Sin corregir ni actualizar
Capítulo 17
Elisa
Ahora mismo me siento la persona más desgraciada del mundo. ¿Cómo ha podido hacerme esto Fernando? No me atrevo ni a llamarle Fer pues así le llamo como amigo, y ahora no lo es. Para mí no es nada en este momento. Y todo esto por mi inocente curiosidad. Estaba guardando mi ropa en el armario de la habitación de invitados porque Aurora me había dicho que en el suyo no había hueco y los de esa habitación son muy grandes cuando escucho una música de piano que proviene del desván. Cuando me disponía a subir aparece mi prima que acaba de llegar de comprar y decidimos subir las dos pero nos quedamos en la puerta. Nos pusimos una al lado de la otra pegadas a la pared pero ella es quien estaba más cerca de la puerta. Escuchábamos muchas canciones pero de repente se para y segundos después escuchamos una melodía que ya se me hacía muy familiar.
-¿Eso es...?- dice Aurora.
-¿..."Para Elisa"?- completo yo.
A Aurora nunca pude ocultarle lo de la sonata a pesar de mis muchos esfuerzos y en lugar de enfadarse o chincharme decidió ayudarme. Juntas buscamos a alguien que me enseñara a tocar y practicaba con ella todos los días hasta que me salió a la perfección y lo grabamos. Por eso al igual que yo es capaz de reconocerla en cuanto la oye pero lo extraño de la situación es que nunca le escuché a él tocarla.
Estaba a punto de acabarse cuando mi prima me dijo que entrara a hablar con él pero me daba demasiada vergüenza y al final entró ella. Nunca pensé que al hacerlo todo mi mundo se desmoronaría. Ahora me encuentro en la sala debajo de la escalera. He cogido un par de cojines, uno para sentarme y otro para poder llorar en él sin que se escuchen mis sollozos.
También he aprovechado para arreglar el viejo tirador interior de la puerta que consistía en dos escarpias una en la puerta y otra en la pared contraria donde se enganchaba una cuerda inpidiendo así que no se pueda abrir desde fuera. Éramos pequeñas cuando hicimos esto pero no teníamos ni un pelo de tontas. Lo que ocurrió un día fue que Aurora se quedó encerrada porque no era capaz de deshacer el nudo de la cuerda y tuve que tirar con mucha fuerza haciendo que la escarpia de la pared cayera. Ahora no sólo lo he arreglado sino que lo he mejorado colocando una segunda escarpia en la pared haciendo que haya dos puntos de sujección y sea más difícil abrirlo, pero he sido precavida y me he traído unas buenas tijeras por si acaso tuviera que cortar la cuerda.
Sin querer empiezo a pensar en aquellos momentos en los que, escuchando "Para Elisa", me relajaba y se me iban las penas. Es irónico pensar que antes me quitaba la tristeza y ahora me ha hecho llorar. Un movimiento en la puerta me saca de mis pensamientos.
-Elisa, déjame entrar por favor- precisamente tenía que ser la persona a la que menos me apetece ver.
-Déjame Fernando- le digo enfadada.
-Sólo quiero hablar contigo. Por favor, necesito explicarte lo que ha pasado.
-Puedes hacerlo desde ahí.
Se crean unos segundos de silencio interminables. ¿Se habrá ido? No lo creo. Desde detrás de la puerta escucho como Fernando se apoya en la puerta y se desliza hasta el suelo.
-No pienso hablar contigo con una puerta entre medias así que me quedaré aquí hasta que decidas abrirme. Además como se abre hacia fuera no podrás salir si no me quito de aquí, algo que haré cuando me abras.
¡Será arrogante! Bueno puedo aguantar aquí todo el tiempo que quiera. Tengo juegos de mesa y un par de almohadas con las que dormir así que estaremos así bastante tiempo.
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Una sonata para ti
Teen FictionElisa y Fernando son amigos desde que eran niños pero con el paso de los años Elisa no lo ve como tal sino como alguien con quien quiere compartir más que una amistad. Pero, ¿cómo conseguir algo así si incluso ser amigos ha pasado a un segundo plano...