"¿Sólo sexo?"

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Ignoré el mensaje e intenté no guardar cada palabra en mi memoria, porque al fin y al cabo, ¿Los primos no se celan, verdad? Hice caso omiso a las vibraciones que emitía WhatsApp y releí cada detalle que tenía mi nota. En ella podía leer:

*Antigüedades egipcias: esculturas, sarcófagos y joyería.

*Pintura europea antigua: obras de Rogier van der Weyden, El Greco, Velázquez, Jacob Jordaens, Rembrandt, etcétera.

*Pintura impresionista y postimpresionista francesa: cuadros de Paul Gauguin como "¿De dónde venimos?" "¿A donde vamos?" y obras de Manet, Renoir, Degas, Monet, Van Gogh, Cézanne, entre otros.

*Pintores estadounidenses de los siglos XVIII y XIX: muchas obras de John Singleton Copley, Winslow Homer y John Singer Sargent.
La colección Edward S. Morse de 5.000 piezas de cerámica japonesa.

*La Galería Gund, que alberga exposiciones temporales con un jardín japonés fuera del propio museo.

Datos aburridisimos, pero perfectos para ser extendidos y tener un diez en uno de los últimos trabajos antes de las esperadas vacaciones de verano. Después de asegurarme que estaba todo guardado, le devolví el celular a Justin que estaba mirando la obra " The Daughters of Edward Darley Boit" con la boca un poco abierta y la vista perdida en cada pincelada. Sonreí al ver lo concentrado que estaba y decidí interrumpirlo:

- ¿Lindo, verdad? - asintió sin decirme nada. - Yo ya terminé, podemos irnos. Bha, si tenes interés en despegarte de ese cuadro. - solté una risa leve.

- Es que... Mirá sus caras. - le hice caso y las miré. - Son diabólicas. - su cara demostraba un poco de miedo, cosa que me causó más gracia.

- Esa de atrás de parece a vos. - señalé y automáticamente me miró. Supuse que se venía algún insulto.

- Yo soy sexy, ella no. - hizo un movimiento rodeandome y caminó con destino a la salida. - ¿Tenes hambre? - me preguntó cuando ya habíamos bajado los cinco escalones que separaban la entrada, de la vereda.

- Muchísimo. - le contesté tocando mi estómago.

- Vayamos a buscar el auto y te llevo a comer. - me dijo y le seguí el paso. No entendía porqué esa repentina amabilidad hacia mi. Quizás, había llegado a la conclusión de que estaba siendo un estúpido y decidió cambiar, o es un puto bipolar de mierda, y eso cambia las cosas. Caminamos en silencio hasta la plaza, que quedaba a unos cinco minutos del museo, y nos dirigimos al auto. Justin se subió, y al mismo tiempo, lo hice yo. Busqué rápidamente busqué mi celular en el pequeño bolso que traía y no lo encontré.

- Me robaron el celular. - le dije con un cierto tono de desesperación.

- Jane, lo sacaste del auto antes de ir a la comisaria. - me aclaró y ahí recordé que había sido así, y hasta le había enviado un texto a Wen. Busqué en mis bolsillos y ahí estaba.

- Estaba distraída. - sonreí y el motor arrancó, haciendo que mi cabeza golpeara levemente con el asiento. - Auch. - toqué mi cabeza con una mano, y con la otra, busqué el número de mi amiga para llamarla.

- Nena - contestó al segundo pip.

- ¿Dónde mierda se metieron? -

- Vinimos al Monumento de Bunker Hill. Se parece mucho a este lugar que nos mostró tu mamá... que es de su país... - pensó algunos segundos.

- Obelisco. - le respondí.

- A eso, solo que este no tiene punta. - aclaró con un sonido en medio que supuse, era una sonrisa.

- Wen, se comportan. - dije con un tono gracioso.

- No la voy a violar. - gritó Scott desde el fondo.

This isn't right. «Justin Bieber - Español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora