~Capitulo Uno~ "Minutos Antes"

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"Minutos Antes"

Estaba en la casa esperando a que alguien entrara y me dijera que todo terminaría, pero nadie lo hizo.

La lluvia era algo fuerte, no paraba de llover, era un torrencial. Estaba en la habitación encerrada, no podía salir, él temía que me arrepintiera a ultimo momento. Lo cual si estaba pensando, pero no me atrevería, oí ruidos al otro lado de la puerta y luego se abrió. Un hombre apareció de traje negro, elegante como solo él sabe hacerlo, me miro y cerro la puerta detrás de él.

—Ross no puedes entrar, ¡no debes de ver a la novia antes de la ceremonia es de mala suerte!— le grito la ama de llaves del otro lado de la puerta.

—Anna no me vengas con supersticiones— le dijo firme y fuerte algo molesto por el comentario de la sirvienta.

Me quede viéndolo, la voz no me salía estaba muy nerviosa como para hablar, el nudo era pesado en mi garganta.

—¿Estas lista?— me pregunto con rudeza, lo cuando no ayudo en nada en mis nervios. Asentí suavemente bajando la mirada.

—Esta lloviendo, ¿por que no mejor lo cancelamos?— le dije con voz temblorosa. Quería encontrar cualquier excusa para cancelar esta absurda boda.

—No podemos. Tú ya te comprometiste, aparte eres mía. Me perteneces— me tomo del brazo y me acerco a él algo brusco —¿Entiendes?— le asentí con miedo, pasando saliva —Bien, sales en diez minutos— me soltó, haciendo que tambaleara.

Retrocedí varios pasos y casi me tropecé con el vestido.

—Bien— me miro —Te espero en el altar— dijo sin expresión alguna en su rostro, mirándome de pies a cabeza.

Volví a asentir con temor. Él salió de la habitación cerrando con llave otra vez. Me quede en la misma posición antes de que él entrara.

Me subí a un pedestal y me observe por ultima vez como, soltera, libre y feliz. O lo que yo quería pensar que era en lo que vivía. Hacia meses esta me parecía la mejor opción para escapar de mi infierno personal, ahora solo lo veo pero que lo anterior.

Las lagrimas volvieron a brotar de mis ojos y recorrieron mis mejillas hasta mi cuello, al ver el vestido blanco de novia que traía puesto. Era una obra de arte hecha vestido y estaba puesto sobre una calamidad de persona. Anna abrió la puerta y apenas me vio se acerco, me bajo del pedestal y me limpio las lagrimas con el dorso de su manga.

—No llore niña, no es tan malo— me sentó en la cama y me dio una sonrisa aunque alentadora, solo me hizo sentir miserable.

—¿No es tan malo?— la mire  mientras ironice —Me obligan a casarme. Me vendieron, y ahora solo soy un pedazo de carne en manos de un extraño— exprese con repulsión.

—Lo siento niña— se lamento mirándome como si hubiera perdido a un familiar, como si me expresara sus condolencias.

—No importa— me trate de calmar un poco-, de controlar mi respiración —¿Ya es hora?— pregunte aun con miedo a la respuesta.

Ella miro el Abuelo reloj contra la pared y luego regreso la mirada a mi.

—Si— me dijo con un hilo de voz asintiendo.

Cerré los ojos por un momento. Luego me levante de la cama, acomode un poco el vestido y Anna me saco del cuarto. Trate de no aparentar que estaba sufriendo como si estuviera en el mismo infierno. La canción típica de bodas comenzó a sonar. Mi corazón comenzó a latir a mil por hora —no puedo creer lo que estoy apunto de hacer— Anna me soltó y se alejo de mi.

Looking Up For You [Raura] (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora