Capítulo 44

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Unas horas más tarde, consideran que ya estoy bien para abandonar el hospital. Es entonces cuando entran mis padres a la habitación y no sé qué hacer o qué decir. ¿Cómo les digo que no quiero volver por nada del mundo a ése maldito lugar? ¿Cómo les confieso que todo lo vivido significa poco a lo que he tenido que pasar en el internado?
No soy suficientemente fuerte para volver a casa, porque esa dejó de ser mi casa a partir del momento en el cual lo dejé todo atrás. Sí, sé que el hogar es el hogar, y ellos no dejan de ser mis padres, pero al mismo tiempo sé que ya nunca podré volver a estar en mi habitación, sin pensar en el mucho tiempo que he pasado alejada.

-No pienso volver allí.-Anticipo las palabras de ellos.

-Ni tampoco nosotros podemos permitir que vayas.-Dice mi madre mirando al suelo. ¿Qué ocurre de repente? Es como si en todo esto me hubiese perdido algo.

-Me estáis ocultando algo.-Tercio.

-Tal vez.-Dice mi padre sin tenerlas todas consigo.

-¿Y bien?-Les animo a continuar.

-Es la hora de que le expliquemos la verdad.-Le dice mi madre en voz baja, pero lo suficientemente alta como para poderlo escuchar.

-¿Qué verdad?-Comienzo a impacientarme.

-Bien, Zoe, es complicado de decir, pero... Al principio queríamos que cambiaras, que entendieras que las personas te hacen cambiar y a veces no precisamente por las buenas. Queríamos que comprendieras que tú eres la dueña de tu vida y que de ti misma dependen tus decisiones, pero nunca contamos con el divorcio. Digamos que la situación a nivel general se complicó más. Y en realidad has estado más tiempo del que pensábamos que podrías estar sin volver a casa. Y para colmo nos avisan de tu desaparición.

-Sabía que si me iba era para no volver.

-No puedes pensar en eso. Piensa que has pasado por una prueba.

-¿Una prueba?-Respondo con sarcasmo.-¿O más bien una tortura? ¡No sabéis de qué son capaces!-Respondo con odio.

-¡Te convertiste en otra persona, Zoe! Alguien que se mostraba agresiva con su alrededor. ¿Qué habrías sido capaz de hacer?

-¡Nunca os hubiera hecho daño!-Digo y al mismo tiempo callo, al ver las lágrimas de mi madre, al ver que sí que les he hecho mucho daño.

-Perdón... Yo no quería decir eso... Solo es que he vivido muchas cosas desde que estoy en el internado, y lo he pasado muy mal... Debéis comprenderme.-Digo insegura de mí misma.

-Zoe... Sabemos que has cambiado, eres otra persona. Y ese era el verdadero propósito para ir al internado. Es de esperar que jamás quieras mencionar éste episodio en tu vida, probablemente cuando seas mayor de edad decidas olvidar todo esto, y olvidarnos hasta nosotros por la decisión que en nuestro día tomamos. Pero gracias a todo ello, ahora eres más fuerte, y has comprendido que no puedes hacer daño a alguien porque sí.

-¿A dónde iré?

-Habíamos pensado en llevarte a donde está la abuela. Nosotros estamos pasando por una temporada complicada, venderemos la casa. -Escucho sus palabras y me hacen daño, de algún modo, pese a todo, me hace daño que vendan la casa en la que me he criado y donde he pasado unos años felices, hasta que todo se complicó. -Necesitamos cambios, comenzar de cero, cada cual por su camino.-Se aventura a decir mi madre.

-Debemos rehacer nuestras vidas, ya eres mayor Zoe, podrás vivir por tu cuenta y en un tiempo ya podrás escoger qué vida quieres seguir. Pero esa decisión es únicamente tuya. Ya hace tiempo que te puedes espabilar por tu cuenta, y finalmente ha llegado el momento en el cual podemos todos ser otras personas.

Sombras a mi alrededorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora