5. "Tienes el camino libre "

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Al día siguiente, me levanté e hice mi rutina diaria. Me bañe, me vestí y bajé a tomar desayuno, pero me llevé la sorpresa de que no había nadie en la cocina ni en ninguna de las habitaciones del primer piso.

Mike segundos después bajó y se quedó en la escalera estático.

―¿Donde están todos?―preguntó

―Es lo que me pregunto yo también. ―murmuré

Mike golpeó mi hombro suavemente y se acercó a la pared junto a él, donde se encontraba una pequeña nota.

"Buenos días cariños. que se están preguntando ¿Dónde estamos? Papá y yo tuvimos que salir antes, hubo una urgencia. Por favor, lleven a Leah a la escuela.

Posdata; el desayuno está en el horno, buen día amores." leyó Mike imitando la voz de nuestra mamá.

―Oh dios ¡Leah! ―grité, subiendo las escaleras.

Entré al celeste cuarto de mi hermana y la vi sentada en la cama, casi quedándose dormida, lista con sus ropas puestas.

―Leah, princesa. ¿Cuanto llevas despierta?

―Solo...-bostezó―Unos minutos.

Me acerqué a ella y la tome en mis brazos, apague la televisión y tomé sus cosas. Bajé las escaleras y Mike ya tenía todo sobre la mesa.

―Café para mi princesa―dijo Mike, entregándome una taza de café.―Y leche para mi princesita―se dirigió a Leah

Los tres nos sentamos en la mesa y comimos en silencio. En reloj de la cocina sonó con la alarma que mamá suele poner, avisando que ya debíamos irnos.

Una Leah adormilada se acercó a mí, estiró sus brazos a mí y entendí la señal. La elevé del suelo y la puse sobre mi cadera.

Salimos al garage y subimos al auto de Mike, poco después, mi hermano arrancó llevándonos por las calles de un caluroso California.

Mike se estacionó a pocos metros de la escuela de Leah. Bajé con ella y tomé su mano. La dejé en la entrada y ella me dio un caluroso abrazo.

―Suerte.―bese su mejilla. ―Y suerte con Max, eh.

La pequeña se sonrojó y corrió dentro de la escuela, yo corrí devuelta al auto y subí. Mike arrancó inmediatamente y nos fuimos por las calles en dirección a nuestra escuela.

Al llegar, bajé junto a Mike, quién inmediatamente tomó mi mano y caminamos a la entrada.

Sentí mi corazón doler cuando Justin estaba en plena puerta de entrada besando a Natalie entre risas y sonrisas. Me daba mucha vergüenza pasar por ahí, no quería interrumpirlos...

«Sabes que » pensé

Mike apretó mi mano y tomó la puerta obligando a la pareja a separarse.

―Oye que..―dijo Justin volteando.

Mike le regaló una sonrisa juguetona y yo lo seguí por detrás, usando mi cabello para cubrir mi rostro. Antes de volver a cerrar la puerta, murmuré un:

Amor Platónico ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora