(LGBT+) Las vidas de Romeo y Julián están llenas de problemas.
Sus familias se odian.
Sus hermanos, Romero y Juliana, se fugaron juntos.
Tienen tres días para encontrarlos antes de que se casen.
Ellos están listos para detener una boda, pero no par...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Julian tenía la cara muy roja y estaba hundiéndose en su asiento, intentando fundirse con él. Ese momento parecía estar rebasando la cantidad de vergüenza que podía experimentar su cuerpo, sentía que un poco más de esta y entraría en combustión espontanea.
Aquel era el disco que le regaló Romeo cuando tenían quince años. Era una compilación de canciones cuya relación no había entendido hasta mucho tiempo depúes. Con el paso del tiempo él había terminado aprendiendo las letras y los títulos o buscando los videos en YouTube.
Ahora lo sabía, se trataba de un CD repleto de canciones con la temática de Romeo y Julieta. Él sabía que Romeo había hecho aquello como una especie de broma, pero su corazón se aceleraba cada vez que escuchaba el disco. Siempre terminaba imaginándose al Romeo joven peleando con su primo, con la estúpida conexión de internet y los quemadores cavernarios de aquel entonces, mientras la sensación del beso que se dieron en el motel aún pesaba en sus labios.
A sus espaldas Giordano tarareaba las canciones con una felicidad llena de ignorancia, generándole unas tremendas ganas de mandarlo a la mierda.
Julian miró a Romeo con disimulo, él estaba apretando el volante tan fuerte que tenía los nudillos blancos y su rostro mostraba una evidente tensión. Lo más probable era que estuvieran teniendo un tren de pensamientos parecido.
Hace dos días Romeo había colocado aquel CD en el estéreo y lo había quitado de inmediato, pero ahora las cosas eran diferentes, Giordano estaba con ellos, por lo que ninguno quiso actuar como si toda aquella música repleta de recuerdos les importase. Aunque sus corazones se estuviesen haciendo añicos con cada nota, guardaron silencio y dejaron que el cd continuara reproduciéndose.
Los dos estaban aferrados a ese pasado tan lejano.
La música cambio. Había tres versiones de "You Rise Me Up" "Crush" y casi todo el OST de la película de Romeo y Julieta, más los temas de la obra de teatro y finalmente, una melodía en piano de dudosa calidad de "You rise me up".
Julian apretó los dientes cuando la luz del crepúsculo perecía frente a ellos.
Era el final del CD y también el final de la arboleda que acompañaba a la desviación del camino. Con un suspiro cerró los ojos escuchando algunas notas que sonaban desafinadas y luego volvió a abrirlos.
Romeo tenía una mueca triste en su rostro mientras movía inconscientemente los dedos sobre el volante. Su perfil se encontraba apenas iluminado por un atardecer agonizante, pero sus ojos azules brillaban con fuerza.
Julian bajó la cabeza, una idea llegó a él, pero intentó ignorarla, lo hizo tanto como pudo y aun así no fue suficiente. La presencia de Giordano hizo que verbalizar sus pensamientos fuera más difícil de lo normal.
—Ey... Romeo —murmuró Giordano recargándose en la división de los asientos de enfrente—. ¿Esa canción la has tocado tú? —preguntó, haciendo que la idea que rondaba a Julian se volviera algo tangible. Romeo no dijo nada durante un largo segundo, Julian pensó que, una vez más, ignoraría las preguntas del muchacho, pero esta vez no fue así.
