Elisa y Fernando son amigos desde que eran niños pero con el paso de los años Elisa no lo ve como tal sino como alguien con quien quiere compartir más que una amistad. Pero, ¿cómo conseguir algo así si incluso ser amigos ha pasado a un segundo plano...
Han pasado dos años desde que Aurora y Fer se fueron a estudiar a otra ciudad. Y ¿sabéis una cosa? No he vuelto a ver a ninguno de los dos desde entonces. Aurora encontró nuevas amigas en la Escuela de Danza y, por alguna razón, nos dejó de lado sus amigas de toda la vida (en mi caso también a su propia prima). En cuanto a Fer, él sí mantuvo cierto contacto con nosotros, aunque tras su desastrosa despedida no volvió a dirigirse a mí directamente. Aun así, logró venir en verano algunas semana pero yo siempre estaba de vacaciones con mis padres en esas mismas fechas. Pude darme cuenta de que Cristina influía mucho en mis padres para elegir en qué fechas nos íbamos.
Sé perfectamente que su objetivo era sacarme de la ciudad durante los días en los que Fer volvía. Cristina no ha dejado de molestarme cada vez que me he cruzado con ella: me lanzado miradas amenazantes, intentado ponerme la zancadilla, empujado para que cayese al suelo e incluso quiso interferir en la selección de mi universidad. Todo esto para alejarme de Fer. Esos momentos fueron una pesadilla para mí, pero se han acabado. Porque al fin he pasado página.
Hace unos meses, conocí a Carlos. Es un chico dulce y amable, cabello un poco largo y cobrizo, ojos verdes oscuros y gran sonrisa. Le gusta el baloncesto y sabe tocar el saxofón. Me encanta cuando toca durante horas sólo para hacerme sonreír.
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Hace dos meses me llevó a un restaurante y me pidió ser su novia. Sinceramente tuve que pensármelo, todavía no había superado lo de Fer y hasta dos días después no le dije que sí. Primero hablé con Zaida para tener una segunda opinión.
Estaba en casa, la noche anterior fue la cena con Carlos y necesitaba consultarlo. No me lo pensé dos veces y marqué el número de Zaida.
-¿Si?- contestó Zaida al otro lado de la línea.
-Zaida, soy yo Elisa.
-Ay hola Eli- me dijo alegre- ¿Sabes qué? Mi hermano viene en cinco días y estará durante una semana. ¿No es genial?
Después de que Fer se fuese a esa escuela tuve una charla con Zaida en la que le conté lo que pasamos juntos y ella, al contrario que su gemela, estaba ilusionadísima. Según ella nos veía juntos desde hace mucho tiempo y estaba deseando que al fin diéramos el paso... pero no para acabar de esta forma.
-Si... pero yo me voy en tres y estaré fuera diez días- le dije con desánimo.
-Es una pena... Y ¿qué necesitas?
-Tu consejo.
-Está bien, ¿de qué se trata?
-Bueno es un tanto complicado... ¿Te acuerdas que hace unos meses conocí a un chico, Carlos?
-Si, me acuerdo...
-Pues ayer me invitó a cenar y bueno... Me ha pedido ser su novia- digo bajando el tono de voz.