"No entiendo."

589 26 3
                                    

No puede ser que exista gente tan hija de puta como para llamarme a esta hora.

Hice varios movimientos raros para agarrar el celular, que estaba en una mesa de luz pequeña de color blanco, con mil stikers que le había pegado cuando era una nena, haciendo milagros para no caerme de la cama y terminar más o menos, con un malhumor que partiría la tierra. Sinceramente, si había algo que odiaba, era levantarme. Mi cuerpo reaccionaba demasiado lento antes de las 12 del mediodía. Si me levantaba antes, probablemente iba a ser algo así como una ameba. Si, realmente no funciono. - Ma...- dije logrando responder. Tengo que cambiar ese puto tono, me cansó.

¿Te desperté? - como si no fuese obvio. Hablaba casi en griego del sueño que tenía.

– Obvio, mirá la hora que es - mi tono de total desagrado era impresionante. No sé como es que las personas pueden soportarme, y quererme, o al menos, hablarme.
– Jane... - puso el puto tono de "Jane esto, Jane aquello, bla bla bla" ¿Por qué hace todo tan dificil? Solo quiero saber porqué llamó, cortar, y volver a hundirme en mis hermosas sabanas.

Te amo cama.

Son las 9 de la mañana, deberías estar levantada hace rato. Todavía no sé porqué te dejé vivir sola. No vas a cambiar, sos una irresponsable. - y ahí estaba, mi preciado reto de las mañanas. Desde que tengo memoria, SIEMPRE, tuve problemas con mi mamá porque siempre odie hacer bien las cosas. Supongo que soy "anti-reglas". Si me decían "dormite temprano" me dormía a las cinco de la mañana. Si me decían "no hagas eso", de puro capricho, lo hacía. Además de ser una persona súper impulsiva, por supuesto, hago todo sin pensar, y no me lo saco de la cabeza hasta tenerlo.

– Dejame recordarte que tengo 16, y que ustedes dejaron que me emancipara para poder tener mi propia vida, porque siempre dijeron que yo era alguien madura y responsable. - mentira, soy todo lo contrario. Ahora que pienso, no sé que se les pasó por la cabeza a la hora de firmar el permiso de emancipación.

Contando un poco sobre mi aburrido pasado, o quizás, normal, cuando cumplí 15 se me planteó la firme idea de viajar a New York, que quedaba a más de tres mil kilómetros de mi casa, solo para ir a una secundaria como las de mis sueños. Y lograr, quizás, el sueño de terminar siendo modelo. Algo que anhelaba desde que aprendí a caminar, cuando agarraba la ropa, zapatos y collares de mi mamá, y desfilaba por cada uno de los pasillos de mi antigua casa. Así que la idea de vivir en una de las capitales de la moda era lo mejor. Y no, París no era opción, no se me da el francés. No se me da ningún idioma además del mio. En fin, había encontrado el colegio Midwood en Brooklyn, y se veía perfecto para mi, así que le lleve todas mis ideas a mis padres, y después de pensarlo, lo que para mi fueron años, aceptaron interponiendo, reglas, obvio. "No salir sola, no tomar alcohol, no llevar desconocidos a mi departamento, no dormirme tarde, estudiar, buscar trabajo, bla bla bla."
Así que apenas pudimos hicimos los papeles de emancipación donde decía que se habilitaba mi mayoría de edad y ya era considerada una adulta para el gobierno. Preparé todo, y viaje sola a Brooklyn, a empezar una vida nueva.

– No voy a pelear, Jane. - usó el tono de "no quiero problemas, soy un ángel caído del cielo que solo hace el bien y ama" odio eso.

– Bueno, ¿Para que me despertaste tan temprano? -

This isn't right. «Justin Bieber - Español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora