"Solo hoy."

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- Creo que no es tan malo que se queden acá - tocó su rubio cabello.

- ¿No es mala idea? ¿Me estas cargando? - dije frustrada. - Es cualquier cosa esto. Tengo a dos desconocidos durmiendo en el piso de mi habitación, a mi amiga, que encima besa a uno de ellos, instalada acá y todo es un desorden. Es muy mala idea.

- Pasa que sos muy negativa - me miró fijamente. - Y no lo besé, solo fue su mejilla - sonrió

- Es lo mismo Wen - voltee los ojos.

- No tenes idea de lo que es un beso vos. - se burló.

- Si, si tengo - en realidad no era una persona muy experimentada en eso. Es decir, si había besado a algún que otro chico, pero no fueron tantos, quizás, dos. Y con eso no se tiene mucha idea.

- Como sea... - se acomodó en la cama - ¿Qué van a hacer mañana?

- Irse - respondí seca.

- ¿Y si no consiguen donde ir? -

- Irse - sonreí. - definitivamente se van a ir. -

- No mereces ser llamada "ser humano". No podes dejarlos solos - ah bueno, defensora de pobres desconocidos.

- Ni siquiera los conoces, ¿Qué mierda tenes en la cabeza? Neuronas seguro que no - me voltee. - No tengo porqué dejar que se queden.

- Solo te decía. Siempre querés ayudar a las personas y bla bla bla, no sé que te pasa ahora. - Tenía un punto. Amaba ayudar en general; era miembro de una fundación que ayudaba a los perros callejeros, a veces, no muy seguido, trabajaba con voluntaria en un hogar de ancianos, intentaba ayudar en lo que más pudriera a quienes lo necesitaban, etcétera, es decir, en general hacia lo que me pidieran si se trataba de algo bueno. Siempre fui una persona así, mi mamá tiene la misma formade ser, siempre está viendo de que forma puede ser útil para la sociedad, y supongo que heredé todo eso. Pero por primera vez, no sentía deseo de ayudar, y si, está mal, porque Justin es mi primo y no tengo que dejarlo tirado, pero es tan... insoportable, no sé, hay algo que me estanca en no querer ayudarlo. Quizás a Scott si, porque es muy amable, pero no sé.

(...)

- Tienen dos segundos para levantarse - abrí las cortinas de cubrían el gran ventanal de la habitación.

- Tenes dos segundos para cerrar esas cortinas - dijo Justin entrecortadamente. Cubrió sus ojos con ambas manos y lentamente se giró quedando con la cara entre las camperas que simulaban ser almohadas.

- Uno y medio... - hice una cuenta regresiva casi gritando.

- Mamá, por favor - Scott seguía prácticamente dormido y hablaba. Me causaba ternura.

- Uno... - seguí mi cuenta regresiva. Ninguno se movía. Mi mamá me despertaba de formas crueles cuando yo no quería levantarme, y eso era más o menos, todos los días. Lo bueno es que de todo eso aprendí algo. Despertar gente.
Conecté mi celular a los parlantes y subí el volumen al máximo. En menos de un segundo estaba sonando "Tremor" a todo volumen. Justin y Scott prácticamente saltaron y cubrieron rápidamente sus oídos mientras apretaban sus ojos. Me sentía Cruella de Vil.

- Que hija d... - lo interrumpí.

- Me caías tan bien Scott. - dije disgustada.

- Perdón, perdón. Pero te fuiste al carajo con esto - pasó su mano por la camiseta que cubría su cuerpo y tomándola por la parte del cuello se la sacó.

- Hace una hora los estoy llamando - observe como Justin se levantaba. Llevaba puesto un pantalón de buzo color gris oscuro, con un cordón que rodeaba su cintura, una camiseta blanca con la palabra "awesome' escrita en color negro y unas medias de todos colores y llenas de dibujos.

This isn't right. «Justin Bieber - Español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora