Aprendiendo a Seducir (Editando)

Una cocina quemada

Hola chicos. ¿como estan? Espero que bien! :D Aca les traigo un nuevo capitulo y espero que sea de su gusto. Gracias a todas las chicas que me siguen, es un honor para mi. Espero no decepcionarlas.

Saludos desde Venezuela <3

Me disculpo de antemano por cualquier error ortografico. ¡Escribir en minilapto es una maldicion!

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Estoy avergonzada. ¡Oh por Dios! Que vergüenza, ¿qué hago? Me voy a ir, si, me iré. No soporto la pena ajena. Antonio me mira como si fuera un fantasma o una vampiresa de Transilvania. Creo que en cualquier momento va a gritar “Ven Van Helsing, mata al demonio”

Estoy temporalmente incapacitada para mover mis pies y largarme de allí. El auto en el cual se encontraba Antonio dio un rugido al encenderse pero no se movió. Mis ojos se desviaron hacia el auto y luego hacia Antonio de nuevo.

-¿Qué haces aquí? -pregunto.

-Hola -salude torpe, mi garganta estaba seca- vine de compras y tu? - me calle abruptamente. La pregunta había salido como costumbre, por todo eso de decir siempre “Oh, estoy bien y tu” Costumbre de mierda, era obvio lo que estaba haciendo allí.

El rostro de Antonio se desfiguro en una mueca cuando le hice la pregunta. Yo no quería la respuesta y el tampoco estaba muy cómodo dándomela.

-Pues... vine por un trabajo.- respondió simple.

Si claro “trabajo”.

-¿Qué pasa guapo?

Antonio y yo nos sobresaltamos cuando un chico nos sorprendió llegando por detrás de nosotros. Paso un brazo por los hombros de mi compañero y me deslumbro con una sonrisa impecable. ¡Genial! Otro hombre que esta pasado de bueno pero que es gay. Pff! ¡Esto debe ser una broma! ¿Porque mierda los mas bonitos son gay? No tengo nada en contra de los chicos feos pero al menos si los gays no fueran tan atractivos la perdida no dolería tanto.

Antonio se puso tenso y sus ojos se ampliaron a mas no poder. Yo observe con sorpresa al encantador chico que nos sonreía. Antonio y yo nos mirábamos ambos sin poder creernos esto. Realmente era una situación incomoda. Debí haber huido cuando tuve oportunidad.

-No me vas a presentar a tu amiga? - insistió el recién llegado.

Antonio me miraba aun sin poder hablar, sus ojos aun reflejaban pánico e inseguridad. Sentí pena por un momento. ¿Acaso se avergonzaba de ser... gay?

-Ah! Siempre tan tímido -el chico de sonrisa Colgate se soltó del mudo Antonio y se adelanto hasta mi- Hola guapa, soy Franco, mucho gusto.

Me tendió la mano y tarde un par de segundos en salir de mi estupor para recordar en que debia estrechar su mano de vuelta. Cuando volví de mi catatónia de 30 segundos, di un par de pasos hasta Franco y le di la mano.

Si claro, como si antes hubiera duda sobre si era gay o no, ya me ha quedado claro. Ningún hombre tendría manos tan suaves y uñas tan bien cuidadas.

-Hola -salude- me llamo Natalia, el gusto es mio.

El chico de sonrisas ligeras hizo lo que al parecer se le daba mejor: sonreír mostrando la mejor forma de ser encantador.

-Y... conoces a Tony? -continuo interesado.

Fruncí el ceño confundida.

-¿Tony? -repetí dudosa- ¿ quien es Tony?