Capítulo 26

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-¿Alguna vez has sentido algo por mí?-Me pregunta Mateo, le veo indeciso, con incertidumbres. Me esquiva la mirada. 

-¿Porqué lo dices?-Eludo su pregunta, preguntándole yo también. 

-Verás, siento que es como si te persiguiera. Como si yo siempre fuera quien estuviera detrás de ti, y no dejara hablar. Sé que mi comportamiento ha sido realmente malo, y sé que jamás me perdonarás, aún así, me gustaría saber qué piensas de mí. 

-Mateo, sinceramente no sé qué somos. ¿Novios tal vez? No lo sé muy bien. Nuestro inicio no ha sido normal, si más no, no debería haber comenzado así.-Digo volviendo a la noche  en que todo cambió aún más. -Me gustaría poder saber qué somos, pero al mismo tiempo, sé que será difícil cambiar lo que pienso de ti. 

-Me odias, ¿Verdad?-Pregunta con una suma calma que me inquieta, pensé que lo diría enfadado, pero tal vez detrás de toda esa falsa calma, se oculte la realidad y una rabia contenida que ya no logre disimular más. 

-No te odio, simplemente no te amo. -Confieso. Espero alguna respuesta por su parte, pero sólo me mira, su mirada me parece lejana, como si mirara a alguien que no tiene sentimientos.

-Pensé que podía darte alguna oportunidad, dártela a ti y también a mí misma. Pensé que si llegaba a enamorarme de ti, todo éste infierno sería diferente, como si acaso pudiera serlo.-Me gustaría decir que lo siento, pero en el fondo no lo siento. 

-¿Porqué lo habías ocultado?

-No quería que me hicieras más daño.-Rebelo la verdad, nadie dijo que fuera agradable escucharla, pero lo cierto es que pensé que tal vez si fingía que estaba bien a su lado, todo sería mejor, que mi vida iría mejor, pero no es así. 

-No lo hubiera hecho...-Dice y parece herido, tal vez realmente sí que me amaba y entonces sigue hablando. -Supongo que no puedes forzar de la manera que hice yo a amar a otra persona. 

-No se puede, Mateo. A más, todo esto no debería ser así. No puede existir amor si uno de los dos no siente nada. A mí no me gustan las historias con final feliz, pero quise creer que después de todo, tal vez sí que ésta lo tendría, pero no. Estoy cómoda a tu lado, bueno, más de lo que estaba al principio, pero no puedo olvidar en quién has llegado a ser, y sinceramente, no he podido enamorarme de ti. 

-Lo entiendo.-Sin decir más se va, siento un escalofrío, al pensar en que ahora que me he sincerado tal vez la tormenta esté en el aire, y pronto la vea venir, lo cual me causa más miedo. Apenas ha reaccionado, quizás él ya sabía también el desenlace. Y es que no puedes forzar algo y pensar que irá bien, nunca funciona. 

Permanezco inmóvil en el banco de madera. Miro a mi alrededor, por mucho que no me guste admitirlo es hermoso todo el  lugar. Es el único espacio que no es de un blanco que ciega tus ojos. Aquí en cambio, hay árboles, puedes sentirte respirar después de todo, pero hoy ni siquiera siento que respiro. ¿A caso alguna vez lo he hecho? 

Pienso en Adam, ¿Porqué aún pienso en él? Sé la respuesta, sólo que mi mente se niega a admitirlo. Aún sueño en que venga algún día a verme. Hasta el tiempo en que supuestamente he estado con Mateo seguía pensando en él. Era imposible olvidarme de él, de todo lo que me hizo sentir en apenas cuatro días. No llegamos una semana, sin embargo dejar de pensar en él es algo difícil, algo irreal...

De repente dejo atrás todas las fantasías, y me concentro en el presente. Acabo de cortar con Mateo, pero ¿A caso alguna vez comenzamos? Cuando tiendes a ser una persona bastante cerrada, al menos en mi caso, tengo demasiados diálogos internos conmigo misma, a veces mi propia conciencia se burla de mí, me dice que soy idiota por mi modo de pensar. Que deje de pensar en Adam, que piense en Mateo, porque hay oportunidades que una vez llegan se van tan rápido que no lo puedes imaginar. Aunque siéndome sincera a mí misma, ¿Cómo quería amar a alguien que se había aprovechado de mí? Jamás en mi vida llegué a imaginar una situación parecida. 

Sombras a mi alrededorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora