La fiesta del primo Tom fue inolvidable por muchas razones. La celebraron fuera del pueblo porque las leyes de restricción de alcohol no permitían beber a gusto y porque en general las fiestas de los Cortez se volvían violentas cuando veían pasar a algún De La vega. Este pequeño detalle se respetó todos los años, por eso mismo, todo el mundo se sorprendió cuando Julian de la Vega apareció en el lugar.
Thomas Cortez, el niño dorado de su familia, era un buen partidario de la vida pacífica. Los problemas de sus abuelos se le escurrían de la piel y teniendo en cuenta su personalidad rebelde, no era raro que hubiese hecho buenas migas con algunos muchachos a los que sus familiares desaprobaban. Él se llevaba especialmente bien con Julian, lo cual era muy raro teniendo en cuenta lo repelente que podía ser el chico.
Por supuesto, aunque no era del tipo que peleaba, su buena personalidad encontraba excepciones, por ejemplo Julio de la Vega, uno de los primos de Julian y su enemigo por naturaleza. Para muchos era gracioso pensar en cómo Thomas era diplomático la mayor parte del tiempo, pero sufría el efecto de un toro frente a una tela roja cuando se encontraba con Julio.
Aquello perpetraba la idea de que nadie en la familia podía huir de las riñas, ni siquiera el primo más amable y civilizado de todos.
Así que, tomando esto en cuenta Julian ignoró las señales que le advirtieron un inminente desastre y asistió a la fiesta de su amigo; a él le daba igual incomodar al resto de los invitados, de hecho, le generaba cierta satisfacción el causar tantas reacciones en la gente, así que decidió pavonearse por la fiesta junto a Thomas y hacer enojar a un par de idiotas.
Esa noche sintió por primera vez lo que significaba la frase "amar a dios en tierra ajena". Las miradas de los invitados se centraban en él, podía sentir la atención pesando sobre su espalda, la ira contenida por una promesa al cumpleañero que les exigía comportarse, aunque sea esa noche, pero que no les impedía tirar algunos insultos mal disimulados cuando pasaba cerca de ellos.
Julian resopló tomándose un par de tragos más de lo debido. En esa época llevaba ya unos años siendo consumido por el hastío y la única manera que encontraba de sentirse feliz era tomando unas copas de vez en cuando. Muchas personas se preguntaban cómo era que una persona podía estar tan harto de la vida a los dieciocho años, pero ni siquiera él tenía una respuesta adecuada.
—¡Pero mira! ¿Eres tú Julian? ¿Y a ti quien te invito a la fiesta? —Romeo caminaba hacia él, moviéndose como una serpiente debido a la bebida. Julian casi podía asegurar que el tipo veía doble, pero quizás estaba imaginando cosas porque él también estaba muy borracho.
Aunque Romeo no solía embriagarse con la misma frecuencia que él, sí que lo hacía con la misma intensidad. Ambos estaban intoxicados por la vida gris y aburrida en el pueblo.
En ese entonces, para Julian un trago era suficiente excusa para pelearse, por lo que, al día siguiente, cuando alguien preguntaban al respecto, el simplemente decía: Es que estaba pasado de copas.
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Romeo y Julian (LCDVR #1)
Romance(LGBT+) Las vidas de Romeo y Julián están llenas de problemas. Sus familias se odian. Sus hermanos, Romero y Juliana, se fugaron juntos. Tienen tres días para encontrarlos antes de que se casen. Ellos están listos para detener una boda, pero no par...