"Sus labios."

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Terminó de hablar y se levantó del asiento. La luz del amanecer lo iluminaba haciendo que se viera increíblemente atractivo. No pude dejar de mirarlo y de notar lo hermoso que era. Extendió su mano y cuando la tomé, hizo algo de fuerza para ayudarme a que me levantara. Estaba nuevamente junto a él. Nos miramos unos segundos, y esta vez fue él quien avanzó rápidamente a mis labios. Chocaron suavemente haciendo que mi cuerpo se estremeciera por milésima vez desde que habíamos salido. Sus manos estaban en mis mejillas y las mías en su pecho. Nos separamos unos segundos y nuestras frentes quedaron pegadas mientras nos veíamos a los ojos y sonreiamos. Bajó sus manos hasta mi cintura y me pegó a él. Enredé mis manos en su cuello y acaricie el pelo que bajaba por su nuca. Volvió a juntar nuestros labios, pero está vez con mucha más pasión, mordió mi labio varias veces y repetí su sexi procedimiento. Su lengua rozaba mis labios, y saboreaba cada paseo que hacia en mi boca. Me volvía loca su manera de besar. Ese beso se hizo eterno en mi corazón y supongo que en tiempo real, también fue bastante largo. Finalmente me alejé de sus labios y sonreí. Algo en mi interior reprimía todos aquellos pensamientos que me decían: esto está mal, esto está mal, esto está mal. Simplemente no lo recordaba, no lo sentía como si estuviese mal. Supongo que en mi interior, secretamente, me auto-ocultaba que desde el momento en que lo vi por primera vez, desee besarlo.

- Prima... - dijo pasando la lengua por sus labios. Sonreí.

- Primo - agregue riendo. - Esto está... -

- Bien - dijo interrumpiéndome. - Yo sabía que querías besarme. - sonrió.

- Claro, como si vos no. -

- Pero vos me besaste primero. - puse los ojos en blanco y suspiré. - Pero después lo hice yo... - se acercó. - Y supongo que quiero hacerlo de nuevo. - tomó mi mentón con su mano y me besó lentamente, con suavidad y delicadeza. Succionó levemente mi labio, cosa que hizo que los pelitos de mi brazo se erizarán y bailaran en la brisa que chocaba contra nosotros. Depositó un último beso y nos separamos.

- No todo es mi culpa. - dije sonriendo.

- Siento que voy a acostumbrarme a tus labios. - mi interior empezó a debatir entre lo hermoso que era besarlo y lo mal que estaba hacerlo. Maldije internamente al notar que empecé a reprocharme cosas y supe que estaba volviendo a la puta realidad. Por algo la odiaba, yo quería mantenerme en esa burbuja que habíamos creado esos minutos en los que nos besamos, pero como la realidad se emputa, nuestra burbuja se había pinchado algunos segundos después y ya empecé a sentirme mal. ¿Qué pensaría mi mamá si supiera lo que hice? Y si me dijera lo asquerosa que soy, ¿Qué debería hacer yo? Pero, y si responde que está perfecto, ¿Puedo sentir nuevamente sus labios hasta cansarme?

(...)

Volvimos al departamento a eso de las nueve de la mañana. Y sin hablar mucho, todos nos acostamos. Para mi mala suerte dormí a medias, a cada rato me despertaba imaginando lo que había pasado y preguntándome si había sido real o se trataba de un simple sueño. Para mi mala o buena suerte, era más que real y ese motivo era el que me quitaba en sueño. Finalmente, decidí levantarme y buscar algo para tomar. El estúpido sonido que quedaba después de escuchar música muy fuerte, retumbaba en mis oídos y me destruía la cabeza. Fui por algo de jugo y me encontré con un Justin relajado, apoyado contra la isla de la cocina. Lo miré y sonrió levemente.

- ¿No podes dormir? - me preguntó con su voz ronca.

- Mis oídos hacen pip. - le contesté refiriéndome al puto sonidito.

- Y tu cabeza piensa en lo mal que estuvo besarme, ¿No? - había dado justo en el clavo y no sabía que responderle.

- Algo así. - respondí sirviendo jugo en un vaso trago largo que me había robado de la fiesta. Muy mala, lo sé.

This isn't right. «Justin Bieber - Español»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora