Atrevidos

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Hola como estan? Aqui les traigo un nuevo capitulo :D espero que sea de su agrado. Si les gusta pues pueden darle a Votar, sino pueden contarme que no les gusto y yo prometo mejorar mis fallas en el siguiente.

Bueno me voy. Mañaan tengo Univ.

Besitos.

-.-.-.-.-.-.-.--.

¿Como se atrevía? ¿Como había sido capaz el muy maldito de invitar a la otra hija de puta a mi jodido cumpleaños?? ¿Como? Por Dios! Esa zorra de 5ta iba a meter sus garras dentro de mi casa! Mi maldita casa!!

Estaba furiosa, iracunda, irritada, enloquecida. Segura de que asustaría y amedrentaría al mas furioso de todos los osos pardos. ¿Disimular delante de Matias? ¡A la mierda! ¿Como coño se le ocurrió invitarla a mi casa? Osea... ¿Como? ¡Maldito Matias de mierda!

-Perdóname -rogó por enésima ves.

Voltee a ver esos ojos negrus que tenían un efecto sedante en mi. Pero hoy ese efecto se había desaparecido por completo dejando una furia arrasadora a su paso.

-No te perdono una mierda!- rugí plantándome frente a el de nuevo.- Tu sabes que no la soporto Matias!

-Pero por favor! No me hagas esto! -se me guindo del brazo y me lanzo su mejor mirada para manipular- tu sabes cuanto me gusta ella.

Me detuve en seco y solo lo fulmine con la mirada. Sentí mi interior resquebrajarse y cada célula del corazón sufrir un paro. Apreté mi mandíbula con fuerza, con demasiada fuerza. Quería llorar, gitarle por ser tan imbécil, patearlo hasta que se le saliera ese capricho que tenia con ella. Me mordí la lengua mientras sentí los ligeros temblores en mis labios que anuncian que se aproximan lágrimas.

-Te lo voy a decir una ultima ves Matias.- hable despacio tratando de contener la ira mezclada con los celos y el dolor en mi voz. Parecía el siseo de una serpiente.- Me importa una mierda.

Cambio su expresión al ver que su mirada de perrito no funcionaba conmigo, al menos no en esta oportunidad. Siguió hablando detrás de mi.

-Pero porque? -pregunto- ¿porque la odias tanto?

Me voltee y de nuevo le enfrente. En el estado en el que me encontraba y con tantos sentimientos mezclados era cuestión de minutos en que le soltara entre gritos que lo quería, que estaba celosa y que me moría por que me mirara y me deseara como a ella.

Respiraba por la nariz, pesada y con fuerza salia mi respiración. Parecía un toro bravo, aunque sabia muy bien que al final toda esa rabia solo ocultaba el sufrimiento de un amor no correspondido.

-Porque es una zorra, perra, desgraciada que no puede ver un pene porque Saaas! Ya lo tiene adentro! -escupí molesta porque le gustara alguien asi- Además como puede gustarte una mujer asi? Debe tener todas y cada una de las enfermedades venéreas existentes en el globo terraqueo. Lo mas sano que debe tener es hepatitis. Ella tiene una vagina publica. Debería ofrecer sus servicios para que los necesitados ejerciten su musculo ahí de forma gratuita.

Matias volcó los ojos.

-Exageras, ella sencillamente sabe disfrutar la vida.- respondió con simpleza alzando los hombros.

-Oh! Y vaya que si sabe sacar provecho a lo que Dios le dio. Se lo saca a diario.

Seguí caminando con Matias pisándome los talones, hacia rato que se había acabado la jornada de clases y volvía a mi casa. Estaba echa un volcán a punto de hacer erupción. Seria como el Vesubio, con una cuenta regresiva en el pecho. Mi mejor amigo seguía parloteando a mis espaldas, parecía un maldito loro. Justo hoy se había empeñado en volverse un dolor de cabeza y un atrevido igual que Mauricio. ¿Como coño se le ocurre decidir por mi y decir que iría a comer con sus padres? ¿Quien se cree para asegurar eso? Agg!! Solo hombres imbéciles me perseguían.

Aprendiendo a Seducir (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora