13. Harlem Shake

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Salí del salón de inglés mientras mandaba un mensaje a Andrea.

"Aún estas enojada????" ✔

No obtuve respuesta así que estaba obligada a almorzar sola mientras veo a Elliot y Mike jugar.

Me dirigí a los casilleros y dejé todo dentro excepto mi celular y dinero. Cerré mi casillero y caminé devuelta por el pasillo con dirección a la cafetería, Andrea iba saliendo. Ni siquiera me dedicó una insólita mirada.

Que se joda.

Entré molesta y solo me compré un sándwich y una gaseosa. Tomé lo que había comprado y salí de la cafeteria. Atravese el campus y me dirigí a la cancha, me senté en la galería de más arriba y crucé mis piernas para empezar a comer.

Escuchaba el silbato y los gritos del entrenador a cada segundo, pero trataba de ignorarlos jugando Jelly Splash.

-Hey.- escuché la voz de Justin a mi lado, voltee a verlo.

-Hola... ¿Que haces aquí? Deberías estar allí. - apunte la cancha.

- Se supone, pero el entrenador me suspendió tres días. - suspiró.

-¿Por qué?

-Estaba un poco distraído.

Iba a preguntar el porque, pero entonces recordé la conversación con Natalie. Al parecer, sí se tomaron un tiempo.

A pesar de que sabía porque estaba distraído, quise preguntar. Seguramente el vino conmigo porque quería hablar de aquello.

«No seas estúpida, ____. No tiene a nadie más con quien estar, todos sus amigos están en esa cancha. » dijo no consciencia, dándome un zape.

-¿Que te tiene distraído? - susurro, con una voz diminuta.

Justin no me contestó, confirmando la teoría de mi consciencia. Él suspiró un par de veces y miraba sus manos de vez en cuando.

-¿Conoces a Natalie O'Connell? - preguntó tras minutos infinitos de silencio.

Pretendiendo que no sabía absolutamente nada, respondí.

-Uhm, solo un poco. La he visto un par de veces en el baño.- dije, Justin rió.

«¿¡Encerio ____!? ¿El baño

-Bueno, ella era mi novia.- dijo él, con la mirada pérdida en algún punto de la cancha.- Todos, incluyéndome, pensaban que era la chica perfecta, hermosa, dulce e incapaz de matar una moca.

Lo miré con los ojos bien abiertos, incapaz de perderme algún gesto suyo, incapaz de poder dejarlo de mirar.

-Pero todos alguna vez esconden una parte de ellos que no quieren que nadie vea.- me miró por unos segundos, causando que aguante la respiración. - Lo siento, te estoy aburriendo.

Trató de sonreír, pero fue más como una mueca deforme.

-No, claro que no. Sigue... Si quieres, yo soy todo oídos.- Sonreí, tratando de disimular mi nerviosismo.

-Natalie era... Precisamente mi todo, sentía que podía contar para ella para todo, sin importar sí era una de mis cuantas locuras, ella estaba ahí. - sonrió con nostalgia.- ¿Alguna vez sentiste que te falta algo?

El me miró con sus ojos apunto de lanzar lágrimas, quería abrazarlo pero no era correcto. Aún podía sentir una pared entre él y yo, una pared que me recordaba que no éramos cercanos.

Amor Platónico ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora