¿En que demonios estaba pensando cuando me tome siete Margaritas, 3 Martini's de Manzana y 3 shots de Tequila? ¿Que tipo de pensamiento loco y suicida estaba vagando por mi cabeza en ese momento? ¿Acaso deseaba acabar con mi miseria entrando en un coma etílico?
Negué con la cabeza, estaba loca, simplemente estaba loca y no medí las consecuencias. Realmente me sentí muy cómoda junto a los muchachos cada uno de ellos y ellas eran simpáticos, animados, honestos y felices con su estilo de vida.
Los admiraba, junto a ellos yo era peor que un esparrago. Ellos afrontaban al mundo confesando su sexualidad, confesando algo que era pecado para algunos, antinatural para otros y increíblemente asqueroso para otros, sin embargo ellos eran felices sin negar lo que eran. Me sentía patética viendolos sonreír, diciéndole abiertamente al mundo que tenían sexo con personas de su mismo sexo y que aquella era la vida que habían escogido y, como la otra cara de la moneda estaba yo, complicándome la vida porque no me atrevía a confesarle a un muchacho que estaba perdidamente enamorada de el.
Era patética y cobarde.
El estomago se me contrajo en un segundo y todo me subió rápido por el esófago, otra arcada y de nuevo enterré la cabeza en la poceta. Los líquidos y alimentos semi digeridos no tardaron en salir por mi boca salpicando todo, era como si una fuerza superior los obligara y los atrajera hacia afuera de mi cuerpo.
Estaba loca, estaba demasiado loca, ¡Maldita sea! ¿Porque me había emborrachado hasta ese punto? ¿No era suficiente un par de cervezas y listo? Pero ¡Por supuesto que no! Yo tenia que beber hasta que se me saliera el hígado por los oídos.
Para completar mi mala suerte – que me abundaba – me había despertado a mitad de la madrugada a vomitar, no podía esperar a que amaneciera y despertar con la cabeza a reventar como lo hacían todos los borrachos, no. El alcohol no me había dejado olvidarlo tan fácilmente, era rencoroso el hijo de puta.
Volviendo a mi condición en este momento, volví a enterrar la cabeza en el inodoro, escupiendo, tosiendo y vomitando a la vez. Maldito sea Franco y Antonio, era su puta culpa.
Saque la cabeza sintiéndome como el mas sucio, viejo y roto de todos los trapos. Mi cuerpo tenia tanta firmeza y consistencia como un fideo que se ha pasado de cocción, aun así me lave la boca con un pequeño vaso de agua que tenía a mi lado y salí del baño arrastrándome gateando por el piso. Parecía un gusano o una serpiente pero sin la elegancia y agilidad de movimiento que tenían ellos.
¿Donde había quedado la gallinosauria nivel 3, anoche? Mi cobardía e inhibiciones no pudieron escoger peor momento para irse a la mierda. Negué con la cabeza mientras que haciendo un esfuerzo sobrehumano estiraba mis brazos para llegar a la cama.
No, no podía hacerlo empezando porque tan solo el esfuerzo de estirar los brazos para alcanzar mi mullido colchón me parecía licuar el cerebro y contraer todos los músculos a la ves. A este paso se me saldría la materia gris por las fosas nasales. Arrugue el rostro, definitivamente tenia que haber otra solución.
Como un zombi alargue mis dedos y alcance una de las puntas de mi cobertor, sin pensarlo mas lo hale hacia mi, no pensaba dormir tirada como un gusano en la madera desnuda. Hale y hale... y hale y... ¿Porque mierda la sabana se había agrandado? O era tal ves que como tenia tan poca fuerza, mis músculos eran un montón de piel inútil incapaz de traerse por completo la sabana desde arriba.
Mire la cama desde el suelo, se me hacia altísima o al menos lo hacia los pocos segundos que lograba mantenerla enfocada. Mi vista era lo que estaba mas afectado por el estúpido tequila, veía la cama como un rascacielos.
Gruñí, o al menos eso intente.
Malditos hombres todo era su culpa, aquí estaba yo, ebria y arrastrándome por el piso como una mutación de lombriz solo por haber ido a un bar a enfrentar mis miedos. Era patética, mi vida era patética y dolía.
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Aprendiendo a Seducir (Editando)
Teen FictionHace dos años que lo conocí y caí inevitablemente en sus redes. Y, como es natural en estos casos, fui a dar a la Friend Zone. Si, amigos, Friendzone. Aquel lugar reservado para almas en pena y condenados a muerte lenta. Nunca pensé que descubrir e...