El mensaje alentador

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Capítulo 35

Narrador externo

Los días del cuatrimestre pasan de manera lenta. El frío de este año no ayuda a que el tiempo pase más rápido. Por los pasillos de la universidad se pasea un joven alto, piel rosada, pelo castaño y gafas negras de montura gruesa. Anda ligero vestido con una sencilla camisa blanca de cuello en uve, una corta capa marrón y unos pantalones de igual color. De campesino pero atractivo para muchas chicas de la universidad. A medida que avanza, lanza algún que otro giño o beso furtivo a las que lo miran o que han llegado a estar con él en la cama. Él es Miguel; ligón, casanova, seductor y capaz de llevarse a cualquier chica de la universidad -siempre y cuando esté dentro de sus límites- a la cama. Los rumores cuentan que ninguna relación suya ha durado más de dos semanas, aunque sólo son eso, rumores. En realidad alcanzó los tres meses con una chica antes de entrar en la facultad el año pasado pero en cuanto ella le dijo que se formaría una vida nueva en su universidad lejos de él decidió imitarla. Fue un cambio drástico pero así quería pasar sus años de universitario: disfrutando al límite.

A pesar de su comportamiento es un gran estudiante de derecho, razón por las cual toma extremadas precauciones. Sabe a qué se atiene y siempre tiene cuidado en lo que hace para que no sea perjudicado en el futuro. Es por esto que sólo tiene relaciones con chicas de su edad o un año más pequeñas, nunca menores. Se centra en chicas a las que les interese o pueda seducirlas sin mucho esfuerzo. En algunos momentos prueba con las de cursos superiores pero normalmente le rechazan. Sin embargo, todos cometemos errores y las cosas se nos pueden ir de las manos. En su caso, tiene un gran colchón protector que, si comete alguna imprudencia, lo puede salvar.

El castaño prosigue con su camino por los pasillos hasta que se fija en alguien. Una chica, estatura media, delgada, rubia, con un sencillo traje rosa abombado a juego con su diadema, en las taquillas.

<<Es guapa>> piensa él <<Puede ser mi próximo fichaje>>

Con sus andares despreocupados y galantes se acerca a ella. "Disimuladamente" se apoya en las chapas de metal pero sin lograr que ella se percate de su presencia.

-Hola guapa- saluda de sorpresa para la rubia que reacciona con un ligero salto. Le mira a la vez que se apresura a cerrar su compartimento.

-Disculpa pero tengo prisa- se escusa ella colgando su bolsa deportiva al hombro.

-¿A dónde vas preciosa?- la retiene sujetándola del brazo.

-A mi clase- contesta girándose hacia él.

Cuando dirije su mirada a los ojos de la chica algo ocurre. Sus ojos son extraños, de un color azul no natural.

<<Lleva lentillas>>

-¿Puedes soltarme? Voy a llegar tarde y a mi profesora no le gusta que perdamos ni un minuto de sus lecciones.

La expresión de su cara se endurece. Hacía mucho tiempo que no le rechazaba una chica, principalmete porque ellas se acercaban a él, no tenía que hacerlo personalente. Sin embargo ese detalle le daba un toque más atractivo e interesante, según su parecer. Aunque lo más curioso para el castaño es el inexistente efecto que tiene su físico en ella. Viendo que Miguel no hace nada por liberar su agarre se deshace ella misma con un movimiento brusco de su brazo.

-Espera- le pide- Creo que he empezado mal.

-¿Ah si? No me había dado cuenta- contesta irónica.

-No te pongas así- extiende su mano- Soy Miguel.

-Annelise- responde ella corerspondiendo con un apretón de manos.

-¿Podremos vernos más tarde?

Una sonata para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora