"Me sorprendes."

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De repente todas las luces se prendieron y cuando quise mirar a Justin, noté que ya no estaba a mi lado. Wen se veía igual o más confundida que yo y Scott sonreía. Comenzaron a escucharse los abucheos de las personas que pedían música y oscuridad de nuevo. Vi a mi primo aparecer junto al DJ y agarrar el micrófono.

- Yo sólo quería pedirles un favor... - dijo sonriendo.

- ¡Yo te hago todos los favores que quieras! - gritó una chica.

- ¡¡¡Mi amor!!! - siguió otra. Rodee los ojos y volví mi atención a Justin.

- Hoy es el cumpleaños de una amiga que está acá presente, y me gustaría que le cantemos... - pensó. - Esa puta canción que se canta. - se escucharon algunas risas. - ¿Vamos? Que los cumplas feliz... - todos cantaron junto a él y yo, bueno yo no sabía si cantar, aplaudir, sonreír, salir corriendo, cortarme una teta o qué. Calculo que ni cuando cumpla noventa años voy a saber que cara poner en esos momentos. La canción terminó y todos aplaudieron. Justin dejó el micrófono y así la fiesta siguió su camino. Cuando finalmente lo tuve a mi lado sonreí:

- Me sorprendes. - le dije acercándome a su oído.

- No te acostumbres, esto es de parte de los tres. Solo que yo soy el único caradura capaz de hablar frente a todos. - me contestó. Y aunque yo sabía que así era, seguía pensando que era un detallaso de su parte.

- Bueno, gracias. - le dije a él y voltee hacia los chicos para repetirles lo mismo, pero me encontré con que estaban besándose, así que no podía interrumpir.

- No paran jamás. - me dijo sonriendo.

- Estoy llegando a la conclusión de que están empezando a necesitar de sus bocas para vivir. - podría jurar que un día se iban a quedar pegados. Se besaban todo el puto tiempo.

- ¿Vamos afuera? Me dijeron que hay bancos junto al río, la vista es increíble. - dijo y asentí con la cabeza. Entre raros movimientos, logramos llegar hasta la puerta. Era increíble como las personas empujaban y no permitían el paso. En el camino, algunas personas me tocaron el culo, así que mis insultos eran constantes y con un volumen bastante audible para los hijos de puta que me manoseaban.

- Parece que nunca en sus vidas vieron un culo. - dije mirando hacia atrás cuando ya estábamos afuera.

- Probablemente nunca vieron tu culo. - dijo riendo y me sonroje un poco.

- No tienen mucho que ver, simplemente aman manosear mujeres. -

- Te aseguro que si tienen que ver. - me miró serio y segundos después caí en lo que había dicho.

- ¡Justin! - golpee su hombro y solo sonrió.

- Perdón primita. - me dijo sarcásticamente y nos sentamos en el banco. La vista era increíble, solo se veía el río y algunas luces. Por la hora, el sol estaba empezando a acercarse y de verdad, lo que podíamos ver era hermoso. Nunca había visto un amanecer así. Nos quedamos un largo rato en silencio, pero no un silencio incomodo, un silencio en el que disfrutábamos lo que veíamos, disfrutábamos la compañía. Desconcentré mis ojos del amanecer y miré a Justin, su expresión era dura pero relajada a la vez, sus ojos no se despegaban del cielo y su rostro se veía perfectamente iluminado. Me quedé viéndolo hasta que lo notó y volteo a verme.

- Estaba pensando que te cantamos la cancioncita a las cinco de la mañana del diez. Es decir, no la cantamos para tu cumpleaños. - dijo mirandome.

- Supongo que lo compensaste con no pelear conmigo en todo el día. -

- Pero ya no es tu cumpleaños, ¿Ya puedo recordarte lo insopotable que sos? - mi boca formó una gran O y él sonrió.

- Intentas simular que no me aguantas, pero sé que un poco me queres. - le dije divertida.

- Lo que sabes está mal. - su expresión se volvió seria y rodee los ojos.

- Si tan mal te caigo, ¿Por qué mierda me regalaste esto? - le señalé la pulsera que colgaba de mi muñeca izquierda.

- Por quedar bien. - explicó. - Además, quiero evitar que me saques del departamento de una patada en el culo. -

- ¿Qué mierda te hace tan duro? - le pregunté buscando que me contara, aunque ya sabía.

- La gente cambia, Jane. - respondió segundos después.

- ¿Qué te cambió a vos? - me sentía la vieja chusma con tantas preguntas, pero realmente quería escuchar las cosas salir de su boca.

- El puto amor. - me respondió. -Es una mierda. -

- La mierda son las personas, no el amor. - dije. - Todo lo que nos va mal, no es culpa del amor, ni de la vida, o de Dios, es nuestra culpa y de las personas. Es así. -

- No sé. Pero si así es, las personas son una cagada. - miró al frente. - Un enorme sorete. - sonreí debido a su expresión.

- Tal cual. - agregué. - Pero... ¿Qué te lleva a pensar así? - insistí nuevamente.

- Lana... - respondió.

- ¿Quién es ella? -

- Ella fue mi novia. Es inútil que te cuente toda la historia, probablemente Scott ya abrió el culo y te lo dijo - hice una mueca. - Solo te digo que la amaba demasiado y me traicionó. Desde ahí supe que nadie merece tanto amor, tanto cariño. Le di todo de mi, te juro que le entregué el alma y ella se encargó de quemarla. - explicó con la mirada clavada en el agua.

- Mierda. - le contesté. La forma en que las palabras salieron de su boca me llegaron al corazón.

- Exacto. Pura mierda. -

- No todas las personas son tan así, es decir, no todos matan al amor. - le dije intentando calmarlo.

- Ya no pongo las manos al fuego por nadie. - contestó.

- ¿Y por qué te la agarras conmigo? - le pregunté.

- ¿Cómo? -

- ¿Por qué demostras tu "dolor" tratándome mal a mi? - le pregunté finalmente.

- Porque te tengo miedo. - dijo y me sorprendí, aunque no entendí.

- ¿Miedo? -

- No a vos en realidad, miedo al amor. - me contestó sincero.

- Somos primos. - dije bajando la cabeza.

- A eso me refiero. - me miró. - Si me enamoro de vos, ¿Qué va a pasar? Vas a estar con la puta historia de que somos primos. Por eso intento alejarte de mi. - me sorprendió escucharlo decir eso y mi corazón latió a mil kilómetros por segundos.

- ¿Por qué supones que te enamorarías? - pregunté después de pensar unos segundos.

- Alegraste mi alma. - respondió. - De alguna forma, me hiciste sentir mejor en poco tiempo. Y eso me da a entender todo. Pensé que eras diferente. -

- Yo no sé que responder. -

- No esperaba una respuesta, ¿O pensas que estamos en una película donde vas a declararme tu amor y vamos a vivir una hermosa historia? - dijo. - Esta es la realidad, nena. -

- Sólo estoy feliz por saber que te hago un poco feliz. - le dije finalmente.

- Mi felicidad es relativa. -

- Pero soy parte de ella. - le dije. Mis ojos estaban achinados debido a la luz del sol, y mi corazón se salia debido a las palabras de mi primo.

- Sos parte de mucho más. - me miró. Sentí una fuerte presión en la garganta y no pude evitar acercarme a él.

Lo miré unos segundos y mis manos tomaron su cara. Mis ojos estaban clavados en los suyos, y paseaban por todo su rostro. Acerqué un poco más mi cuerpo, y sin pensarlo, mis labios chocaron contra los suyos lanzando explosiones en mi interior. Tardó unos segundos en caer, hasta que noté como cerraba los ojos y sus labios comenzaban a moverse. Mis manos seguían en su cuello y las suyas acariciaban lentamente mi cintura. Suspiró y sonreí sin separarme de él. Me apretó un poco más, y así, nuestros cuerpos estaban casi pegados, si no fuese por estar sentados. Su mano subió hasta mi pelo, acariciándolo y de ahí, a mi mejilla. Nos besamos quien sabe durante cuanto tiempo. Sonreí y finalmente me alejé, depositando un último beso en sus labios.

- Definitivamente más. - agregó.

This isn't right. «Justin Bieber - Español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora