Capítulo 49

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-Quiero la información de la ruta más corta y rápida -ordenó Christian Grey al equipo de seguridad que iba con el.

-Christian ¿no crees que sea una trampa? - pregunto su esposa tomándolo del brazo y mirándole a los ojos directamente. - Ese lugar en especifico... lo que dijo Berenice me parece demasiado agobiante para ti para mi. Para todos.

-Ana es la única posta que tenemos para encontrar a Phoebe.

- Lo se y créeme que me duele pero...

- La traeré de vuelta. - afirmó rotundamente mirando a su esposa con ojos inundados de promesas. - Tu ve al hospital en cuanto puedas junto con los de seguridad para cuidar a mi madre.

Ana asintió con la mirada baja, quería ayudar e ir con ellos pero sabía que sólo preocuparía a Christian. Le parecía injusto que ella se quedara sola con su preocupación acompañándola en si duelo pero de ser ayuda podía pasar a ser el blanco de aquella horrorosa mujer que no dejaba de atormentar a su familia.

En medio de un sin fin de emociones que los invadían ambos con diferentes sentimientos ligados entre sí. Él por la culpabilidad de que su pasado aún siguiera en su presente y ella insegura y preocupada por lo que pasaría con toda su familia.

-Señor ya hemos preparado los autos y también el equipo de seguridad. La vía alterna es estrecha pero rápida así que estaremos en el destino en tres horas o menos.

Christian gruño al oir eso. Sin duda una vía segura los llevaría en cuatro o cinco horas pero lo que menos tenía era tiempo. Aun así era demasiado.

- En seguida partiremos. - informó para alejar a su empleado y poder despedirse de su esposa en completa privacidad.

- Cuídate por favor - le rogó su esposa con un nudo en la garganta que disimulo al respirar aire por la fuerza. - cuida a Teddy y a tu hermano. - Ana carraspeo tratando de controlar su voz hasta que sintió sus ojos cristalizarce por las la gris que contenía.

- oh mi Ana. -jadeo Christian atrapando a su esposa en sus brazos y tomándola fuertemente de la cintura para aprisionar sus labios en un beso lento y pausado como si quisiera grabar en fuego su boca y toda ella. Ana se aferro a su cuello buscando profundidad e intensificar el beso moviendo sus lenguas en una danza salvaje, ella jadeo cuando se separo y el la vio con un intenso amor que quemaba su cuerpo y alma.

Su amuleto.

*-*-*

Los autos pasaban de forma acelerada en camino a la carretera de salida de Seattle. Sin duda el lugar al que iban era el único que nunca se les ocurrió o si quiera se les paso por la mente. Era el lugar perfecto.

Después de que Berenice soltará todo lo que sabía por la culpabilidad que sentía y porque el remordimiento la había vencido se habían puesto en marcha. Theodore miraba la carretera pedregosa y con arenales por la falta de uso, no se pregunto porque. Su mente estaba enfocada en su hermana y sólo en ella, cuando oyó sus gritos por toda la casa de forma aterradora y tétrica (De quien sabe como mierda paso) un enojo descomunal se apoderó de su cuerpo iba a ir por ella y atravesar con otra bala a esa loca mujer pero esta vez la mataría.

Freno en seco y apretó los dientes cuando salto un bache de tierra. Se maldijo a sí mismo y aceleró nuevamente dejando una estela de polvo tras el camino, piso a fondo sin un ápice de miedo y con todo coraje inundó su mente de miles de formas en las que podía llevar a cabo su venganza.
- Ted deberías bajar la intensidad de tu velocidad. - escucho el consejo de su amigo Derek

- Cállate debemos llegar lo más rápido posible.

- Si, pero si chocas por la aceleración no llegaras más que a ser un estorbo y no ayudarás más que un cadáver así que...

La Maldición de los GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora