Al entrar en la casa, no vislumbro nada. Hay una oscuridad completa, y mis ojos tardan algunos segundos en adaptarse a la oscuridad. Adam se dirige hacia un rincón y enciende la luz. Ahora la estancia que veo es espaciosa, y puedo adivinar cómo en sus días fue un hogar acogedor, pero ahora no lo es, no está pasando por unos buenos momentos, quizás sea un reflejo del estado de las últimas personas que habitaron la casa.
Nada más entrar me ha sorprendido el hecho de que no había ni una puerta. Al estar en un pueblo, se puede considerar el lugar como tranquilo, pero aún así no estamos protegidos totalmente. Debo hacerme la idea de que ya nada será como antes, pero es normal que me cueste asumirlo.-De momento estaremos aquí.-Escucho a Adam hablar, pero inconscientemente me voy paseando por los metros cuadrados de la casa. Me dirijo hacia la cocina, los azulejos están mugrientos, y también lo está el suelo,y una fina capa de polvo es el mantel de la pequeña mesa que hay a un lado de la cocina.
-Quizás no sea lo mejor, pero es lo único que he podido encontrar.-Dice una voz a mis espaldas.
-No te preocupes, Adam, no me importa donde esté si estoy a tu lado. Porque cuando estamos juntos, las estampas de la realidad se distorsionan, y todo es más soportable.
-Lo sé, Zoe, pero mereces mucho más.
-En éso te equivocas, Adam, siempre he creído que yo no podía estar con alguien como tú. Con alguien que pese a tener un oscuro pasado ha querido dejarlo todo atrás y seguir adelante. Yo jamás seré capaz de amarte de la forma que lo haces conmigo. Porque sé que después de todo, tras todos los retos y los obstáculos en éstos meses... Sé que me amas, de lo contrario, ahora no estaríamos aquí.
-A veces me pregunto si quieres saber algo de mí. Al fin y al cabo, sólo estuvimos juntos en el internado unos días. Pero en ésos días pasaron más cosas de las que nadie hubiera esperado jamás.
-No cambiaría nada de lo vivido.-Digo el pensamiento en voz alta. Y es que es cierto, no cambiaría nada, todo está bien como está, todo me ha conducido al mismo lugar, a estar con él. Éste ha sido mi destino, al menos por el momento, lo que suceda después sólo el tiempo lo dirá.
-Yo tampoco cambiaría nada... Porque si lo miro fríamente, sé que si no hubiera sido alguien complicado, por decirlo de algún modo, no hubiera acabado en el internado, y por tanto no te hubiera conocido nunca. Y digas lo que digas, no se trata de quien merece a quién, sino de lo que ambos merecemos: Ser felices. Sólo necesitamos éso para seguir adelante.
Tras cada palabra que escucho de Adam comprendo que es alguien que ha tenido diferentes horizontes a los míos, ha tenido que pasar por otros caminos, y éso le ha hecho más fuerte. Ahora todo lo que ha pasado se ve reflejado en su forma de hablar, en la manera que tiene de razonar y de pensar y en sus particulares puntos de vista del mundo que escucharía durante horas, y es que podría hablar con él hasta que no existieran más palabras.
Nos sentamos en el viejo sofá que se encuentra en el salón. En el centro hay una chimenea y debo decir que la decoración, ahora produce un efecto terrorífico a diferencia de como fue en su tiempo.
-A veces creo que el pasado debería poderse olvidar... Sería estupendo tocar un botón y dejar atrás todas las experiencias que han tenido lugar en algún punto en nuestra vida y que nos han marcado de tal manera que hay momentos en los que nos impiden avanzar.
-Pero es el pasado el que nos hace ver en qué hemos mejorado o empeorado a fecha de hoy. A veces ves fotos de hace tiempo, y recuerdas cómo fuiste en aquellos días.
-Es cierto... Pero creo que yo no miraré muchas fotos de mi pasado, porque ahora mismo, sólo importa mi presente, bueno, nuestro presente. -Sin quererlo, sonrío.
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Sombras a mi alrededor
JugendliteraturRabia, Rencor. Lágrimas que no aparecen Pero que están en un interior. Miradas salvajes, nubladas por velos de sangre que cubren los ojos. Gritos y palabras hirientes. Arrepentimientos después. Puños cerrados, y sonidos ensordecedores. Alg...