Capítulo 22

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Andamos por las frías y oscuras calles, no sé a dónde vamos, pero tampoco me preocupa a dónde, mientras pueda salir del internado. 

Sin saber cómo, me coge de la mano. Me siento extrañada, y estoy por apartarme, sin saber la causa, no reacciono. Me abrigo más con la rebeca que llevo, las delgadas medias que llevo no evitan en absoluto que no pase frío, pero tampoco sabía que andaríamos. 

-¿Porqué no escogiste como objetivo a alguien que fuera más acorde contigo?-Le pregunto cuando el silencio nos invade. 

-No te entiendo.-Es lo único que me responde. ¿Porqué a veces tengo que explicarme tan mal? Me reprimo a mí misma. 

-Me refiero a que eres alguien joven, atractivo, y para los ojos de los demás no eres como he llegado a entender que puedes llegar a ser. 

-Espera... ¿Has dicho atractivo?-Al instante me arrepiento de lo dicho, pero ahora ya nada lo podrá arreglar. 

-Sí, bueno, al menos eso es lo que me pareció el primer día, pensé que serías alguien agradable, sinceramente jamás llegaría a imaginar que te aprovecharías de mí. 

-Creo que todo esto podría cambiar. 

-¿Porqué? ¿A caso olvidas que fuiste tú quien se me acercó? 

-A veces lo olvido, otras pienso en que no habría ocultado mucho más tiempo que me gustabas. 

-¿Porqué me castigabas? 

-Porque a veces lo merecías, si desobedeces las normas, tarde o temprano serás castiga, las cosas son como son, Zoe. ¿Qué querías? ¿Que mirara para otro lado? Debes aprender lo que está bien, y lo que no. 

-Es una gran ironía, no eres el más apropiado para hablar.-Le digo con una sonrisa. -¿Cómo ha cambiado todo tanto? 

-Creo que con los días ha sucedido algo inevitable. 

-¿El qué? 

-Al principio que no era real, pero terminé enamorándome. -Dice y cada vez me siento más indecisa, ¿Puede ser cierto?

Me estremezco del frío, y sin darme cuenta Mateo me pone su cazadora sobre mis hombros. Sonrío en agradecimiento. 

Seguimos andando en completo silencio, por momentos siento que mi vida es diferente, que ya no soy la chica de antes, como si ya no tuviera etiquetas, pero aún tengo sombras, las sombras de mis padres que me acompañan, y me es imposible olvidarlo. 

-¿Cómo los que estamos en el internado podemos seguir adelante?-Le pregunto aunque sé que aquí cada cual es consciente de su respuesta. 

-Cada persona encuentra algún modo, tú pasas todo el tiempo libre que tienes en la biblioteca, hay quienes se refugian en la música, cada cual vive a su modo y hace más soportables sus días. 

-¿Cómo... sabes que voy a la biblioteca?-Le pregunto extrañada de que él lo sepa. -¿A caso me vigilas?-Añado en un susurro. 

-No te vigilo, sólo que me extrañaba que no pasaras tiempo con más gente que Adam, entonces descubrí dónde estabas. 

-Entiendo.-Pasamos calles que desconozco, ya no hay gente por las calles, sólo nos iluminan las farolas. ¿A dónde iremos? Me pregunto pero permanezco callada. 

De repente nos detenemos delante de un local. Me entrega una entrada que miro con curiosidad, vamos a un concierto. En contadas ocasiones he ido a un concierto, pero me gusta mucho cualquier tipo de música, aunque aquí apenas escucho música. 

-¿Qué te parece?-Me pregunta mientras observo el nombre del grupo. 

-Gracias. -Es lo único que le digo. 

Sombras a mi alrededorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora