Capítulo 28
Elisa
Ha pasado ya una semana desde el sorteo donde hice trampas para que saliese la canción que mi prima quería: "Choose me". Llevamos toda la semana ensayando pues mañana es la prueba y tiene que salirnos muy bien para poder conseguir una buena nota. Pero no sólo mañana es el examen, también es la excursión al teatro real. El problema con todo esto es Fer. Durante la semana no me ha dirigido la palabra excepto en lo estrictamente necesario y se supone que iba a ir con él. Es más, Bea me dijo (porque no se atrevió a hacerlo Fer) que antes del sorteo él reservó las plazas para los dos así que estamos en las listas. Bueno y también me tuvo que decir ella la hora de quedada: media hora antes de la salida, es decir, a las dos y media.
Hay momentos cuando ensayamos que se queda mirando cómo canto, embelesado y con una sonrisa. Acto que me desconcentra por completo y me hace olvidar la letra. Al terminar su cara vuelve a ser impasible y deja de mirarme.
Por otro lado Carlos está extraño. Hay días en los que lo noto distante y en otros está muy cariñoso conmigo. Tiene mucho cuidado de no sobrepasarse durante la jornada lectiva para no llevarse una sanción, aunque eso no quite de vez en cuando algún beso fugaz. Sinceramente muchas veces me siento incómoda, hay días que no puedo mirarle a los ojos porque me reconcome la culpabilidad de mis besos con Fer.
Y la tercera persona que también se comporta diferente es Bea. La noto incómoda a veces, sobre todo cuando hablamos de los compromisos pactados. Es la menos distante de los tres pero me preocupa. Es como si de un día para otro les hubiesen cambiado las personalidades.
Ahora estoy en clase de Historia del patinaje y me estoy aburriendo bastante. He estado a punto de dormirme tres veces, menos mal que Bea me ha espabilado a tiempo. La profesora está explicando datos sobre el patinaje en los Juegos Olímpicos cuando llaman a la puerta.
-Adelante- invita la profesora.
La puerta se abre y entra una señora de mediana edad, bajita y morena. Es una de las secretarias.
-Buenos días- dice al pasar- ¿Es aquí donde hay una chica de apoyo en las pruebas de la rama música?
No sé si alegrarme porque sé que saldré de esta aburrida hora o asustarme porque toda mi clase sepa esto. Tímida levanto la mano y cuando ella la ve sonríe.
-Tienes que salir ahora a una reunión- y desvía su mirada a la profesora- ¿puedo llevármela unos minutos?
-Sí, claro- dice en un tono bajo e intercalando su vista en ella y en mí, impactada.
Me giro un segundo a coger mi mochila cuando veo a Bea que me mira asombrada.
-¿Cómo no me has dicho nada?- grita en susurros.
-No pensé que fuera necesario.
Me mira enfadada, yo respondo con una sonrisa nerviosa y salgo detrás de la secretaria con todas mis compañeras expectantes.
-Tienes que ir al salón de actos- me dice la mujer ya en el pasillo- Tengo que avisar al resto de los alumnos.
Asiento y ella se va por otro pasillo.
Camino despacio, cuanto más tarde mejor. El salón está en el mismo edificio pero un poco alejado de donde doy clase. Paso frente a un pequeño jardín interior bordeado de cristaleras. A estas alturas la mayoría de árboles tienen sus hojas cobrizas, si no se les están cayendo ya, pero este todavía conserva a sus árboles con las hojas de un ligero color verdoso.
-Precioso, ¿verdad?- escucho a mi espalda.
Me giro para encontrarme con Fer, tan elegante con su traje blanco.
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Una sonata para ti
Genç KurguElisa y Fernando son amigos desde que eran niños pero con el paso de los años Elisa no lo ve como tal sino como alguien con quien quiere compartir más que una amistad. Pero, ¿cómo conseguir algo así si incluso ser amigos ha pasado a un segundo plano...