El ruido de una piedra al impactar contra la ventana de mi habitación me despierta de golpe. Abro los ojos alarmada, mirando a mi alrededor completamente desconcertada. Me abstengo de gritar, pero me incorporo rápidamente y salgo de la cama de un salto. Los minúsculos pedazos de vidrio se me clavan en los pies descalzos.
En el suelo hay una piedra de tamaño mediano. ¿Quién la habrá tirado? Me pregunto aún sintiéndome adormilada. Sólo cuando oigo en la lejanía: -Zoe, ¡Sal rápido! Me desperezo de repente, el rostro se me ilumina y sé que pesadilla ha terminado.
Miro por la ventana y mi corazón late a un ritmo terriblemente desmesurado. No es la primera vez que escalo la pared, pero... ¡Veré a Adam! He pasado una eternidad sin verle, pero ahora todo éso ha terminado, ahora sonrío, en éstos momentos, no me importa todos los obstáculos por los cuales he tenido que pasar hasta llegar aquí, dejan de tener importancia los castigos y todas las torturas vividas.
No veo a Adam, a través de la fría noche, siento el viento colándose por la ventana, pero no le veo, no veo ni su sombra. Juraría que se trata de impresiones mías, un juego de mi subconsciente que al pasar tanto tiempo sin verle ahora cree escuchar su voz. Vuelvo a mirar la piedra, y me decido, sí, es real. Todo está ocurriendo.Con la mano derecha termino de romper la ventana, temiendo que me escuchen y que todos los planes se anulen otra vez. Sé que hay oportunidades que se presentan pocas veces y que cuando al fin se presentan, sólo puedes aferrarte a ellas, y éso mismo es lo que pienso hacer ahora.
Una última respiración profunda mientras salgo por la ventana, me giro de espaldas y me agarro con fuerzas al bordillo de la ventana luchando por no temblar, luchando por no caer, porque ahora no puedo. Desciendo a un ritmo bastante rápido, evito escuchar el ritmo vertiginoso de mi corazón.Mis pasos comienzan siendo inseguros, teniendo la certeza de que con un paso en falso, puedo caer varios metros hacia el suelo, y no volver a abrir los ojos jamás. Pero el nombre de Adam se repite en mi mente una y otra vez, y hace que todo el miedo se desvanezca y sea reemplazado por la adrenalina. Pronto dejo de sentir el fresco de la noche, que me cala en los huesos, me limito a avanzar y pensar que aún estoy soñando.
No sé cuánto tiempo pasa cuando llego al suelo, pero me siento temblorosa y a la vez más viva que nunca. Alguien me da la mano, lleva una máscara, pero sé que es él, si pudiera ahora lloraría de alegría. Me da la mano con fuerza, y le sigo en una carrera sin fin, en la cual no necesitamos palabras para decir todo lo que sentimos.
La pulsera roja comienza a emitir una leve luz blanca, sé que en cuestión de minutos, podría decir, que hasta en segundos, ya estarán informados en todo el internado y decenas de policías nos perseguirán. Me estremezco de pensarlo, pero a pesar de todo, ahora sólo puedo ver al chico que va completamente vestido de negro y que me ha ayudado a escapar de mi cárcel.
A medida que nos adentramos en calles que no conozco, comienzo a pensar en todo lo que dejo atrás... Mis compañeros, el equipo de música, mi amiga Elena... Empiezo a sentir una triste melancolía que me invade de un modo distinto al que sentí al irme de casa.
De repente nos detenemos para recobrar el aliento. Sólo entonces me besa, y puedo decir que es el beso que he esperado más veces en mi vida. Le abrazo cuando recupero la respiración, le amo, y desde el primer momento por irreal que parezca ha sido así, y por aún más increíble que parezca, siempre lo será. Porque han pasado días, y con ellos aventuras, dolores, y muchas experiencias que no volvería a vivir y aún pienso en él, aún le amo y me sigue pareciendo aquel chico misterioso con un pasado oscuro luchando por ser mejor. Y él, ha demostrado quién es después de todo lo que le he confesado, de todas las peripecias vividas, y me ha rescatado. Quizás lanzar una piedra contra mi ventana y escaparnos cubiertos por la seguridad de la noche no sea la mejor opción, sin embargo es la más valiente. Yo no sé cómo habría actuado, sin embargo, él ha mostrado aún más de lo que esperaba, y a cada segundo que pasa, a pesar de que aún no hayamos hablado, sé que nuestros caminos se cruzaron por alguna razón.
Sé que juntos, podremos vivir la historia más inesperada jamás contada. Siempre vivimos en los tópicos de la sociedad que nos dicen que el bien siempre gana, pero en nuestro caso no ha sido así. Ninguno de los dos es el modelo de personas que se espera, sin embargo, hemos luchado arduamente para conseguir lo que tenemos.
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Sombras a mi alrededor
Teen FictionRabia, Rencor. Lágrimas que no aparecen Pero que están en un interior. Miradas salvajes, nubladas por velos de sangre que cubren los ojos. Gritos y palabras hirientes. Arrepentimientos después. Puños cerrados, y sonidos ensordecedores. Alg...