"Morías por ser ella."

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¿Qué tenía que hacer? ¿Lo perdonaba así de rápido? Es decir, al final del día te dabas cuenta que entre nosotros no había nada y él podía acostarse con quien quisiera, pero... ¿Tenía que perdonarlo por justamente hacerlo en mi cama? De todas formas suponía que no era lo que más me dolía. Yo me lo negaba, pero en mi interior había un fuerte debate por saber si lo que me dolía era que fue en mi cama o que lo había visto con alguien que no era yo. Supongo que eso es lo que me hacia dar bronca y lo que me impedía perdonarlo. Habían pasado horas desde lo que pasó, pero no lo ingería del todo.

- Jane, ¿Vas a hablarme? - me había quedado varios minutos con la vista clavada en el infinito océano. La luna se reflejaba dando una increíble sensación de calma en el agua. No le contesté. - Jane... -

- Ya está - le dije seca.

- Vamos... - rogó un poco.

- Dije que ya está Justin. -

- Tené clarito que no voy a chuparte el culo todo el tiempo que a vos se te ocurra. - y ahí estaba de nuevo su estúpida e insoportable forma de hablar.

- Con esa actitud dudo que el mundo te perdone haber nacido. - le respondí enojada.

- No vayas a ser tan mala - se acercó un poco a mi quedando frente a frente.

- Y vos no vayas a ser tan bipolar, por favor - le dije con un cierto tono de sarcasmo. Mi mirada seguía clavada en un punto nulo. Cualquier cosa antes que mirarlo a él.

- Sólo dije la verdad. No aguanto a las personas orgullosas - me aclaró.

- Y yo no soporto a las personas que no saben respetar - sonreí sarcásticamente. - ¿Igualdad de condiciones no? -

- ¿Pero qué mierda no entendes de que lo hice por enojo? -

- La parte de que lo hiciste por enojo - le dije. - ¿O acaso yo me enojo y voy a cojer con alguien en tu auto? Porque si esas son las pautas dame ya las llaves. -

- ¿Irias conmigo? ¿Es eso valido? - puse los ojos en blanco y sonrió. - Es decir, es una buena forma de vengarte.

- ¿Acostarme con vos? ¿Dónde ves la venganza? - sabía que lo estaba diciendo con sarcasmo pero le seguí el juego.

- Vamos nena, morías por ser ella. - de nuevo el ego. ¿Logran notar que salta del chico bueno, al forro y de ahí al egocéntrico? Diganme que si.

- Muero por que me trague el océano antes de ser esa zorra - otra sonrisa se dibujó en su rostro.

- Soy una maquina de conceder deseos -

Tardé varios segundos en entender hasta que lo sentí acercarse. Lo fulmine con la mirada e instantáneamente me tomó en sus brazos. Sabía que era lo que iba a pasar, pero sinceramente también sabía que luchar contra eso iba a ser inútil. Lo insulté varias veces pero eso no detuvo el hecho de que empezara a correr hacia el mar conmigo en sus brazos. Cuando menos lo noté, se había sumergido hasta la cintura y antes de poder tomar aire, me tiró. El agua estaba calma así que no me arrastró, por lo cual salí rápidamente. Él estaba haciendo puchero y morí de ternura.

- Se suponía que tenía que tragarte. - dijo con tono de desilusión.

- Ni para conceder deseos servís - le contesté mientras acomodaba hacia atrás mi mojado cabello. Estábamos a poca distancia el uno del otro. Justin se acercó a mi y sumergió todo su cuerpo. Segundos después vi su sombra aparecer más alejado que antes. - Es peligro que vayas tan allá, Justin. - le grité.

- No pasa nada, nena. - me contestó. El agua estaba increíblemente agradable, para nada fría, y si lo estaba, no se sentía debido al calor que hacía. Volvió a sumergirse y esta vez no le seguí el rastro. Sentí una puntada en el pecho que me señaló preocupación y grité:

- ¡¡¡Justin!!! - nada. No lograba ver donde mierda estaba, y si se trataba de una broma, me sorprendía lo mucho que aguantaba la respiración. Yo hacía eso y probablemente me tragaba la mitad del agua que llenaba el mar. - La puta madre, Justin. ¿Dónde mierda estas? No sé nadar, si estas medio ahogado fuiste, no voy a rescatarte. - le grité pausadamente esperando que apareciera. - ¡No seas hijo de puta! - le grité nuevamente y sentí un fuerte tirón en la pierna que me hizo caer al agua sumergiendo mi cuerpo completamente. Abrí los ojos bajo el agua y vi a Justin frente a mi. Sacamos la cabeza fuera para tomar aire y él sonrió.

- ¿Así que no sabes nadar? - me preguntó.

- No, y también sos un hijo de puta. - le dije simulando enojo por su broma.

- ¿Ya me perdonaste? - nos encontrábamos dentro del mar, con el agua tapandonos hasta el pecho y la luz que emitía la luna iluminandonos.

- No - le contesté. Levantó su mano y haciendo un movimiento me tiró agua en la cara. Mi boca formó una gran "O" y repetí exactamente lo que él había hecho. Y así, se desató una guerra de agua.

- La pulsera - dijo frenando todo y agarrando mi muñeca. Miré y noté que su regalo había desaparecido.

- La traía puesta. - hablé con un poco de desesperación. Me sumergí rápidamente e intenté buscar en el fondo, cosa inútil porque probablemente se la había llevado la corriente.

- Chocó con mi nariz cuando te tiré - dijo extendiendo la pulsera frente a mi y sonriendo. Sentí un fuerte alivio y extendí mi muñeca para que la pusiera ahí.

- Gracias - le dije.

- Deberías asegurarla. Es importante para mi -

- Para mi también es importante, Justin. - le expliqué rápidamente.

- No se nota - sonrió.

- Claro, si se desprendió porque yo tenía ganas - contesté sarcástica.

- Te respondería... pero no quiero pelear ahora - sonrió y con la mirada me dijo todo.

Estábamos frente a frente y me miró a los ojos. Clavar la mirada en los suyos era la perdición. Tenía ese tipo de brillo que te atrapaba e hipnotizaba de la forma en la que él quisiera. Levantó su mano y la ubicó entre mi rostro y mi cuello, acomodando algunos mechones mojados que estaban pegados en mi piel. Despejó todo los rastros de agua, mientras que yo no despegaba la vista de sus ojos. Las gotas de agua recorrían su rostro y podría jurar por la vida que moría por ser ellas. Su pelo estaba para atrás y su frente húmeda. Sus labios formaron una sonrisa y se acercó un poco más a mi. ¿Tenía que alejarme? Quizás si, pero no podía, era más fuerte que yo. Mis brazos fueron a parar al rededor de su cuello y mis dedos a su suave pelo. Terminó con la distancia que nos separaba y pegó sus labios a mi mejilla, donde depositó infinidad de pequeños besitos haciendo que riera y entre eso, deseara. Poco a poco fue dejando un camino de besos, el cual terminó en mis labios. Podría asegurar que nuestros labios juntos eran una explosión de adrenalina, pasión, deseo y millones de sentimientos mezclados que no podía explicar en ese momento.

Y mientras ese hermosisimo beso se llevaba a cabo a la luz de la luna. Si, súper cliché, me preguntaba porqué mierda sus labios tenían que ser tan adictivos, quería saber como es que había aprendido a besar tan bien, con tanta delicadeza y furia a la vez, como es que daba esas perfectas combinaciones en un solo beso. Quería ser yo la dueña de cada uno de esos besos, solo yo quería ser besada de esa forma. No quería que sus labios volvieran a tocar a esa puta. Me separé de él apenas me acordé de ella.

- Estás con Jessie... - dije con mi frente pegada a la suya.

- Yo no la quiero - respondió con la voz entrecortada debido a la falta de aire.

- Pero seguís estando con ella - contesté.

- Pedime que la deje y lo hago - que propuesta tan tentadora. Que hermoso seria saber que la dejó porque yo se lo pedí, pero... por más que la odiara, ¿Ella merecía eso?

Si o no, si o no, si o no.

¿¿¿SI O NO???

This isn't right. «Justin Bieber - Español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora