Amor Platónico ➳ j.b

45. "¿Pinky Promise?"

  ―Tendrás serios problemas luego de....― dijo mi padre, siendo interrumpido por Megan saliendo de la oficina del director con sus padres.

Giré para ver a Mike, quien hablaba con el padre de Megan. Voltee otra vez y el director hizo entrar a mis padres junto a los padres del chico, Mike entró poco después.

Escuché el timbre y esa era mi entrada. Caminé por los pasillos y me encontré con Matt, quién tenía un pequeño moretón cerca de su pómulo.

―¿Como estás?―le pregunté.

El antes de responder, besó mi mejilla y me sonrió.

―Estoy bien, Griffin.

―Pero tu mejill..

―Podría estar peor. 

Le sonreí y desordené su cabello peinado prolijamente. Ambos teníamos química, así que hicimos nuestro camino hasta el salón mientras él me contaba sus anécdotas de ayer. La verdad es que lo de ayer fue trágico, pero él las contaba de una manera divertida siendo imposible para mí tomarlo en serio.

Entramos al salón y nos sentamos en los asientos junto a la ventana, poco a poco el salón comenzó a llenarse y con ello el profesor. La clase fue lo de siempre, solo mezclas y mezclas y sustancias químicas con nombres extraños. Al terminar las dos horas de clase, Matt y yo caminamos hasta los casilleros haciendo cambio de libros y dejando unos cuadernos dentro.

Giré mi vista unos segundos para ver a mis padres caminar por los pasillos junto a Mike, con no muy buena cara.

―¿Pa, que ocurrió? ― le pregunté cuando se detuvieron junto a mí

―Mike fue suspendido por una semana, quedando condicional¹.―dijo mi papá, a lo que yo asentí.

Mi padre y mi madre siguieron su camino y Mike se acercó a mí fugazmente.

  ―Pero al otro lo expulsaron― dijo sonriente y siguió a mis padres. 

|Condicional¹: significa que sí vuelve a hacer algo, se va de la escuela en esta ocasión. No hay otra oportunidad|

Matt chocó los cinco con Mike antes de que se fuera y ambos sonreimos.

Los quince minutos de recreo pasaron y me despedí de Matt, prometiendo almorzar con él. Caminé por los pasillos y subí escaleras para llegar al salón de literatura, al entrar un recuerdo golpeó mi cabeza.

No hice la tarea.

«Por favor que nadie le recuerde » pensé mientras tomaba asiento junto a Andrea.

—Dime que tú hiciste la tarea —dijo, a lo qué yo negué.

Ella hizo un rostro de dolor y se arrojó sobre la mesa. El profesor entró y dejó sus cosas sobre el escritorio, se puso en el centro del salón e hizo la misma rutina de siempre.

—Buenos días alumnos, espero qué hayan tenido un muy buen fin de semana.— dijo él, mientras tomaba un plumón y garabateaba en la pizarra. —¿Alguien conoce ese nombre?

Todos miraron la pizarra donde se encontraba escrito "Gabriel García Márquez", pero yo no le tomé mucha atención porque estaba nerviosa.