalón.

—Si, esa es la idea— le dije sarcástica sin apartarme de la puerta.

—No puede salir— dijo con seriedad y ceño fruncido.

—¿Por que?— tome la perilla decida a salir de la casa aun si él me lo impedía.

—Por que yo digo— su mano se poso sobre la mía haciendo que mi mano regresara a mi.

—¿Y quien es usted para impedirme tal cosa?— grite enojada solo por el hecho de que él se crea dueño de mi.

—Por que soy tu dueño lindura— dijo complacido por decirlo en voz alta. Es como si estuviera orgulloso de eso.

Solté la perilla y tense la mandíbula. Estaba furiosa que tuviera que recordarme lo que ahora yo era. Un pedazo de carne. Baje la mirada pues lo que menos quiero que él me vea hacer sea llorar.

—No, no lo es— dije entre dientes sin levantar la mirada.

—Si lo soy, ¿te compre lo recuerdas?— su mano se poso en mi barbilla haciendo que levantara la mirada a él y sus ojos color cafe. Sonrío complacido de ver mi dolor y humillación. 

-—Ayer estaba muy amigable, ¿que la pasa hoy?— dije en tono bajo tratando de mantener mis emociones e impulsos asesinos de lado.

—Es algo que a usted no le incumbe— me soltó chasqueando la lengua.