¿Cita arruinada?

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AVISO: Capítulo largo y con escenas lemmon. Pondré un aviso cuando vaya a ocurrir por si sois susceptibles a ello y no queréis leer esa parte. Aparecerá el mensaje en negrita.

Capítulo 40

Fernando

Hace un mes que la vida de Elisa ha vuelto a la normalidad. Ha regresado a sus clases iniciales donde ha podido liberar todo su potencial y ha estado junto a Bea. También le han restaurado su cargo como princesa y la chica que era mi pareja ha vuelto a su antiguo cargo. A Adriana casi le da un síncope cuando se enteró de la noticia. Raúl sin embargo no hizo más que incentivar la mente pervertida de Carlos contándonos historias sobre las relaciones medievales. A veces pienso que mis amigos nunca serán normales. Durante este mes Elisa y yo hemos fortalecido nuestra relación y ya hemos tenido alguna que otra cita. Sin embargo Bea me ha prohibido pedirle oficialmente que seamos novios hasta que termine de organizar nuestra "gran cita". Creo que no aguantaré mucho más. Si no se decide a hacerlo entre hoy jueves y mañana viernes, los días antes de las vacaciones de Semana Santa, se lo diré a mi manera.

Camino con Carlos por los pasillos hasta las taquillas. Tanto Bellas Artes como Música tienen unas especiales, más grandes para guardar lienzos de cierto tamaño o instrumentos. Carlos sí la aprovecha puesto que guarda su saxofón ahí pero yo no, es imposible que entre ahí dentro un piano. Nos paramos enfrente de su taquilla y la abre. El problema de éstas es que al tener tanto espacio... Guardas de todo menos lo que tienes que tener metido.

-Si sabes que vas a tener que meter el saxo no entiendo por qué llenas su hueco- le digo mientras intenta apartar cosas para guardar el maletín.

-Es que ver tanto espacio vacío me incomoda- comenta sacando una bolsa que debió contener comida en su momento- No sé cómo soportas tener la tuya así.

-Soy ordenado, nada más.

Por el pasillo escucho los pasos de alguien corriendo. Como no hay nadie más, se oyen con claridad. Vemos a lo lejos que la dueña de esos pasos es Bea, quien se da mucha prisa en llegar a nosotros. Derrapa con sus zapatos en su frenada improvisada y se apoya en mi hombro mientras recobra el aliento.

-Se ha arruinado, todo.

¿Arruinarse? ¿Qué está diciendo?

-Explícate Bea, qué ha pasado.

Toma una gran bocanada de aire y su respiración se normaliza un poco. Acto seguido me coge de los hombros y me zarandea.

-¡Vuestra cita!- me grita- Estaba organizándola pero todo comenzó a salir mal. Reservas canceladas, locales cerrados... ¡Todo se ha ido al traste!

Se la nota cansada, ha debido trabajar mucho en esto y se le ha venido todo abajo.

-Tranquila, ya se me ocurrirá algo a mí.

Bea me mira desconfiada.

-Voy a repetirte unas palabras que me dijo Elisa: "Haz lo que quieras pero por favor no dejes que Fer planee nada, no tengo un buen recuerdo de mi fiesta de cumpleaños".

-¿La cagaste en su cumpleaños?- pregunta incrédulo Carlos- No me extraña que estuviese así cuando...

Mi mirada asesina se clava en él. No quiero que me recuerde que él estuvo ahí con ella cuando yo no pude hacerlo. Además no fui el único que lo fastidió en esa fecha, cuando Aurora nos dejó solos nuestro amigo Rubén tomó las riendas de la fiesta.

-No fue mi culpa tener unos amigos de ideas descabelladas- me defiendo- Así que no puede acusarme de todo lo que pasó ese día.

-Dejando ese tema aparte- interviene Bea- Tengo una pequeña solución. Lo había organizado todo para este viernes, antes de irnos de vacaciones, así que por lo menos conservaremos el día. Prepararé algo en nuestro apartamento y así al menos tendréis un bonito momento juntos.

Una sonata para tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora