Capítulo 19

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El sonido de la puerta abriéndose consigue despertarme. Sé que aquí me siento más susceptible con todo el entorno en general cualquier indicio de ruido me despierta y después me es imposible volver a conciliar el sueño. Me hubiera dado media vuelta y hubiera seguido durmiendo, si no hubiera sido consciente de que al otro lado de la puerta había alguien. 

Abro los ojos de repente, y sin quererlo me aferro a la manta con más fuerza. ¿Quién es? Me pregunto, pero no me sale la voz. Al otro lado de la puerta veo a Mateo, mis ojos se acostumbran a la oscuridad, y no puedo parar de pensar en qué hace aquí. 

-¿Qué haces aquí?-Le pregunto cuando recobro la voz. 

Cierra la puerta, podría sentir mi corazón latiendo a un ritmo desproporcionado. Comienzo a temblar cuando veo que cierra la puerta con llave. No puedo escapar. Es lo único que pienso. 

-Vete, por favor, déjame.-Es lo único que atino a decir cuando los peores pensamientos cruzan por mi mente. Al mismo tiempo me siento completamente paralizada.  A través de la penumbra puedo ver una sonrisa cínica que jamás habría asociado con él. 

-No servirá de nada que grites, nadie te creería.-No comprendo sus palabras hasta que se acerca más a mí a la vez que reculo y choco contra la pared. ¿Qué puedo hacer? Intento pegarle, pero después de saber cómo soy, ya esquiva mis golpes y no sirve de nada que oponga resistencia. 

Éste era el motivo por el que me quería alejar de Adam, y el saber que Adam se ha ido con su tía aún es mejor para él, aún estaremos más lejos, ya no nos separan unos pasillos ahora la distancia es más.

De repente me besa, siento que me tenso, me aparto de él con rapidez, intento esquivarle, pero encima me caigo de la cama. Me vuelve a poner en la cama de nuevo, me resisto con todas mis fuerzas, pero finalmente no lo logro, así que me dejo vencer. Cierro los ojos con fuerza mientras con movimientos rápidos me desnuda, intento no pensar en nada e imaginarme a Adam, pero después de varios gritos de dolor me siento mareada, y ya mi cuerpo es insensible. 

Sólo sale de mi habitación cuando ha logrado todo lo que quería y cuando yo ya me siento destrozada, incapaz siquiera de protestar. Cuando finalmente es de día y abandona la habitación, estoy paralizada por el miedo. Me siento pequeña, desprotegida, me abrazo a mí misma, y me vuelvo a cubrir con las sábanas, estoy tiritando, es una pesadilla. 

¿Con quién puedo hablar? Tal y como ha dicho nadie me creería, dirían que me lo he inventado todo y que nada de eso ha sido real, sin embargo yo sé que ha sido real, sé que me ha dañado y que no ha sido precisamente ningún caballero, más bien al contrario. No ha tenido piedad en ningún momento, qué más le daba a él saber que me dañaba, contrariamente, parecía que deseaba escuchar mis gritos de dolor. ¿Porqué lo ha hecho? ¿Su propósito era aprovecharse de una chica más en el internado? De algún modo, sospecho que no es la primera vez que ocurre. Ahora mismo siento que en cualquier momento podría perder la conciencia. ¿Seré capaz de salir de la habitación y hacer como si nada hubiera ocurrido? Como si todo estuviera bien, cuando no es así. Jamás le he mirado con buenos ojos, pero después de hoy, siento que sólo le podré mirar con desprecio y sobretodo con asco. Mucha repugnancia es la que ahora me inspira. No creía a nadie capaz de hacer algo así, ¿Porqué yo? ¿No es suficiente castigo el estar alejada de Adam que encima él puede jugar, dañarme y abusar de mí? 

Cuando los primeros rayos de sol se empiezan a filtrar por la ventana, me siento un poco más calmada, pero estoy adolorida, no puedo moverme. Pienso en pasar todo el día en la habitación, decir que me encuentro mal y que con un poco de suerte Elena, o alguna de las supervisoras me traiga de la habitación, en verdad me encuentro mal, aún sigo mareada, todo da vueltas a mi alrededor, hasta con los ojos cerrados. 

Sombras a mi alrededorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora