Llevamos ya una semana de fugitivos. Una semana desde que me fui del internado y nunca me dejará de parecer increíble, el seguir pensando a veces en Elena, porque al final se convirtió en una amiga para mí, más que eso, una confidente, una hermana.
Aquí la vida es terriblemente tranquila, a veces es hasta inquietante el no escuchar ningún sonido más que un par de respiraciones y saber que estás perdido en alguna parte del mundo. No echo de menos mi vida en el internado, pero de algún modo con todo lo malo y demás, se convirtió en una parte de mí.
En éstos momentos, estoy sola, Adam se ha ido a comprar y he decidido quedarme aquí. Sé que es poco probable que alguien me reconozca en un pequeño pueblo a miles de kilómetros no obstante tengo mis dudas. Enciendo la polvorienta televisión, y sin saber cómo aún funciona, pero lo que veo me deja helada. Hay una foto de cuando estaba en el internado, y hay un reportero que está hablando. Subo el volumen y aún así siento los latidos de mi corazón, nervioso y acelerado al pensar en que me he convertido noticia. Bueno, sabía que tarde o temprano sucedería, todo es cuestión de tiempo. Durante unos minutos me limito a prestar atención al reportero que habla teniendo el internado de fondo. El lugar de los hechos se podría decir."Estamos investigando la desaparición de una chica de dieciséis años, que pronto hará los diecisiete. Su nombre es Zoe, es alta, morena y hace ya una semana de su misteriosa desaparición. Se estima una posible fuga, aunque aún no es confirmado, puede que nos encontremos delante de un secuestro..."
-¿Un secuestro?-Digo en voz alta, no puedo evitar reír, al pensar en que él no me ha secuestrado, me ha salvado. A pesar de todas las idioteces que dicen, sigo escuchado.
"Estamos en compañía de sus padres recientemente divorciados. ¿Qué creen que habrá podido pasar?" Veo los rostros de preocupación de mis padres, pero sé que en el fondo, saben que estoy bien. Nunca he actuado como se supone que debería hacerlo, ahora ya no es una excepción, creo que son conscientes de cómo soy, pese a todo, siguen preocupándose por mí. Y poco a poco lo comienzo a ver.
-Creemos que Zoe se ha cansado de seguir en el internado, ha resistido mucho, aunque ella nunca nos haya contado nada, nosotros sabemos que hay un trasfondo, que nos oculta pero que está ahí."-Dice mi madre.
-¿Cómo cual?-Inquiere el periodista.
-No lo sabemos, y aunque lo supiéramos no queremos decir nada.
-Lo comprendo, pero ¿Zoe siempre ha sido así?
-No queremos hablar más de nuestra hija, ella es como es, y lo único que queremos es encontrarla.-Dice con firmeza mi padre. -Y que se encuentre bien.-Añade mi madre. "
El periodista les dice algo más a mis padres y pronto dan paso a otra noticia, a la que no presto ni la más mínima intención. Permanezco unos breves instantes mirando a algún punto del horizonte, intentando bloquear todos los pensamientos que viajan por mi mente, pero no lo consigo. De repente, el sentirme alejada del que se supone que es mi mundo me causa un agobio inexplicable.
Más tarde, escucho una especie de forcejeo con la puerta. Pienso que Adam se ha dejado las llaves, así que abro, pero al llegar me llevo una gran sorpresa. Es la policía.
Estoy segura de que empalidezco y de que por unos momentos mi respiración se vuelve inexistente, pero me ha causado tanta impresión ver a dos oficiales delante de la puerta que me he quedado paralizada.A lo lejos escucho -Ya la tenemos.-Justo cuando voy a cerrar la puerta, con un rápido movimiento me ajustan unas esposas. Y entonces sé que no tengo escapatoria, quiero huir, pero sopeso mis opciones y observo que es imposible la huida.
No hay intercambio alguno de palabras, sólo se limitan a sujetarme con fuerza por el brazo, como si temieran que me escapara, y es que ojalá pudiese ser así. Pero del mismo modo, no puedo hacer nada. Algo en mí se va rompiendo mientras pienso en volver al internado, no, sé que no volveré allí, si hace falta tomaré alguna decisión radical, o qué se yo, ya se me ocurrirá un "brillante" plan como lo son los de Adam. Y puede que ésta vez todo funcione. Pero ahora mismo, muy a mi pesar, sólo puedo agachar la cabeza y dejar que me lleven a donde sea que me vayan a llevar.
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Sombras a mi alrededor
JugendliteraturRabia, Rencor. Lágrimas que no aparecen Pero que están en un interior. Miradas salvajes, nubladas por velos de sangre que cubren los ojos. Gritos y palabras hirientes. Arrepentimientos después. Puños cerrados, y sonidos ensordecedores. Alg...